El Amante Perfecto (Gtop)

Curse

Sentía un deseo candente que le recorría todo el cuerpo; si ésta fuese su primera vez, devoraría a Jiyong como a un trozo de chocolate. Lo tumbaría y gozaría de él como un hambriento invitado a un banquete.

Pero tenía que esperar a que se acostumbrara un poco a él.

Muchos siglos atrás, había aprendido que las mujeres y hombres siempre se desvanecían tras su primera unión. No quería que se desmayara.

Al menos todavía.

No podía esperar un minuto más para poseerlo.

Lo tomó en brazos y se encaminó hacia la habitación.

En un principio, Jiyong no reaccionó, perdido como estaba en la sensación de aquellos fuertes brazos que la rodeaban con pasión; su mente estaba totalmente centrada en el hecho de que un hombre le había hecho ver estrellas con un simple beso. Pero al pasar junto a su estudio salió de su ensimismamiento con un sobresalto.

— ¡Hey! — ¿Dónde crees que me llevas?- le pregunto

Él se detuvo y lo miró con curiosidad. En ese momento, Jiyong fue consciente de que un hombre tan alto y poderoso como aquél, podría hacer lo que le apeteciese con él y sería inútil intentar detenerlo.

Un estremecimiento de terror lo sacudió.

Sin embargo, por muy peligrosa que la situación fuese, una parte de él no estaba asustado. Algo en su interior le decía que ese hombre jamás le haría daño intencionadamente.

— Te llevo a tu dormitorio, donde podemos acabar lo que hemos empezado —dijo llanamente, como si estuviesen hablando del tiempo.

— Me parece que no.

Él encogió aquellos hombros, maravillosamente amplios.

— ¿Prefieres este cuarto entonces?, señalo el estudio ¿o quizás el sofá? —Se detuvo y echó un vistazo alrededor de su casa, como si estuviese considerando las opciones—. No es mala idea, en realidad. Hace mucho que no poseo a alguien en un…

— ¡No, no, no! El único sitio donde vas a poseerme es en tus sueños. Y ahora déjame en el suelo antes de que me enfade de verdad.

Para su asombro, él obedeció.

Comenzó a sentirse un poco mejor una vez que sus pies tocaron tierra firme.

De pronto, el impacto de su presencia la golpeó con intensidad.

¡Era real!

¡Cielos!, había conseguido convocarlo y traerlo a este mundo.

Lo mira directamente a los ojos.

-No entiendo, si no quieres sexo, por qué me ha convocado?

Estaba muy claro que tener a un hombre? Como Seunghyung toda la noche debería ser realmente delicioso, con la destreza y la agilidad que caracterizaban todos sus movimientos…

Jiyong jamás en su vida había sentido un deseo sexual tan poderoso como el que sentía cuando lo veía, quería comérselo entero.

Cuando se trataba de él, después de tantos años de no tener nada era el deseo impropio de echarlo al suelo y subírsele encima.

-Que se supone que hare contigo?

Sus ojos se tornaron oscuros por la lujuria que llenaba su cuerpo.

Llevando conscientemente sus manos de nuevo a Jiyong, tocándolo por todos lados.

-Para – espetó, dirigiéndose a Seunghyun y a el mismo-No entiendo que pasa aquí, necesito calmarme un minuto y tu…Necesitas taparte pero ya!-