Remember

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Ri observaba cómo Seunghyun se paseaba nervioso.

¡Dios santo!, podría pasarse todo el día observándolo caminar. Ese modo de andar hacía saltar los ojos de las órbitas, y a él le entraban unos deseos terribles de salir corriendo a casa, agarrar a Taeyang y hacerle unas cuantas cosas pecaminosas.

Una y otra vez, las mujeres se acercaban a él, pero Seunghyun no tardaba en quitárselas de en medio. Era ciertamente divertido ver a todas esas chicas pavoneándose a su alrededor mientras él permanecía ajeno a sus pensamientos. Nunca le había parecido posible que un hombre actuara así.

Pero claro, hasta él podía llegar a aborrecer el chocolate si se daba un atracón.

Y por el modo en que las mujeres respondían a la presencia de Seunghyun, dedujo que él ya había sufrido más de un dolor de tripa causado por un empacho. La verdad es que parecía muy preocupado.

Y Ri se sentía fatal por lo que les había hecho a ambos, a él y a Jiyong. Su idea parecía bastante sencilla en un principio. Si hubiese reflexionado un poco más.

¿Pero cómo iba a saber quién era Seunghyun? Claro, que su nombre podía haber hecho sonar algún timbre en su mente; de todos modos, su especialidad era la Edad de Bronce griega que, hasta para la época de Seunghyun, era la Prehistoria.

Y tampoco había creído que el tipo del libro fuese realmente humano. Pensaba que era alguna clase de genio o criatura mágica, sin pasado ni sentimientos.

¡Señor!, cuando metía la pata lo hacía hasta el fondo.
Meneando la cabeza, observó cómo Seunghyun rechazaba otra oferta, esta vez procedente de una atractiva pelirroja. El hombre era un verdadero imán de estrógenos.

Seunghyun se dirigió hasta el que se encontraba sentado.

—Llévame con Jiyong.

No era una petición, no. Estaba seguro de que era el mismo tono de voz que empleaba para dirigir a su ejército en mitad de una batalla.

— Dijo que...

— No me importa lo que dijese. Necesito verlo.
¿Qué demonios? Tampoco es que necesitara que su mejor amigo volviera a hablarle.

— Vas directo a tu funeral.

—Ojalá —dijo en voz tan baja que él no pudo estar seguro de haber escuchado correctamente.



—¿Qué haces aquí? —exclamo Jiyong, mientras observaba como Mino se acercaba a él.

—Vine a visitar a los viejos amigos—dijo sonriendo—además no recuerdo que mi entrada estuviera prohibida.

—Que recuerde tu y yo no somos amigos, además esta es la oficina de Ri—dijo molesto, no quería recordar cómo había caído, por más que no quisiera aceptarlo lo habían engañado de la peor forma y ahora lo único que sentía por él era odio.

—Bueno no creo que no pueda ingresar a ninguna oficina, siendo uno de los accionistas de la empresa ¿verdad?

— ¿Qué? No te creo, eres un mentiroso... —es broma.

—Eso se va anunciar en la fiesta Jiyong, pero yo volví por otro asunto—se acerca—Tú eres lo único bueno que tengo aquí. Yo me arrepiento totalmente lo que te hice — dijo tratando de tocarlo en la mejilla.

—¿Y crees que con eso me tirare a tus brazos? no soy el mismo tonto inocente Mino —dijo apartando su mano y dándose la vuelta para salir de la oficina.

—Espera—dijo mientras lo tomaba del brazo y lo pegaba un poco a su cuerpo inhalando el aroma que desprendía el otro.

—Yo me enamore de ti, quiero ser la única persona a la que mires Jiyong, déjame permanecer a tu lado.

Que hubiera dado porque esas palabras fueran ciertas hace años, pero ahora tenía a otra persona en su vida y sabía que lo iba a dejar pero estaba dispuesto a entregar su cuerpo para que Seunghyun dejara de sufrir.

—Ya tengo una vida planeada Mino y tú no ya estas dentro de ella—respondió.

—¡Jiyong, Seunghyun Quiere hablar contigo! —grito Ri abriendo la puerta, observándolos desde la puerta, mientras que Seunghyun empujaba un poco a Ri y observaba como Mino tenía agarrado a Jiyong del brazo.

Jiyong retiro su brazo, mientras que se acercaba a ellos.

—¡TU MALDITO BASTARDO! —grito Ri —¿COMO TE ATREVES A REGRESAR DESPUES DE LO QUE LE HICISTE A TAEMIN?, ¡LLAMARE A SEGURIDAD!

—Ri cálmate, él ya se va—dijo Jiyong

—Volveré por ti, Jiyong—dijo mientras pasaba por el costado de Seunghyun y lo miraba detenidamente, había algo que no le gustaba en ese tipo, ya lo averiguaría después.

