Capítulo 10: El cuerpo humano.

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La enamorada y hambrienta pareja llegaron a tener la carretera que buscaban a rango visual, Daniel tardo más en observar la carretera que en contemplar los riesgos:


-Akane, si alguno de ellos nos ubica, no tenemos a donde correr, tratemos de ser lo mas sigilosos que podamos- Daniel estaba en lo cierto, a la izquierda de la carretera no había mas 10 minutos caminando de un llano solitario, a la derecha otro tanto igual, y después se encontraba un inmenso lago, la carretera estaba unos 60 Centímetros encima del nivel de los llanos, mas aparte otros 60 centímetros de un metal que asemejaba la función de una malla, la carretera parecía interminable aunque Daniel sabía que eran  unos 20 minutos de linea recta para regresar a la ciudad donde vivían, y 20 minutos en sentido inverso para llegar a un pequeño pueblo, las hileras de autos abandonados parecían interminables, constaba de 2 carriles para cada dirección.

-No veo a ningún objeto Daniel, ¿cuál es el plan?- Akane reafirmaba la ciega fe en su chico amado, sentía cierta admiración, pero también se preguntaba como era capaz de razonar con tantas cosas emocionales en los instantes críticos, pero no lo preguntaba.

-Lo primero es acercarnos un poco más, y después ver cuantos objetos hay, una vez ahí sabremos si podemos revisar los autos a ver si encontramos algo de alimento, con suerte habrá por ahí algún camión de los que reparten frituras o algo así, entrar y salir lo mas pronto posible-.

Mientras se acercaban, ambos se percataban de uno que otro objeto que estaba caminando rumbo a su antigua ciudad, casi todos lo hacían por media carretera, se encontraban a escasos 10 metros en linea recta a la malla, Daniel observó por abajo de los carros, y no se percató de algún movimiento cercano, cruzó la malla, y ayudo a su amada a subir.

-No te alejes de mi Akane, y si vez algún peligro, no grites, solo jala de mi mano con fuerza, tratemos de no llamar la atención- Akane hizo una seña de que había entendido, y con una mirada con obscuras intenciones provocada por su malicia de mujer jalo a Daniel en cuanto ella salio de el rango de visión de su amado; él volteó rápidamente buscando el peligro mientras sus músculos se tensaban.

-¿Qué pasa?-

-Nada- Sonrió Akane divertida, -Solo se me olvido decirte que amo- Acto seguido le propino a Daniel un beso en los labios, y al acabar no podía dejar de festejar su anterior travesura.

-Maldita seas- Daniel se encontraba molesto y al mismo tiempo feliz, solo se le ocurrió besarla y propinarle una nalgada en vez de acariciarla, Akane torció los ojos hacía en un tipo de acto de desagrado, y contesto mordiéndole el labio inferior al chico en cuestión.

-Ya calmate- Reviró Akane divertida -Este no es un lugar para estas cosas.

Daniel no pudo disimular su sonrisa y asintió con la cabeza, avanzaban lentamente en dirección opuesta a su ciudad, Daniel diviso a unos 25 metros un camión que transportaba principalmente galletas, lo señalo y su amada fijo su oji-azul mirada como queriendo decir "esta bien, vamos para haya". Pero la entrada al camión se encontraba del lado opuesto al que se encontraban, había que cruzar la calle, y había que darle la vuelta al camión para poder ingresar, Daniel hizo una "lagartija" para tener rango visual por abajo de los carros y noto a un objeto por donde se encontraba la entrada al camión antes dicho, se lo hizo saber a su amada y comenzaron la travesía.

Al pasar por en medio de la carretera 2 objetos notaron su existencia, se encontraban a unos 150 metros, y los demás objetos siguiendo en linea recta por toda la carretera notaron el movimiento de los primeros 2. Ninguno de los chicos se había percatado.

Daniel ladeo el camión, y antes de que el objeto pudiera darse cuenta, una pierna humana de un chico normal lo había mandado al suelo, acto seguido una navaja de 30 cm se introdujo en su cráneo, el objeto jamás volvería a moverse. ambos ingresaron al camión y cerraron la puerta, empezaron a llenar sus mochilas de todo lo que encontraban, hasta que un golpeteo leve cambió su concentración hacia ese sonido.

