—¡Eh, miradme!
Luna levantó la mirada de las servilletas dobladas que tenía en la mano mientras Lyra pasaba corriendo y arrastrando una cometa rosa de Barbie tras ella. Su sombrero vaquero con un girasol enorme en la parte delantera le voló de la cabeza y aterrizó en la hierba.
—Lo haces muy bien —gritó Luna. Dejó las servilletas sobre la mesa de picnic y volvió a mirarla con ojo crítico. El mantel a rayas azules y blancas se agitaba por la suave brisa y el animal de peluche de Lyra descansaba en el centro de la mesa. El cerdito cubierto de hierba llevaba puestas unas pequeñas gafas de sol recortadas de una revista y una brillante bufanda rosa atada alrededor de su cuello—. ¿Qué tratas de probar? —le preguntó Hermione.
—No trato de probar nada —contestó Hermione, colocando una bandeja con rollitos de salmón, paté ahumado y tostadas en un extremo de la mesa.
Por alguna razón había un pequeño gato de porcelana en medio de la bandeja lamiéndose las patas. En la cabeza del gato había un sombrero puntiagudo de fieltro amarillo. Luna, que conocía al dedillo a Hermione, sabía que ese picnic se basaba en algo. No sabía aún en qué, pero acabaría averiguándolo. Pasó la mirada del gato a la variedad de comida que había sobre la mesa entre la que vio algunas cosas que se habían servido en caterings la semana anterior. Reconoció los blintzes de queso y la barra de pan challah de la ceremonia del bar mitzva de Mitchell Wiseman. Los pasteles de cangrejo y los canapés ajedrezados provenían de la fiesta anual al aire libre de la señora Brody. Y el pollo asado con costillitas y salsa lo había servido en la barbacoa de la noche anterior.
—En fin, parece que quieres demostrarle a alguien que sabes cocinar.
—Cogí lo que había en el congelador del trabajo, eso es todo —contestó Hermione.
Pero no, no era cierto. La torre de fruta esmeradamente decorada no la había traído del trabajo. Las manzanas, las peras y los plátanos eran perfectos. Los melocotones y las cerezas habían sido dispuestos con suma meticulosidad y un pájaro de plumas azules con una capa de cachemira miraba hacia abajo desde la percha que descansaba sobre un montículo de brillantes uvas verdes y púrpuras.—Hermione, no tienes que demostrar que eres una triunfadora ni una buena madre. Yo sé que lo eres y tú también lo sabes. Y como tú y yo somos los únicos adultos de los alrededores que cuentan, ¿por qué te molestas en impresionar a un jugador de hockey cabezota?
Hermione miró el pato de cristal que había colocado al lado de los canapés.
—Le dije a Draco que trajera a un amigo, así que no creo que venga solo. Y no estoy tratando de impresionarle. En serio, no me importa lo que piense.
Luna no discutió. Cogió un montón de vasos de plástico transparente y los colocó en la mesa junto al té helado. Fuera o no su intención, Hermione estaba intentando impresionar al hombre que se había deshecho de ella en el Sea-Tac siete años antes. Luna entendía la necesidad que sentía Hermione de demostrar que había tenido éxito en la vida. Aunque pensaba que los brownies que Hermione había moldeado con forma de perros era ir demasiado lejos. Y el aspecto de Hermione también era demasiado perfecto para un día en el parque.
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Simplemente Irresistible (Dramione)
FanficHermione Granger, una encantadora belleza sureña, deja a su prometido plantado en el altar cuando se da cuenta de que no es capaz de casarse con un hombre que podría ser su abuelo, por mucho dinero que éste tenga... Draco Malfoy, inconscientemente...