Lyra recorría el pasillo de la iglesia como si hubiera nacido para ser la pequeña dama de honor. Los rizos le rebotaban en los hombros y los pétalos rosas volaban de su pequeña mano enguantada hacia la alfombra de la pequeña iglesia. Hermione aguardaba a la izquierda del pastor resistiéndose al deseo de tirar del dobladillo del vestido de crepé de seda rosa que le quedaba unos centímetros por encima de las rodillas. Tenía la mirada puesta en su hija mientras Lyra que recorría el pasillo vestida con encaje blanco, resplandeciendo como si ella fuera la verdadera razón de que toda aquella gente se hubiera reunido en la iglesia. Hermione no podía imaginarla más radiante. Se sentía muy orgullosa de su pequeña cuentista.
Cuando Lyra llegó al lado de su madre, se giró y sonrió al hombre que permanecía de pie al otro lado del pasillo con un traje azul marino de Hugo Boss. Levantó tres dedos de su cesta y los meneó. Draco curvó los labios y agitó dos dedos como respuesta.
Comenzó a sonar la marcha nupcial y todos los ojos se volvieron hacia la puerta. Luna estaba preciosa con una corona de flores rosas rodeando el corto cabello rubio y un velo de organza blanco que Hermione le había ayudado a elegir. El vestido era sencillo y resaltaba la figura de Luna en lugar de ocultarla bajo capas de raso y tul. El corte al bies disimulaba su baja estatura y la hacía parecer más alta.
Sin acompañante, Luna anduvo por el pasillo con la cabeza erguida. No había invitado a su familia, aunque los bancos del lado de la novia estaban a rebosar con sus amigos. Hermione la había intentado persuadir de que invitara a sus padres, pero Luna era demasiado testaruda. Sus padres no habían asistido al entierro de Ron y ella no quería que fueran a su boda. No quería que le estropearan el día más feliz de su vida.
Mientras todos los ojos estaban puestos en la novia, Hermione aprovechó para estudiar al novio. Con un esmoquin negro, Blaise, estaba muy apuesto, sin embargo ella no estaba interesada ni en su aspecto ni en el corte de su ropa. Quería observar su reacción al ver a Luna, y lo que vio alivió muchas de sus preocupaciones sobre la inesperada boda. Se lo veía tan feliz que Hermione casi esperaba que abriera los brazos para que Luna pudiera perderse en ellos. Toda su cara sonreía y sus ojos brillaban como si le hubiera tocado la lotería. Parecía un hombre locamente enamorado. No era de extrañar que Luna hubiera tardado tan poco tiempo en caer.
Cuando Luna pasó por su lado sonrió a Hermione, luego se colocó al lado de Blaise.
—Queridos hermanos...
Hermione se miró los dedos de los pies que asomaban en las sandalias de piel. «Locamente enamorado», pensó. La noche anterior, le había dicho a Cedric que no podría casarse con él. No podía casarse con un hombre al que no amara con locura.
Atravesó el pasillo con la mirada hasta los Zapatos negros de Draco. A lo largo de su vida, lo había visto mirarla varias veces con la lujuria asomando a esos ojos grises. De hecho, los últimos días que había venido a recoger a Lyra ya había visto esa mirada de «quiero-saltar-sobre-ti». Pero sentir lujuria no era estar enamorado. La lujuria se desvanecía a la mañana siguiente, especialmente con Draco. Subió la mirada por sus largas piernas, por la chaqueta cruzada y por la corbata granate y azul marino. Luego escrutó su cara y los ojos grises que le devolvían la mirada.
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Simplemente Irresistible (Dramione)
FanfictionHermione Granger, una encantadora belleza sureña, deja a su prometido plantado en el altar cuando se da cuenta de que no es capaz de casarse con un hombre que podría ser su abuelo, por mucho dinero que éste tenga... Draco Malfoy, inconscientemente...