Mientras Seunghyun no perdía detalle alguno del tipo que se había presentado, no había podido evitar contraer sus puños al entender quién era la persona que estaba con Jiyong.

—Volveré por ti, Jiyong—¿Qué diablos significaba eso?, ese tipo estaba tratando de quitarle a Jiyong y por más que le doliera tal vez Jiyong nunca había sido suyo.

—Ya Jiyong suéltame que voy a dejar que se vaya el infeliz, aunque no sé porque demonios no me dejas que lo deje sin hijos.

—Él es uno de los accionistas de la empresa, no me preguntes como porque no lo sé —menciono, y es que ahora su cabeza estaba hecha un lio de problemas, con el aquí no iba a tener la fiesta en paz.
Simplemente Seunghyun se iba a largar y él iba a tener que borrarlo de su vida.

—Ri cuida a Seunghyun—definitivamente se iba a ir a su casa y tomaría 2 días de vacaciones no le importaba la maldita fiesta, solo quería pensar tranquilamente.

—¿A dónde vas?
El rubio miró furioso a Seunghyun.

—Me marcho por unos días.

— ¿Dónde? —le preguntó Ri.
Jiyong no contestó.

—Ri, ¿no podrías dejar un momento? —mientras que Ri sin decir una palabra salió, sabía perfectamente que entre los dos se estaba formando algo más que cariño y esperaba que por el bien de Jiyong aceptara lo que sentía.
Seunghyun se acercó a él. Iba a arreglar las cosas, costase lo que costase.

Jiyong se alejó de Seunghyun.

Él lo cogió por un brazo.

—No has contestado a la pregunta.
Él se zafó de su mano.

— ¿Y qué vas a hacer, pegarme si no lo hago? —le dijo, mirándolo con los ojos entrecerrados.
Seunghyun se encogió ante el evidente rencor.

—¿Y te extrañas de que quiera marcharme? —Entonces se dio cuenta. A Jiyong le estaba costando horrores contener las lágrimas. Tenía los ojos húmedos y brillantes. La culpa lo asaltó—. Lo siento, Jiyong — murmuró mientras cubría su mejilla con la mano—. No pretendía hacerte daño.

El rubio observó la batalla que mantenían el arrepentimiento y el deseo en el rostro de Seunghyun. Su caricia era tan tierna y tan suave... Por un instante, estuvo a punto de creer que, en realidad, él se preocupaba por su bienestar.

—Yo también lo siento—susurró Jiyong—. Ya sé que no tienes la culpa.
Él soltó una brusca y amarga carcajada.

—En realidad, todo lo que sucede es culpa mía.
Seunghyun miró a Jiyong con ardiente intensidad, atrapando su mirada y haciéndolo temblar.

—¿Quieres que me vaya? —le preguntó.

No, no quería. Ésa era la base de todo el problema. Que no quería que volvieran a abandonarlo. Jamás.

Jiyong cogió las manos de Seunghyun entre las suyas y las apartó de su rostro.

—¿Ahora me vas a decir dónde vas? —le preguntó.
—¿Recuerdas lo que te conté sobre Mino?

Él asintió.

— Era la persona con la que me viste hablar. Él me inquieta y ahora va a trabajar aquí de nuevo. Y quería irme para pensar un poco.
La expresión gélida y severa que adoptó el rostro de Seunghyun lo dejó atónito.

—¿No te hizo daño?

—No pasó nada.

—¿Todavía quieres marcharte?

Jiyong negó con la cabeza mientras que jalaba a Seunghyun y se tumbaban delante del sofá, reclinados sobre los cojines. Ya no quería pensar más en eso, solo deseaba disfrutar de un momento a solas con Seunghyun.

Jiyong apoyó la cabeza en el duro vientre de Seunghyun mientras sacaba de leerle Peter Pan del estante de Ri y hacía todo lo posible para no distraerse con el maravilloso olor que desprendía su cuerpo. Y con lo maravillosamente bien que estaba, apoyado sobre sus abdominales.

Tenía que echar mano de toda su fuerza de voluntad para no darse la vuelta y explorar los firmes músculos de su torso con la boca.
Seunghyun le acariciaba lentamente el pelo mientras la observaba. Señor, sus manos hacían que le ardiera la piel. Le hacían desear arrancarle la ropa y saborear cada centímetro de su cuerpo.

— Fin —dijo el rubio, cerrando el libro. Habían pasado tiempo ahí pero no lo sentía así al estar con Seunghyun.
La abrasadora mirada de Seunghyun le quitó el aliento.
Se estiró y arqueó levemente la espalda, apoyándose con más fuerza sobre él.

—¿Quieres que te lea algo más?

El Amante Perfecto (Gtop)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora