El Amante Perfecto (Gtop)

LET GO

-¿Qué estoy enfermo?-repitió-¿y tú como conoces ese truco?

-Ya te lo he dicho. Puedo escuchar mientras estoy encerrado en el libro.

Con la misma elegancia de una pantera que se endereza tras estar agazapada, Seunghyun apartó la cobija y salió lentamente de la cama. No llevaba nada puesto además, su miembro está totalmente despierto.

Hipnotizado, Jiyong fue incapaz de moverse.

-No hemos acabado-dijo él con la voz ronca, mientras se acercaba a él.

-¡Pues claro que sí! – le contesto Jiyong, y huyo al baño, encerrándose.

Con los dientes apretados y las estúpidas ganas de golpearse la cabeza con un muro lo inundaron. Miró hacia abajo y soltó un juramento.

-¿Y tú no puedes comportarte durante cinco minutos al menos?

Jiyong se dio una larga ducha fría. ¿Que tenía Seunghyun que hacia literalmente que su corazón hirviera?

Sus labios sobre..

-¡Para,para,para-

No era un ninfómano sin control sobre sí mismo. Era un empresario, con éxito; Y sin hormonas.

Pero aun así era extremadamente fácil olvidarse de todo y pasar todo el mes en la cama con Seunghyun.

-Muy bien-se dijo a sí mismo -.Supongamos que te quedas en la cama con él un mes. Y luego, ¿Qué?-Se comenzó a enjabonar el cuerpo-.Yo te diré que pasara después. Él se ira y tú te quedaras totalmente solo.

No, no dejaría que nadie lo utilizara de esa forma.

Seunghyun se encamino a la sala y le pareció maravilloso como la luz del sol pasaba por la ventana, Le resultaba divertido el hecho de que la gente para por alto estos hermosos detalles. Recordaba la época en la que no se fijaba en algo tan simple.

Y ahora, cada una de ellas era un verdadero regalo de los Dioses. Algo planeado que disfrutaría durante el mes que tenía por delante.

Con el corazón agobiado, se dirigió a la cocina, hacia el armario donde Jiyong guardaba la comida. Al abrir la puerta le sorprendió la frialdad. Alargo la mano y dejo que el aire frio acariciara su piel.Increible.Tomo unas vasijas.

-No comas nada que provenga de lugares extraños-se recordó así mismo, mientras pensaba en algunas de las asquerosidades que había visto a lo largo de los siglos.

Se inclinó hacia adelante y rebusco hasta encontrar un melón en esa caja blanca donde Jiyong había buscado manzanas antes. Lo llevo a la mesa del centro de la cocina, cogió un cuchillo de buen filo, donde Jiyong tenía al menos una docena de ellos, y lo partió por la mitad.

Cortó un trozo y se lo introdujo en la boca.

Cuando el delicioso jugo inundo sus papilas gustativas, gruño con satisfacción. Su estómago pedía con exigencia un poco más de aquel relajante dulzor.

Era tan estupendo volver a tener comida…Tener algo con lo que apagar la sed y el hambre.

Antes de poder detenerse, dejo el cuchillo y comenzó a partir la fruta con las manos, llevándose grandes trozos de este a la boca.

¡Por los Dioses!, estaba tan hambriento…Tenía tanta sed..

No fue consciente de lo que hacía hasta que descubrió la cascara.