Capitulo 3: El arte de valorar.

41 5 2
                                    

-Akane lo lamento- el corazón de Daniel se había paralizado, realmente no sabía que iba a pasar ante esa sonrisa tan maliciosa de su chica en cuestión.

-¿Que lamentas? ¿Besar mi mejilla o... solo besar mi mejilla?- Akane era feliz, sabía con certeza que ese pobre tonto estaba perdidamente enamorado de ella, a tal grado que a pesar de poder hacerle el amor si el quisiera, el terminaba solo besando su mejilla.

Daniel tomo aire para sus  adentros, suspiro y teniendo en cuenta que podría morir en unas simples horas, dijo lo que había guardado durante casi dos años -Hibiki, te amo- lo dijo en voz serena y sin apartar la mirada de su chica.

Akane seguía jugando con la mente del pobre chico: -No has respondido mi pregunta-

Daniel bajo su mirada y con el tono mas sincero que jamas llego a alcanzar en su vida respondió: -lamento no haberme sincerado contigo antes, lamento ser tan cobarde, lamento que la primera vez que te tome de la mano fue por que era de vida o muerte, lamento esas noches de insomnio donde tu eras el motivo, pero no lo sabías, lamento todo en absoluto.

Akane tratando de aguantarse la risa dijo divertida: -Sigues sin contestarme, ¿Lamentas haber besado mi mejilla, o solo haber besado mi mejilla?

Daniel perdió la paciencia: -Lamento haber besado solo tu mejilla, dos veces- Akane no podía creer lo frágil que era su chico en cuestión, sabía que tenia sentimientos hacia ella, pero no tenía ni la menor idea de que fueran de tal magnitud.

-Daniel, cierra tus ojos, pase lo que pase no los habrás hasta que yo te lo diga- Ambos estaban acostados de lado, frente a frente, una mirada marrón chocaba con una mirada ojia-zul, ambos pensando en lo bello que se veía su reflejo en esas pupilas tan dilatadas, Daniel accedió a cerrar sus ojos mientras trataba de mantener su agitada respiración, Akane le dio un ligero golpe con su mano abierta en la cien al pobre chico -Esto es por hacerme esperar dos años- Daniel no abrió los ojos, en cierta forma, el podría haberse aventado de frente contra la pared por la misma razón, Daniel seguía lamentándose en su pensar cuando sintió unos carnosos labios chocando contra los suyos con la suavidad que deberían tener esos choques siempre. -Y eso es por besarme solo en la mejilla- Daniel no respondió, por primera vez e su vida pensaba que no tenía nada que decir, de hecho, no tenía nada que pensar, volvió a sentir esos labios y esta vez pudo realizar una acción similar, o al menos lo intentó pensando: "que estúpido, hasta este día me doy cuenta que no se besar" Akane sonrió aun mas divertida, Daniel estaba temblando y esa malicia que solo se encuentra en las mujeres quiso ver hasta donde podía aguantar, puso su mano en el pecho de Daniel, su corazón y el de ella latían a un ritmo frenético, pudo notar lo rápido que iba, a lo que sonrió y sonrió aun mas al ver que Daniel seguía con los ojos cerrados, le propino otro beso, y lo tomo de la mano -Siente mi acelerado corazón, esta así por ti Daniel- guió la mano de Daniel hacia su pecho, y, tal vez a posta hizo que Daniel tocara una pequeña parte de uno de sus senos, Daniel abrió los ojos como si despertara de una pesadilla, tratando de asimilar que todo era un sueño, aunque no lo era, se dijo para sus adentros: "Olvide por completo que Akane se había quitado lo que traía puesto" Akane al ver la reacción de Daniel soltó su mano, se volteo y se hecho a reír a leves carcajadas -Eres un idiota Daniel- cerro los ojos, suspiro y volvió al habla: -Pero a partir de hoy, eres mi idiota- volvió a ponerse frente a su idiota y volvieron a besarse, Daniel no tenía idea de que hacer o que no hacer, aunque le daba igual, podría morir en un par de horas, en el acto, Daniel creyó tener la seguridad como para acariciar la cintura de su amada, y bajar o subir una unidad con el parámetro de su cuarta, realizó la primera de las dos mencionadas, y después detuvo todo el acto en seco.

-Maldita sea, Akane ¿No vamos muy rápido?- Daniel se odiaba por dentro, tenia ganas de salir corriendo y chocar contra algún trailer en movimiento para terminar con su estúpida agonía creada por el mismo, pero luego recordó que probablemente ya no había trailers en movimiento, Akane seguía en uno de los momentos mas cómicos de su vida

-Daniel te tardaste dos años, y si no fuera por el hecho de que nos llevara la mierda en los próximos días, te hubieras tardado mas, ahora simplemente callate - Y en el acto quito la cobija que cubría su cuerpo, se puso encima de Daniel y lo beso con mas ternura que pasión, pero no faltaba pasión, lo que pasó esa noche es demasiado perfecto como para intentar describirlo.

******

Daniel abrió los ojos mas por costumbre que por otra cosa, tenía una sonrisa de oreja a oreja, sabiendo que había gastado el preservativo que cambiaba cada 6 meses desde los 15 años, mantenía abrazada a su chica en cuestión con ambas manos, formando un tipo raro de equis en su pecho, aceptaría morir de inanición si sus últimos días se mantenían con Akane entre sus brazos, aunque por su naturaleza racional, se lamentaba actuar hasta apenas el día anterior, se había dado cuenta que en 18 primaveras y fracción, solo había vivido 48 horas.

Akane estaba en un termino medio entre dormida y despierta, quería despertar y que todo fuera un sueño, que su madre seguía viva, que se arreglaría y marcharía a la escuela como el día anterior y el anterior, pero también pedía que lo sucedido hace unas horas fuera real, que por fin su amigo se convertía en algo mas, que con cariño denominaba por "idiota".

Daniel soltó a su amada, y se dirigió sin vestirse hacía la ventana, ya había mas de 100 objetos y poco menos de 48 horas para empezar a tener la necesidad de alimentarse, pero le importaba poco, tenia poco menos de 48 horas garantizadas al lado de su amada, a lo que procedió a deleitar su mirada con aquella escultural silueta, Daniel agradecía que los gatos casi dominaran al mundo.

La muerte olvidó la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora