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Alex.

Por fin es jueves, y extrañamente hoy llegamos temprano. Mas fue creo porque mi prima tenía algo que ver con sus tontas barbies plásticas uniformadas, ya que los entrenamientos empezaban la próxima semana. Y eso me tendría a mí esperándola una hora después de clases.

Agh, va a ser horrible.

Entro a mi clase exactamente a las siete y ya había varias personas ahí. Me senté en la primera banca, ya que alguien se había sentado en mi lugar habitual, bufe y saque mi teléfono para perder el tiempo en lo que esperaba a que llegara el maestro. Varias personas entraron después y el profesor hizo su camino al escritorio. —Buenos días clase— dijo, como todos los días. Empezó a pasar lista y a mitad de ella mi prima llego. Hizo su habitual modelaje por el salón queriendo llamar la atención, como siempre, y fue a sentarse a su lugar.

Claro ella si tenía su lugar.

—Bien clase, como lo platicamos la clase pasada hoy vamos a escribir un poema, pueden hacerlo del tema que les plazca, pero lo harán en parejas. Si Melanie —dijo el profesor mirando a una chica de la segunda fila que había levantado la mano. Supongo que siempre hacia las mismas preguntas. —Como ustedes quieran, solo por favor háganlo ustedes. Los conozco y se que podrían buscar justo ahora uno con esos infernales aparatos. Saquen el alma poética que todos tiene dentro. Les tocara trabajar con las personas que tienen detrás de ustedes. Los de la primera banca con los de atrás y así sucesivamente. Así que por favor pónganse a trabajar. —Dijo dirigiéndose hacia su escritorio.

¿Enserio un poema? No puede ser peor. Y justamente tenia hoy que sentarme hasta adelante. Volteo los ojos y me giro me asiento para poder estar de frente con la persona que este detrás de mí.

Afortunadamente es una chica. Me levanto y coloco mis cosas en el suelo para poder voltear mi silla, alzo la mirada para intentar no caerme con todo y banca y un chico al fondo del salón me está mirando.

Oh Dios Mío.

El aire se me queda atascado en la garganta. Santa madre, creo que no puedo respirar. No puedo creerlo, es el chico de la casa de enfrente, el chico hermoso del martes en la mañana.

Me quedo estática en mi asiento sin saber que hacer exactamente. La sensación es tan extraña, que no estoy segura de lo que es. Todo mi cuerpo se siente tenso, y creo que tengo mariposas en el estómago. No creo que me estoy enfermando otra vez. No sé exactamente qué es lo que me sucede al mirarlo. Sus ojos cafés siguen mirándome y yo como toda chica torpe que soy no hago nada. Solo le sostengo la mirada. Mi reacción física hacia él es enorme. Mis piernas no responden.

Santa mierda.

No me doy cuenta que estoy a mitad de camino de sentarme hasta que la chica con la que tengo que trabajar me esta mirado. Confusión en todo su rostro. Le sonrió y me siento enfrente de ella haciendo todo lo posible de que no se dé cuenta de lo que sucede. Estoy temblando.

—Soy Sky, mucho gusto— susurra ella con una sonrisa inclinándose hacia mí.

—Alex —Contesto, aun sintiendo mi pulso acelerado. Cuando vuelvo a mirarlo, sigue mirando.

A mí.

Trato de que parezca normal el hecho de que me está mirando. ¿Pero porque mierda me está mirando? Hago todo lo posible para que no se note que estoy nerviosa. Pero estoy aterrada como el infierno. No se exactamente que hacer, sostenerle la mirada o reclamare el porque esta mirándome. Tengo que recuperar mi compostura. Finjo con toda la intensión de ver al profesor y poner atención al trabajo que tengo que hacer. Pero estoy segura de que él sigue observándome. No voy a voltear a verlo, en lo absoluto. Tendré que encontrar una manera de evitar a toda costa hacer contacto visual con él, aunque creo que será imposible. Necesito salir un momento.

Siempre TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora