Capítulo 14: Los seguidores.

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Giraron 90° por capacidad de reacción, aunque cualquier persona lo tacharía de "reflejo". Comenzaron a correr sin un rumbo fijo, solo sabían que tenían que perderse de su alcance visual, Daniel se preguntó interiormente por que nunca se había preguntado sobre el tema pero entendió que ese no era el momento.

El conjunto los seguía ciegamente como si ellos fueran sus lideres, un desfile de centenares de objetos común y corriente, al menos hasta que los últimos salieron de la construcción donde estaban, uno de ellos era diferente al resto, e intentaba correr lo más rápido que podía pero los demás alentaban su paso, ese objeto en específico tenía marcas en todo el cuerpo de arañasos y golpes, así como la ropa ruñida como si acabara de pelearse con una manada de fieras, ninguno de los dos chicos se había percatado de esa situación, Daniel seguramente podría haber razonado ese comportamiento a como era la sociedad antes del apocalipsis, pero el seguía corriendo.

Después de poco más de 10 minutos corriendo, Daniel volteó con la esperanza de ver a todo ese conjunto con algún tipo de movimiento aleatorio dando a entender que ya no los seguían, pero vio a los lideres de la manada, Akane no se molesto en voltear, solo preguntó: -¿a que distancia se encuentran?- Daniel sintió más sencillo responder en función del tiempo.

-Nos alcanzarán en 2 minutos si nos detenemos- Acto seguido volteó nuevamente para asegurar su respuesta, continuó corriendo y después de eso Daniel tuvo un presagio que lo obligó a voltear de nuevo, ya que él pensaba que esas cosas eran información procesada tan rápidamente que su parte racional no lograba entenderla, y no le falló, pudo ver como uno del conjunto avanzaba con una velocidad altamente mayor a la del grupo, y mayor a la de ellos.

No tenían conocimiento geográfico de la zona, Daniel se lamentó el no viajar cuando pudo, su rango visual alcanzaba a detectar un sembradio se maíz bastante espeso, a unos 30 segundos si giraban un poco a su izquierda.

-Akane escuchame bien, llegando al sembradio tirate al piso, y trata de gatear en diagonal, de manera lenta, nos viene persiguiendo un mounstruo como el que vimos en el camión de galletas, si no funciona, solo sigue corriendo, tratare de detenerlo lo más que pueda, solo sigue corriendo y no olvides lo mucho que te amo- Akane quería deterse a discutir con su chico, pero entendió que no era el lugar ni el tiempo, asimismo ella se cuestionó el por que quería discutir.

Daniel calculaba que en un minuto el objeto del que huían entraría al sembradio, una vez que Akane entro, Daniel espero 30 segundos y la siguió, el simple chico quería ganarle tiempo a su amada por si su plan no resultaba como el quería, le costo un poco de trabajo encontrarla visualmente, pero se alegro, ya que en teoría sería mas dificil para los que iban atras de ellos, una vez en el piso empezó a seguirla lentamente, sabía que estaba a 30 segundos de ella, y de él.

Ambos avanzaban notablemente más lento, en cuanto el objeto en cuestión entro al sembradio se detuvo, y comenzó a caminar sin rumbo fijo, daba brincos altos para tener mejor rango visual, pero no era de gran ayuda, poco a poco el sembradio se lleno de centenares de objetos que comenzaron a vagar sin rumbo fijo.

Daniel acelero su arrastre hasta alcanzar a su amada y comenzaron a hablar en voz baja:

-Akane, funcionó- Daniel se encontraba agotado al igual que ella, sin embargo sonreía al estar un poco mas seguros que hace poco tiempo.

El terreno se empezaba a llenar de objetos, era cuestión de tiempo para que un objeto pisara a alguno de los dos chicos. Su situación geográfica constataba de 50 metros mas del plantio, y después comenzaba una llanura de cerca de 100 metros que terminada en un río de fuerte corriente, ninguno de los dos se percató de eso hasta estar a escasos 10 metros del final.

-Lo sé, pero ¿ahora como saldremos? en cuanto salgamos de aquí esa cosa nos vera y ya no podremos... ¡ah! mi mano- El rostro de ambos palideció mientras un pequeño alacran huía del lugar, depués de haber pegado con éxito un par de latigasos.

El tiempo pareció detenerse para Daniel: "lo menos indicado es acelerar el ritmo cardiaco para que el veneno no fluya mas rápido, pero en poco tiempo Akane no soportará el dolor y el ruido provocado nos convertirá en un banquete, maldita sea".

Daniel no dijo nada, la tomo con fuerza, le proporciono un beso que parecía ser el último, y como tal lo dio con esa pasión, aunque todos sus besos eran así, como deben darse los besos, acto seguido le ordenó que empezara a correr como si no hubiera un mañana.

A menos de 10 metros afuera de el sembradio, el temido objeto notó su presencia, así como el resto del conjunto, la carrera era vertiginosa, el depredador y las presas, Daniel le pedía a gritos a su amada que no parara por nada del mundo, que tenían que llegar al río y ahí la suerte desidiría, Akane no creía en sus palabras, Daniel nunca creyó en la suerte, lo repetía constantemente en sus tiempos de convivencia, sin embargo le hizo caso, corría tratando de ignorar su mano dormida y un dolor penetrante que avanzaba por dentro de su antebrazo relativamente gran velocidad, a los 50 metros salidos del plantio Akane tiró su mochila para poder acelerar el paso, Daniel no se permitió ese lujo mientras tomaba la misma solo de una pequeña agarradera en la parte superior, sin embargo no se alejó de su amada, la perseguía con todas sus fuerzas así como el objeto de atras los perseguía a ellos, se encontraban a 10 metros del río, cuando Daniel hizo ver que la suerte no existe....



La muerte olvidó la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora