Capítulo 26: Amor propio.

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La distancia de las sombras era ya muy alargada, Daniel pudo observar y llegar a la conclusión de que no podían llegar en vehículo a su destino, pues el camino estaba cerrado sin mas.

-Evelyn, necesito que vengas conmigo, tenemos que cambiar de vehículo-. Daniel creía que era mejor robar otro auto que intentar conseguir combustible, ni siquiera tenían un recipiente para contener la gasolina, tampoco una manguera para robar gasolina.

-Yo voy contigo muchacho-. Yoshua apenas trato de bajar del carro cuando Daniel se negó al respecto:

-De ninguna manera, tienes que quedarte a cuidar a tu mujer y a mi mujer, además entre menos seamos más fácil será pasar desapercibidos, si se complican las cosas huyan sin mirar atrás, nos encontraremos en el refugio-.

Akane no podía creer que atrás del chico tímido de mal peinado que ella conocía se encontrara alguien tan seguro de si mismo, su valentía le asombraba aunque era desgarrante que cada poco tiempo sintiera que tal vez ya no lo volvería a ver, todo esto mientras veía que ese chico subía a la camioneta a propinarle un beso en la frente –Volveré lo más rápido posible- la oji-azul lo miró en silencio para luego romperlo.

-Lo sé, siempre vuelves-. Acabando con una sonrisa fingida, pues prefería mil veces irse caminando al refugio que alejarse de Daniel -¿Puedo acompañarlos?- los ojos de Akane no querían perderlo de vista, no de nuevo.

-Lo siento Akane, pero no quiero ponerte en peligro, si algo te pasa, lo lamentaría por siempre, y si no te pasa pero llegas a estar en peligro jamás me lo perdonaría, ¿qué tan loco debo estar como para poner en riesgo a quien amo con locura, y al mismo tiempo arriesgarme a caer en la misma locura si no llegas a estar en mis brazos de nuevo?-. El chico se volteó girando sus ojos hacia arriba, ni el mismo entendía lo que acababa de decir, simplemente quería sonar "lindo".

Akane acepto el esfuerzo, y antes de que su chico bajara del vehículo le propino un abrazo, Daniel sintió como su piel se erizaba rápidamente, cerro sus ojos y se soltó –Debo irme-.

Segundos después de comenzar su camino, Evelyn indago:

-¿Hace cuánto que están juntos, tú y esa chica?- La chica de bronce sonrió al finalizar su pregunta.

El camino era de un solo carril para avanzar, a pocos metros de manera horizontal hacia los dos lados se encontraban hileras de pinos acomodados a la misma distancia uno de otro avanzando en la misma dirección que el camino pero también se extendían hacia los lados.

-Nos conocemos de años atrás, pero somos pareja desde que comenzó todo esto-.

Poco a poco se acercaban a la hilera interminable de autos, Evelyn seguía indagando:

-¿Por qué no estuvieron juntos antes de que esto pasara?-. Al tiempo de terminar su pregunta llegaban a la parte trasera de un automóvil gris bastante viejo, ambos observaron el interior de este, parecía estar vacío a primera vista.

-No lo sé- Respondió dudoso el chico, trato de abrir la puerta del coche pero sus esfuerzos fueron inútiles, no había forma de entrar sin romper un cristal, cosa que atraería a los objetos cercanos –Supongo que siempre la amé, por eso nunca le dije algo al respecto-.

Evelyn ladeo el cuello horizontalmente hacia su hombro derecho.

-¿De qué hablas? Con más razón debiste ser honesto antes, estas un poco loco ¿sabes?-.

-No es así, el hecho de intentar quedar con alguien no es por amor, al menos no por amor hacia ese alguien-.

-Me empiezas a desesperar-. Decía la chica al tiempo que señalaba un objeto que caminaba a dos autos de distancia –Explícate bien de una vez, o no expliques, pero no dejes todo a medias tintas-.

-El hecho de que le digas a ese alguien tu sentir, lo haces con la intención de que te corresponda, de que pueda abarcar tus necesidades físicas y emocionales, pero eso se traduce en amor propio, y de ese tengo muy poco, yo siempre vi a Akane feliz, siempre pasé tiempo con ella, siempre supe que estaba enamorado de ella, sin embargo nunca dije nada porque ella se veía feliz-.

Evelyn miro fijamente los cafés ojos del chico, entendía lo que sus labios decían, pero no entendía porque le bastaba con verla feliz. –Entiendo, tal vez...- Evelyn agacho la mirada, y se mantuvo en silencio, pero completo la frase para sus adentros: "Tal vez nunca he estado enamorada".

Ladearon el siguiente auto sin intentar abrirlo, ya que estaba totalmente encerrado entre el anterior y el siguiente, sacarlo de ahí conllevaría a hacer mucho ruido, estaban a escasos metros del objeto anteriormente mencionado, el helado viento comenzaba a azotar con fuerza todo lo que fuera tangible, por medio de señas Daniel le dijo a la chica que distrajera al objeto por enfrente, mientras Daniel le daba la vuelta a los dos autos rápidamente y en un solo movimiento se lanzaba sobre la espalda del objeto para después darle el golpe de gracia con el pie, avanzaron unos metros más, hasta encontrarse a lo lejos con un grupo de unos 25 objetos caminando en el eje vertical del camino, entre las ya dos hileras de vehículos que se habían formado, y unos cuantos más caminando por fuera del camino, solo iban y venían, los chicos se encontraban sentados pensando cómo podrían pasar y si valía la pena pasar.

-La mayoría de las gasolineras tienen un supermercado al lado, si no obtenemos combustible, tal vez podamos conseguir víveres-. Dijo Evelyn con entusiasmo.

-Si es así, vale la pena pasar-. Dijo el Daniel mientras trataba de visualizar su siguiente movimiento.


La muerte olvidó la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora