Capítulo 12: Soledad, un poco de biología II.

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La meta se encontraba a unos 10 minutos en recta para la enamorada pareja, Daniel miraba intrigante todo lo que estuviera a su alrededor, se encontraban en un pastizal con uno que otro arbol esporadico, ambos sabían que faltaba poco tiempo para el anochecer, pero suficiente para llegar al pueblo en busca de un lugar donde pasar la noche. Akane se notó una planta que ella conocía y le indicó al chico que llevaba de la mano que se detuvieran.

-Mira, es una savila, no parece estar muy firme, hay que llevarla con nosotros- Akane tenía un brillo anormal en sus azules ojos.

-¿Para qué? no quisiera cargar más peso si no tiene una buena justificación- Acabando de hablar Daniel se preguntaba para sus adentros si no era muy frio al responder, pero también sabía que siempre respondía así.

-Es una planta curativa, ayuda a sanar heridas, es comestible y esta bonita- Akane hizo enfasís en "bonita". Daniel sencillamente no podía decirle que no a esa sonrisa, al fin y al cabo, por esa sonrisa quería seguir viviendo; No tardaron mucho en desplantarla -Lo curioso es que puede estar semanas sin estar plantada, no se muere, resiste muchisimo tiempo sin agua y sigue como si nada-. Akane tomo la planta al tiempo que Daniel se ofreció a cargar su mochila, acto seguido Daniel se molesto pensando:

"Mierda deje de cuidar a nuestro alrededor casi 5 minutos y ni cuenta me dí, es tan asombroso ese poder de mi linda Akane" el simple chico sonreía, Akane de inmediato pregunto el porque.

-Te lo explicare despues Akane, mira, ya llegamos al pueblo- expresó el chico mientras pensaba "la llegada a este lugar me salvo de sentirme frágil al responder, que afortunado soy".

La meta se encontraba a escasos 50 metros de la pareja en cuestión, la carretera lo dividía exactamente a la mitad, la meta constaba de un lugar cuadrado de 1 km de lado. En la parte izquierda de la carretera justo en medio encontraba una plaza cuadrada con un kiosko enmedio, las calles carecían de pavimento, un aburrido color rojo en la parte de abajo hacía contraste con un aburrido color amarillo en la parte de arriba, todas las casas pintadas del mismo color, de la misma forma, lo único que diferenciaba las casas era el número de las mismas.

-Akane, recorramos el perímetro horizontal y luego verticalmente, veamos que tan solo se encuentra este lugar, al parecer las cuadras son normales, así que basta con ladear la mitad- Daniel trataba de que ambos se encontraran lo más seguros posible, en su recorrido no encontraron ningún objeto.

-Este lugar parece sacado de un cuento, no hay ni una alma, ni siquiera de las que se encuentran en pena caminando como esta de moda- Akane miraba a su chico ansiosa, le proporcionó un beso en la mejilla, o esa era su intención ya que Daniel volteó rápidamente y acabo en sus labios.

-¡Caíste!- Daniel sonreía victorioso -Anda, hay que adentrarnos, ya casi anochece-.

En la esquina noreste del poblado se introdujeron en la primera casa cuya puerta estaba completamente abierta, Daniel hizo un poco de ruido en la entrada y se sintieron seguros al no escuchar respuesta alguna, la casa constaba de dos pisos, casi por costumbre fueron en busca de las habitaciones, había 3 y un baño, Daniel se atrevió a pensar que las demás casas tendrían la misma forma, examinaron todo lo que podían, y encontraron ropa para ambos, casi por reflejo Daniel se fue a tomar una ducha, tardo tiempo en mojarse del todo, pues el agua se encontraba helada, el simple chico se sentó en una esquina dejando que la criztalina agua sencillamente escurriese, "maldita sea, al principio parecía incluso divertido, pero no se si lograre, bueno, lograremos aguantar esos malditos 6 meses, debemos encontrar un refugio, ¿pero donde? a este paso estaremos arriesgando la vida cada 5 o 6 días, y con el paso del tiempo los objetos seguiran acumulandose en conjuntos mas grandes, si Akane no estuviera a mi lado, talvez...." Akane entro desnuda y de inmediato fue a acurrucarse al lado de su amado, le importo poco que el agua estuviera helada, se posicionó de tal forma que su amado pudiera abrazarla, los dos se encontraban en silencio, se desprendían lagrimas de los cafes ojos de Daniel, pero estas se camuflajeaban perfectamente con el ambiente.

-¿En qué piensas?- Akane rompió el hielo mientras se movía de tal forma que quedaban sus mejillas rozando levemente.

-Este mundo es mas humano que el anterior, al menos para mí, quien sabe cuanto hubiera tardado en siquiera besar tu mejilla, y miranos, abrazados en esta tetrica situación- Se escucho un silenció mientras ambos acariciaban con sus mejillas las mejillas de la persona en cuestión, Daniel siguió hablando: -La forma social de los humanos era una completa pantomima, al fin y alcabo lo único que importa es seguir viviendo y seguir sintiendo, las clases sociales solo estaban en nuestra mente, y el nivel de felicidad decrecía en función de nuestra capacidad racional, aunque del otro lado se convertía en ignorancia, una felicidad basada en lagunas de conocimiento, quisiera que pasara el tiempo que falta, para poder en verdad conocer la vida con toda su dicha, y me pregunto por que demonios no actué antes de que esto pasara, tal vez no podía con la presión social- Daniel soltó una carcajada que acabo en lloriqueo -Es como si todas las presiones que actuaban sobre mí hubieran desaparecido, nunca las necesite- Daniel empezaba a llorar de forma lineal -mirame, llorando y nisiquiera puedo dejar de hablar...- Su amada lo interrumpió con un movimiento de forma agresiva, lo levanto y lo puso frente a ella.

-Daniel, eso ya no importa, lo que importa es que seguimos vivos, y sabemos lo que se siente todo eso que acabas de comentar, ahora por favor deja eso de lado y piensa en nosotros- Akane lo abrazó con fuerza, Daniel hizo lo propio, ambos acariaron el cuerpo de la persona en cuestión de una manera muy lenta, casi como si quisieran hacerlo el resto de sus vidas, la oji-azul le dió un beso en la mejilla y salio de la regadera muy lentamente, con ese movimiento de cadera que los hombres nunca sabran como demonios lo hacen, Daniel observó sin ningún morbo el caminar de su chica.

"Ya no importa nada, solo seguir con vida" Daniel salió de la regadera, y se encontro con su mujer cambiada de la forma mas comoda que ella pudo encontrar entre las prendas que acababa de urtar, lucía un pantalon de mezclilla con bordados que parecían mariposas a la altura de los muslos, y una playera color roja que aumentaba aún más el azul de sus ojos, tenía un grabado que decía: "todos los días son el día".

Daniel también encontro que ponerse, el primer pants que encontro (de color verde) acompañado con una playera color negra, pero su estúpida capacidad racional lo traicionó de nuevo, se quito el pants buscando un color que resaltara menos, así sería mas difícil de diferenciar para los objetos, y le comentó ese asunto a Akane, la cual reprocho:

-Daniel admiro como piensas y todo, pero a veces eres aburrido- Acto seguido procedió a otra ropa.

La muerte olvidó la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora