La muerte olvidó la tierra

Capítulo 31: Sombras.

La tibia luz del astro rey dejaba ver que no seguía ni un objeto en el campo visual del local donde se encontraban, al abrir los ojos, Daniel se percató de que Evelyn ya había tomado provisiones en algunas bolsas, estaban listos pare ver si podían conseguir algo de gasolina incluso había preparado un recipiente que al parecer hace algunos minutos contenía algún producto de limpieza.

Daniel se acabó de despertar, y noto que el pantalón de Evelyn estaba raspado a desde el inicio hasta la altura de las rodillas, se podía notar una que otra raspadura.

-Tus piernas parecen lastimadas, ¿Te encuentras bien?-. Daniel dedujo que fue producto de no dejarlo caer la noche anterior.

-Sí, no te preocupes ni me había dado cuenta hasta que desperté-. Evelyn se tapada un poco sus heridas con las manos.

Daniel le levantó apoyando sus brazos en piso, y en el intento cayó al suelo, Daniel tenía su bíceps de la mano izquierda completamente desgarrada, al darse cuenta comenzó a hacer algunos movimientos.

-¿Qué pasa? Pregunto la chica de bronce-.

-Caliento los músculos de mi brazo, al parecer me desgarre, y no quisiera tener que utilizarlo de repente, pues no me respondería, cuando pasa eso y se debe utilizar el musculo lesionado se tiene que calentar bien antes de usarlo, aunque solo me lesionare más, podre utilizarlo lo suficiente como para reagruparnos.

Ambos se hidrataron y comieron un poco, Daniel curioseando encontró un par de walkie talkie de corta distancia, sin pensar checó si funcionaban, los puso en el mismo canal, revisó que el vendaje de la chica estuviera aun firme, procedieron a buscar gasolina, gasolina que no había.

-Bueno, al menos tenemos comida, aprovechemos que los objetos están atrás del local-. No podía estar más equivocado.

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Al tiempo en que un chico colgaba de una escalera manteniéndose con solo su mano izquierda a un par de kilómetros de distancia, Yoshua se encontraba sentado en el cofre de una camioneta cerrada color roja, su sexto sentido le advirtió que algo lo miraba, alzo la mirada y entre las sombras en medio del camino que acababan de recorrer se encontraba un objeto caminando libremente en su dirección, Akane y Adriana dormían en la seguridad de la camioneta, Yoshua avanzó hacia el objeto y se deshizo de él sin mucho problema, poco después mientras regresaba al vehículo percibió un cuerpo más, este salía de entre los miles de árboles que estaban a ambos lados de donde se encontraban, hizo lo propio.

La luna se encontraba de tal forma que Yoshua y las mujeres quedaban en medio de ella y el lugar hacía donde Daniel había emprendido su viaje aún no estaban completamente a oscuras, Yoshua se detuvo en su regreso a abrochar sus agujetas, apenas podía verlas cuando de pronto una sombra alcanzo el nivel de visión del sujeto antes mencionado, Yoshua volteó, pero no alcanzaba a distinguir nada a más de 20 metros de distancia, trató de guardar la calma, pensó que la sombra le indicaba la dirección de donde el objeto provenía, se siguió acercando a la camioneta cuando noto otra sobra más, y luego otra, en un par de segundos su camino estaba completamente lleno de sombras de tal forma, que si cerrara los ojos y los abriera pareciera que no había sombras, la densidad había llenado completamente el trayecto que lo llevaba a la camioneta, Yoshua volteaba con inútiles esfuerzos de ver algo, poco a poco su oído confirmaba lo que sus ojos no veían, centenares de objetos caminaban en su dirección.

5 metros antes de llegar a la camioneta, Adriana salía de la misma, Yoshua trato de decirle con señas que entrara sin hacer ningún ruido, pero era inútil, estaba todo oscuro por completo, un objeto flanqueo a Adriana, tirándola al piso, el ruido despertó a Akane, lo primero que vio fue a Yoshua quitándole de encima un objeto a Adriana justo antes de que este la mordiera, el sonido se hizo cada vez más fuerte, casi era aturdidor, entre la adrenalina y el susto entraron a la camioneta azotando levemente la puerta, ese sonido que acababan de provocar era el peor error de su vida.

-Tranquilas, no pueden vernos, saben que estamos aquí pero no pueden hacer nada, tal vez se vayan antes de que la luz del día nos delate, no hagan ningún ruido- Acabando esas palabras un golpe y luego otro se comenzó a escuchar, los objetos habían rodeado completamente el refugio en el que estaban, no podían hacer nada, el ruido era ensordecedor y el calor aplastante, las siguientes 6 horas serían las más largas de su vida.

Pasaron escasos minutos cuando Adriana comenzó a sentir que le faltaba aire, Yoshua la abrazó por la espalda y le susurró al oído: -Tranquila, respira conmigo, te guiare en el ritmo- Adriana podía sentir el pecho de su marido expandirse y contraerse producto de la respiración, por suerte las ventanas aún no eran eléctricas, bajo un centímetro la ventana más cercana, pero el ruido ahora era más fuerte, a cambio un poco de aire se colaba.

Akane soltó una leve risa, la pareja volteo a verla. –Estoy preocupada-.

-Por ahora descansa Hija, tratemos de esperar a Daniel, él sabrá que hacer-. Adriana trataba de tranquilizarla, pero logró lo contrario.

-Eso es lo que me preocupa, sin duda alguna realizara algo estúpido para que salgamos de esta, antes estuvo a punto de sacrificarse un par de veces teniendo en mente que yo podía salir viva, el hecho de pensar lo que podría hacer me enferma y quiero toser del estrés, no podría vivir sin él, no ahora-. Akane seguía con una sonrisa nerviosa en su rostro.

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Daniel y Evelyn avanzaban rápidamente sin cruzarse con algún peligro, con calma ladearon la torre de autos destrozados que la noche anterior habían escalado, levantaron la cabeza al mismo tiempo que Daniel quedaba atónito: Los objetos no estaban atrás del local, caminaron en dirección a donde su amada estaba, con rapidez se subió a un auto para tener rango visual, pero era inútil, sol podía ver una inmensa bola de un radio de unos 100 metros de objetos tanto alrededor y unos pocos arriba de la camioneta donde se encontraba su amada, una vez mas era momento de pensar.