Cerca de unos 15 objetos tenían rodeado el camión en cuestión de segundos a partir del primer golpeteo, Daniel se mantenía en silencio divisando la situación pero sabía que tenía que ser rápido, o esos 15 se multiplicarían en minutos.

-Akane, espera unos 30 segundos después de que salga, y vete corriendo hasta el lugar donde pasamos la noche, si no llego 20 minutos después de mi, olvidame y trata de sobrevivir- Daniel dijo las palabra más sinceras en toda su vida, estaba dispuesto a sacrificarse por ella sin siquiera pensarlo, pero no quería ser tan obvio; por eso le pedía que esperara 20 minutos.

-No, no pienso alejarme, podemos salir juntos, pero tienes que averiguar como- Daniel ni siquiera se molesto en preguntarle a Akane si sabía conducir, había carros parados por todos lados.

Daniel miró a su oji-azul chica, no tenía forma de salir, ocupaban algo para mover a los objetos de ese lugar, pero no encontraba nada con que hacerlo -Akane, no creo que salgamos juntos, pero puedes salir tu-.

-¡No! no pienso irme a ningún lugar, igual aquí hay comida para una o dos semanas, pasemos ese tiempo juntos, dejemos que la muerte venga tranquilamente por nosotros, pero juntos- Akane no tenía ni la menor intención de vivir sin ese chico tonto.

Daniel se dejo vencer, y quería pasar los últimos días de su vida al lado de esa chica de senos pequeños que a su entender eran perfectos.

-Creerás que soy un estúpido, pero, ¿por qué no tuviste alguna pareja? en todo el tiempo que te conozco nunca te conocí a algún chico o algo por el estilo- Daniel se ahogaba por preguntar eso desde incluso antes del desastre actual que estaban viviendo.

-Porque te quería a tí- Akane respondió mientras lo tomaba de la mano.

-¿Y no había nadie mas?-

-Había alguien más para ti?

-No Akane, pero, se me hace raro-

Akane bajo su mirada mientras hablaba: -Normalmente la mayoría de mujeres tienen ciertos gustos, pero acaban con alguien a quien puedan manipular a su antojo, les da pánico el echo de intentar algo con quien no puedan controlar, sienten que se encariñan de más, y prefieren manipular que ser manipuladas, aunque el chico que agarren no las haga sentir nada, así son de estúpidas-.

Daniel interesado, y consiente de que difícilmente podría ser manipulado como tal, se atrevió a preguntar: -¿Entonces por que me esperaste a mi, si no soy de esas características?-

-Eso es fácil- Respondió Akane orgullosa - Yo no soy de la mayoría-.

Daniel entre ruborizado y orgulloso de su chica procedió a abrazarla fuertemente, y ella respondió similar-mente, podían sentir los músculos y tendones de sus brazos estirándose, produciendo un tipo raro de placer que solo sienten los enamorados, y en ese instante, un nuevo ruído llamo su atención.

-Una moto- Ambos fijaron su mirada en el vehículo en cuestión, los objetos que estaban alrededor del camión cambiaron de destino -¿Oye que es eso?- Un objeto parecía calcular el movimiento de la moto que viajaba por el llano, en el mismo sentido de la carretera, y a unos 2 metros de ella -¡Que demonios!- Gritó Akane mientras presenciaba la escena, el objeto se había encarrerado dos metros, y salto una distancia similar tacleando al humano que iba en la moto, justo antes de usarlo como almuerzo, el resto de los objetos seguían su camino hacía su posteror comida.

-No aguantaremos ni un día si ese monstruo nos ubica aquí, vamonos ahora mismo- Ambos aprovecharon que el objeto en cuestión y el vehículo en cuestión habían acaparado la atención de los demás objetos, una vez fuera de la carretera, Akane se apresuró a preguntar:

-¿Qué fue eso?- Ella creía fuertemente que Daniel tenía algo que decir al respecto.

-Pues, empezare por decir que el cuerpo humano es sencillamente maravilloso, mira....

La muerte olvidó la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora