Capítulo 13: Intuición.

16 1 1
                                    

No se molestaron en cubrirse a la hora de cambiar su ropa, Akane consiguio una playera gris un poco mas ajustada que la que acababa de quitarse. Daniel por su parte vestía un pantalon común y corriente color gris.


-Akane ¿te parece si nos vamos a dormir?- Daniel quería descansar, sencillamente mañana sería un nuevo día para el. En la casa había dos camas matrimoniales y una individual, la pareja eligió esta ultima.

El sol se encargó de dejarlos completamente sin iluminación, los dos chicos sabían que no podían simplemente dormir, Daniel con un poco de confianza, tomo de la cintura a su amada, besando sus labios, esta vez, ella no había cerrado los ojos: "apenas puedo distinguirlo, pero se ve tan tierno cuando me besa".

Ambos seguían en lo suyo, de manera casi sincronizada acariciaban todo el cuerpo ajeno, tratando de no durar mucho tiempo en la misma zona, pero, una vez más los complejos vencían a Daniel:

-Akane espera- Daniel se odiaba como de costumbre -Tenenemos que cuidarnos, no podemos traer a una criatura a este mundo, bueno más bien no creo que pueda cuidarte si quedas preñada, no tendríamos...-

-Esta bien- Akane sonreía, su chico siempre pensando a futuro, y preocupandose por un "nosotros" en el futuro.

-Entonces, a descansar- Daniel tenía ganas, Akane también.

-Negativo- Akane volvió a besar a ese simple chico, el cual bajo un poco hacía su cuello, Akane se estremeció y lo alejo de inmediato. -Mejor si, a descansar- Akane se rio a carcajadas, no podía simplemente seguir, terminarían haciendo lo que habían quedado no hacer, almenos, hasta conseguir preservativos.

*****

La chica en cuestión habría sus ojos azulados lentamente, parpadeaba un poco para poder ver mejor, casí por instinto se estiraba lo más que podía, acabo notando como era la habitación en la que estaba, tenía una ventana en forma de circulo con una cruz de un metal verde que partía en partes iguales la antes dicha, se encontraba empolvada por el lado opuesto a la habitación, podía observar que la calle estaba llena de lineas (no encontró otra forma de llamar a esas figuras).

Akane volteó a observar a su chico, el aún dormía, no pudo evitar sonreir al verlo, pero evitó seguirlo viendo mientras se dirigía hacía sus mochilas: "comida para 3 días, agua para uno". La hermosa chica se daba cuenta de que ocupaban algo para transportar sus vienes, ya que estaban viviendo al día respecto al agua.

*****

Daniel abrió sus ojos marrones al tiempo que la luz del sol lo cegaba, no podía levantarse, se encontraba camino a casa de Akane, pero no podía moverse, se encontraba aturdido, tirado en la calle trato de ver su cuerpo pero notó su pantalon desgarrado y con chorros de sangre saliendo de su cuerpo, no entendía nada de lo que pasaba, su mente racional lo hizo ver: "Solo pasaron un par de segundos, entre en shock y nada de lo que aluciné en realidad paso" se vio obligado a interrumpir su pensar ya que un objeto que al parecer acababa de usar la calle como lija se acercaba lentamente hacía el, Daniel trató de incorporarse, cuando se dio cuenta de que otros 3 venían por su espalda, no podía mantenerse en pie, no recordaba como se había fulminado su pierna izquierda, arrastrarse era inútil y Daniel lo sabía, solo cerro los ojos y trato de recordar los buenos momentos que había a su entender alucinado, el sonido de los objetos lo obligaba a observar, todo fue en un par de segundos que para él parecieron años, un objeto cuyo genero sexual no se podía distinguir lo apresó y dio el golpe de gracia, una mordida en el cuello.

Daniel no podía gritar, ni moverse, se dio cuenta de que no sentía ningun tipo de dolor, se preguntaba que estaba pasando al acto que podía ver la sangre brotar de su cuello manchando su cara, pero tampoco podía sentir eso "oh mierda, estoy soñando".

Daniel abrio una vez mas sus marrones ojos al tiempo que trataba de recuperar el aliento, calmado observó la habitación en busca de la chica oriental, se encontraba viendo la calle por medio de la ventana. Suspiró en forma en que pareciera que todo volvia a la normalidad, como si lo único que le importara fuera esa chica, como si todo en su vida estuviera bien. Daniel se levantó de la cama y de inmediato propuso quitar el ayuno al lado de la hermosa oji-azul, la cual acepto con una sonrisa en el rostro.

Acabo el ayuno, Akane cuestionó a su amado chico: -Y ¿qué haremos hoy?- La chica no podía dejar de pensar que la respuesta de aquél chico tendría un razonamiento, una causa, y una circunstancia, le agradaba el ver que ese chico era una persona pensante.

-Veremos si hay una farmacia en este lugar, buscaremos específicamente vitaminas, y si nos queda tiempo, con suerte encontraremos preservativos.- Daniel se aseguró de hacer enfasis en "medicamentos" pero al acabar de hablar se cuestionó a el mismo el por que había hecho eso.

Al salir de la casa donde se habían quedado la noche anterior, ambos cargaban sus mochilas, ya que no sabían si volverían a la misma casa, recorrieron la primer calle completamente y nada, cambiaron a una cuadra de distancia y nada, Akane no dejaba de ver el patrón de lineas que se dibujaban, pero no decía nada, ella intuía que Daniel ya se había percatado, pero no podía estar más equivocada.

Casi al llegar al centro, poco antes de la plaza, encontraron la meta, entraron y tomaron todo aquello que pareciera vitamina, y si, preservativos también, curiosamente aunque tomaron suministros para varios años, el cargamento no hacía bulto en la mochila, Daniel se sintió frágil al instante: -Akane, tomemos lo que ocupamos para 6 meses, alguien más podría ocupar y nosotros no lo ocuparemos- La oji-azul le sonrió y entendió al instante.

Al salir Daniel se percató por primera vez de las lineas en el piso, curioso las siguió con la mirada, todas apuntaban al otro lado de la plaza, cuando la pareja reaccionó ya era demasiado tarde, lo que parecía un centro comercial, ahora era una "bodega" de gente no muerta "Maldición, por eso estaba tan solo el pueblo, todos los objetos estaban aglomerados en un lugar donde cabían, como fuí tan estúpido" Daniel se lamentaba no intuir eso último, y no razonar lo que significaban las lineas, ni siquiera se molestó en decirle a Akane que corriera, pues el conjunto de objetos tardo mas en notarlos que en salir en su busqueda a paso lento, almenos en su mayoría.

La muerte olvidó la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora