Capítulo 18: Sin puntos suspensivos.

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Daniel notó la sonrisa de su amada y cerro los ojos haciendo un gesto que aparentaba desesperación​  (¿Que no te has dado cuenta que me desconcentras con facilidad?) pensaba mientras regresaba su anterior movimiento, Yoshua realizó la misma acción, el juego estaba enfrascado, demasiado enredado, Daniel sabía que si se repetían dos movimientos más el juego quedaría en tablas, Daniel procedió con firmeza a declinar su rey.

Yoshua no dijo nada, Akane se sorprendió mientras volteaba a todos lados intentando descifrar porque Daniel se había rendido pero no encontró respuesta.

-Tienes unas muy buenas agallas hijo- Yoshua alababa la acción queriendo entender al joven que le ofrecía la mano de manera simbólica para acabar la partida.

-Pues que le puedo decir, ahora lamento preguntar ¿Donde tiene una escoba?- Daniel fiel a su costumbre tenía que pagar su apuesta.

****

A media labor Daniel fue interrumpida por su amada:

-Si ya sé que no sé barrer, pero aunque agarre mal la escoba hago mi trabajo- Daniel decía eso mientras sonreía, pues él sabía que Akane no venía a cuestionar su forma de barrer.

-¿Por qué te rendiste?- Akane no podía quedarse con la duda.

-No me gustan los puntos suspensivos, y no me gustan las tablas.

Akane no entendía la respuesta de Daniel, pero su maldad de mujer le obligó a responder: -Pues aún te faltan los platos, así que date prisa, acto seguido le proporciono un beso en la mejilla y trato de retirarse, pero Daniel la tomo de la mano procediendo a darle un beso en la muñeca, Akane se encogió de hombros en gesto de agrado y volvió a intentar retirarse, pero algo ajeno a su malicia de mujer la obligó a detenerse y decir lo que toda persona debería escuchar de vez en cuando: -Te quiero-.

Daniel cerro los ojos con una sonrisa particular, dejaba que en sus mejillas se le marcaran hoyuelos en cada lado de las mismas, Akane se mantuvo inmóvil en gesto de impotencia, cuando veía eso le daban ganas de colgarsele del cuello y besarlo hasta que necesitara respirar. Akane dejó que su chico en cuestión terminara su tarea.

Akane volvió al lugar donde habían comido buscando un recipiente para poder beber algo de agua, Yoshua se le acercó con intenciones de indagar un poco. -¿Como se conocieron Daniel y tu?-.

-En la escuela, hace casi tres años, en la clase de Historia universal el me sacó de aprietos, el maestro me pregunto que a partir de donde podía contarse la historia, Daniel contesto que a partir de la escritura, me evitó la pena de responder incorrectamente, pero no lo hizo para llamar mi atención, de hecho hablar con él era bastante díficil, era un chico bastante popular, pero él no quería hacerlo, el odia a las masas, y le cuesta mucho trabajo conversar con mas de dos personas al mismo tiempo, aún no puedo creer que estemos juntos-.

-Ya veo, entonces no tenía mi percepción muy alejada de ese chico, y ¿Como empezaron a hablar?-.

-Un día hicieron votaciones sobre lugares para ir a un convivio, Daniel no hablaba con nadie, sin embargo se animo a decir que podíamos ir a un teatro, otros dijeron cosas como fiestas, otros una discoteca, o algún bar, su opción fue de las últimas y matemáticamente ya no podía ganar, y aún así el siguió apoyando su idea del teatro, fue la única persona que voto por su idea, cualquier otra gente no lo habría hecho, entonces le pregunté su motivo para darse a conocer o ser el centro de atención quedando en ridículo, el me respondió "No me quiero dar a conocer, sencillamente yo quiero ir ahí, sería hipócrita y cobarde de mi parte votar por otro lado solo por que votaron más, y sería peor no votar" entonces me di cuenta que él era diferente al resto-. Akane sonreía y ladeaba su cabeza mientras recordaba esas cosas, nunca le había contado algo así a nadie y sonreía al saber que sonreía por recordar esos momentos. -Por cierto, ¿usted sabe por que Daniel se rindió?

-Es muy simple niña, a tu chico no le gustan los puntos suspensivos-.

-El dijo lo mismo pero no logro entender a que se refiere-. La mirada de Akane ardía en las llamas de la curiosidad.

-No le gusta perder, pero tampoco le gusta saber que pudo perder, Daniel es un competidor nato, trata de ser el mejor en todo, es muy curioso encontrar alguien así, la mayoría de la gente se conforma con destacar en una cosa, pero a él le apasiona destacar en todo, y no creas que es por déficit de atención o algo así, lo hace por sentirse bien consigo mismo, o al menos esa es mi opinión-.

Daniel llegó a donde estaban anunciando que había terminado la mitad de la apuesta.

-Ya deja eso así hijo, ven conmigo, ocupo que veas algo-. Se marcharon con rumbo al tejado de la casa. Daniel tuvo la intuición de que iba a pasar, pero prefirió no hacerce chaquetas mentales el solo, aunque para su mala suerte las chaquetas eran ciertas:

Se podía ver todo alrededor de la casa donde se encontraban, al sur el río donde se conocieron se encontraba plagado de esos objetos, pero solo fungían de barrera natural, no podían salir de ahí, al norte se veía un conjunto de objeto de cantidades alarmantes que venían en dirección a su ubicación, Daniel trató de saber que los guiaba hacía ese lugar, ya que estaba seguro que el ruido no era, calculaba unas 6 horas para tener visitas no esperadas, podía darse cuenta que él río tenia casi la forma de una C, de forma que encerraba a la casa con el conjunto, aunque aún se podía pasar por un extremo, de nueva cuenta, el chico calculaba que en 3 horas, quedarían totalmente encerrados.

-¿Que opinas hijo?- Yoshua trato de mirar a los ojos a Daniel, pero no pudo ya que la mirada del chico estaba perdida en su nuevo destino.

-Opino que no alcanzaremos a jugar otra partida-. El chico se encontraba sonriendo.

La muerte olvidó la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora