Hermione no había tenido intención de ir con Draco de vacaciones. Su intención había sido mantenerse firme y negarse a ir a Cannon Beach. Y lo habría hecho si no hubiera sido por el repentino interés de Lyra en su padre ficticio, Anthony.
Después de haber navegado a las islas San Juan, las preguntas de Lyra habían comenzado de nuevo. Quizá haber visto a Cedric con Amber había despertado su curiosidad. Quizá fuera por la edad. Había épocas en las que Lyra preguntaba sobre Anthony, pero, por primera vez, Hermione intentó contestar sin mentirle. Luego había llamado a Draco y le había dicho que irían a Oregón. Si Lyra iba a mantener una relación con Draco, tenía que pasar tiempo con él antes de que le dijera que era su padre. Razón por la cual ahora estaba conduciendo hacia Cannon Beach, rezando por no estar cometiendo un error colosal. Draco había prometido que trataría de no provocarla, pero ella no le creía. —Me portaré lo mejor que pueda —había asegurado. Sí Claro. Y los elefantes volaban.
Le echó una mirada a su hija que iba sentada en el asiento del acompañante sobre un elevador de seguridad. Lyra coloreaba meticulosamente un dibujo de los teleñecos, llevaba puesta una gorra negra con una cara sonriente y unas gafas de sol azules para niños. Era sábado así que sus labios estaban pintados de un rojo intenso. Pero por lo menos ahora esos pequeños labios rojos estaban cerrados y el silencio ocupaba el interior del Hyundai. El viaje había empezado bastante bien, pero en alguna parte, cerca de Tacoma, Lyra había empezado a cantar... y a cantar... y a cantar. Cantó el único verso que conocía de «Puff el dragón mágico» y todos los versos de «¿Dónde está Thumbkin?». Había cantado con su voz chillona la letra de «Deep in the Heart of Texas» y había batido palmas tan entusiasmada como cualquier texano orgulloso. Por desgracia, sólo cantó eso una y otra vez hasta llegar a Oregón.Entonces, justo cuando Hermione había terminado de calcular el número de años que faltaban para que pudiera enviarla a la universidad, Lyra había dejado de cantar y Hermione se había sentido una madre horrible por haber pensado, literalmente, en echar a Lyra del nido. Fue cuando comenzaron las preguntas.
«¿No llegamos aún?».
«¿Cuánto falta?».
«¿Dónde estamos?».
«¿Te acordaste de meter a Blankie en la maleta?».De Oregón a Seaside su preocupación había sido dónde dormiría y cuántos cuartos de baño tendría la casa de Draco. No había podido recordar si había metido su juego de manicura o si había traído suficientes Barbies para jugar cinco días enteros. Se había acordado de meter los juguetes para la playa, pero ¿qué pasaría si llovía todo el tiempo? Y luego había preguntado si también había niños en el barrio y cuántos años tendrían.
En ese momento, mientras recorrían en el coche la calle principal de Cannon Beach, el pueblo le recordó las docenas de comunidades pseudoartísticas que salpicaban el noroeste costero. Estudios, cafeterías y tiendas de regalos se alineaban en la calle principal. Los escaparates de los negocios tenían persianas coloridas en distintos tonos de azul, gris y verde espumoso, y se veían ballenas y estrellas de mar pintadas por todas partes. Las aceras estaban llenas de turistas y unas banderas de colores ondeaban con la brisa siempre presente. Echó una ojeada al reloj digital que había sobre la radio en el salpicadero del coche.
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Simplemente Irresistible (Dramione)
FanfictionHermione Granger, una encantadora belleza sureña, deja a su prometido plantado en el altar cuando se da cuenta de que no es capaz de casarse con un hombre que podría ser su abuelo, por mucho dinero que éste tenga... Draco Malfoy, inconscientemente...