27

547 30 1
                                    

           

Charlie.

El sonido entrante de la llamada y el nombre de Alex iluminado en mi pantalla hacia que el estómago se me revolviera. No me había puesto así en mucho tiempo. Sentía que iba a vomitar en cualquier segundo, las manos me temblaban y mi corazón latía tan rápido que parecía había corrido 5 kilómetros. Me senté en mi cama esperando a que su voz llenara el silencio de mi habitación.

Arrastre mi dedo por la pantalla para aceptar la llamada, su voz sonó tranquila a través de mi teléfono.

—¿Hola?

››¿Hola?

¿Estas bien?

››Si, ¿Por qué lo dices?

—Suenas muy tranquila. ¿Entregar invitaciones te canso demasiado?

La risa de Alex estallo en mi oído y llego directo hasta mi pecho, llenándolo.

››Fue una patada en el culo.

Me reí.

¿Vas a ir al baile? —Pregunte, esperanzado a que si iba no se lo hubieran propuesto ya.

››No lo se, ¿vas a ir tú?

—No lo se. Solo fui a uno de esos bailes, y no me gusto en lo absoluto. Mike y yo nos regresamos a casa y después me obligo a ir al Nine9. —susurre acomodándome en mi cama.

Volvió a reírse.

››Ustedes dos son un caso.

—Supongo que sí, hemos sido amigos desde muy pequeños.

››¿Y como sucedió eso? —pregunto curiosa.

Puse una de mis manos debajo de mi cabeza recargándome y mirando el techo recordando. —Nuestras madres eran amigas desde la preparatoria. Supongo que eso influyó mucho.

››Eso es demasiado genial.

Asentí, aun sabiendo que ella no podía verme. Saque el teléfono de mi oreja y puse el altavoz colocándolo en mi pecho. Su respiración se escuchaba baja.

—¿U que estás haciendo Alex?

Un ruido se escuchó en la otra línea. ››Estoy limpiando mis brochas para terminar mi tarea de pintura.

Me acomode en el respaldo de la cama. —Vaya, ¿y que es ahora?

››Estamos viendo perfiles y rostros de personas con diferentes tonos de color. En realidad me encanta demasiado. Eso es como... mi especialidad.

Sonreí.

—Me gustaría poder verlos algún día.

Se pequeña risa sonó en la línea. ››¿Quieres verlos ahora? Puedes venir si quieres. —Susurro. Y me imagine como uno de sus dedos se encontraba en su boca, nerviosa.

—¿Eso estaría bien?

››Estaría perfecto. —Contesto, por el tono de su voz, una sonrisa en su rostro.

—Está bien, voy para allá.

-

—Y esta es mi habitación. —susurro Alex abriendo la puerta.

Honestamente no creí que esta fuera su habitación. Básicamente me imaginaba cosas negras y calaveras, y aunque si tiene una en una de sus mesitas de noche, no es nada parecido a lo que pensé.

Siempre TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora