Alone

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Seunghyun alzó una ceja ante la cruda realidad. Pero más que palabras, lo que le sorprendió fue su tono de voz. Tenía tantos pecados que ni en dos mil años de cautiverio era el principio de su condena.

No es que fuese un bastardo de nacimiento; es que, después de una vida brutal y traicionera había acabado convirtiese en uno.

Cerró los ojos y se obligó a dispensar esos pensamientos. Eso era, pasado y esto era el presente. Jiyong era el presente.

Y estaba aquí por él.

Mientras lo observaba, sus labios dibujaron una sonrisa. Esta sería la primera vez que tendría que perseguir a una persona para que lo aceptara. Nunca antes alguien había rechazado su cuerpo. Con la inteligencia de Jiyong y su testarudez, sabía que llevárselo a la cama sería un reto comparable al de tender una emboscada al ejercito romano.

Si, iba a saborear cada momento.

Igual que acabaría saboreándolo. Cada dulce y sabroso centímetro de su cuerpo.

Jiyong trago saliva ante la primera sonrisa verdadera de Seunghyun. La sonrisa suavizaba su expresión y lo hacía aún más devastador.

¿Por qué sonríe así?

Por enésima vez, sintió que se le subían los colores al pensar en su discursito. En realidad no le gustaba mostrar sus sentimientos a nadie, especialmente ante un desconocido.

Pero había algo fascinante en este hombre. Algo de forma perturbadora. Quizás fuese el disimulado dolor que reflejaba cada vez en cuando esos celestiales ojos marrones, cuándo lo observaban con la guardia baja.

No lo sabía.

Observo el reloj  de la pared y este dio las tres.

-¡Oh My God!-Dijo asombrado por la hora-Tengo que levantarme a las 6 de la mañana

-¿Te vas a la cama?,¿A dormir?

-Tengo que irme – El frunció el ceño…. ¿Dolido?

-¿Te ocurre algo?-Pregunto el

Seunghyun negó con la cabeza.

-Bueno, entonces voy a enseñarte el lugar donde vas a dormir y..

-No tengo sueño

A Jiyong le sobresaltaron esas palabras.

-¿Qué?

Seunghyun lo miró, incapaz de encontrar unas palabras que describieran todo lo que sentía. Llevaba tanto tiempo atrapado en el libro, qué lo único que quería hacer era corre o saltar.

No quería irse a dormir. La idea de estar de nuevo en la oscuridad….Lo asustaba

-He estado descansando desde 1895 – le explico – No estoy muy seguro de cuantos años an pasado, pero por lo que veo, han de ser muchos.

-Estamos en el año -2014-le informo Jiyong-Has estado <Descansando> durante ciento veinte años-No, sé corrigió el mismo.

Él le había dicho que podía escuchar cualquier conversación que tuviera cerca del libro; lo que significaba que había permanecido despierto durante su encierro. Aislado.

Y Jiyong era la primera persona con la que había hablado, o estado cerca, después de 100 años.

-Me gustaría poder quedarme despierto – dijo, reprimiendo un bostezo –De verdad; pero si no duermo lo suficiente, mi cerebro y mi cuerpo se cansan

-Te entiendo.

-Pues ver la televisión

-¿Televisión?

Busco el control remoto y encendió el televisor y le enseño a cambiar los canales con el control.

-Increíble – susurro él mientras pasaba canales por primera vez

-Sí, es algo muy útil.

Eso lo mantendrá ocupado. Después de todo según Ri los hombres solo necesitan tres cosas : comida, sexo y un control remoto, aunque siempre decía eso no aplicaba a ellos los dos.Pero al menos dos de los 3 deberían mantenerlo satisfecho un rato.

-Bueno-dijo mientras se dirigía a su habitación – Buenas noches

Al pasar a su lado, Seunghyun le tocó el brazo. Y, aunque fuera un roce fue muy pequeño, Jiyong sintió una descarga eléctrica.

Con el rostro inexpresivo, sus ojos dejaban ver todas las emociones que lo invadían.

No quería quedarse solo.

-Tengo otro televisor en mi habitación. ¿Por qué no ves allí lo que quieras, mientras yo duermo?

Jiyong le dedicó una sonrisa tímida.

Fue tras él mientras se dirigían a la habitación, estaba totalmente sorprendido por el hecho de que Jiyong lo hubiera comprendido sin palabras.

Eso le hizo sentir un poco de ¿Ternura?

No estaba seguro.

Jiyong lo llevó hasta una gran habitación presidida por una cama, situada en la pared opuesta a la puerta de entrada.

Enfrente de la cama había una cómoda y, encima como sujetado por algo en la pared ¿Cómo lo había llamado Jiyong?,¿televisión?

Observó como Seunghyun paseaba por el dormitorio, mirando las fotografías que había en las paredes y sobre los muebles; fotografías de sus padres, de Seung Ri y él en el instituto, y una de los perritos cuando era pequeño.

-¿Vives solo? – Le preguntó

-Sí-Dijo, acercándose a la silla que estaba junto a la cama. Su pijama estaba recargado en el respaldo. La cogió y después miro a Seunghyun y a la toalla que aún cubría sus esbeltas piernas y parte de la cadera. NO podía dejar que se metiera así.

Seguro puedes

No, no puedo

¿Por favor?

¡Shh! Parte irracional de mí, cállate y déjame pensar

Aún guardaba la pijama que Bae olvido en su casa hacían las reuniones para ver películas.

-Espera aquí – le dijo-No tardo

Seunghyun se acercó a los ventanales y apartó las cortinas. Observo un piso negro y por encima pasaban cajas metálicas –que debían ser automóviles-mientras pasaban un extraño zumbido no cesaba. Las luces iluminaban las calles y todos los edificios; se parecían a las antorchas que habían en su tierra natal.

Qué raro era este mundo.

Y por primera vez desde que era niño, sintió miedo. No le gustaban los cambios que veía

¿Cómo sería la siguiente vez que lo convocaran?

¿Podrían las cosas cambiar mucho?

O lo que era más aterrador, ¿y si jamás volvían a invocarlo?

Tragó saliva ante aquella idea. ¿Y si acababa atrapado durante toda la eternidad? Solo y despierto. Alerta.

¿Y si no volvía a caminar de nuevo como un hombre? ¿O a hablar con otro ser humano, o a tocar a otra persona?

Esta gente tenía computadores. Había escuchado al dueño de la biblioteca hablar sobre ello con los clientes. Y que probablemente los libros serian sustituidos por esas cosas metálicas.

¿Qué sería de él entonces?

El Amante Perfecto (Gtop)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora