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ALEX

Intento atrapar mi sueño, pero unos golpes se escuchan por encima del silencio que hay en mi habitación. La luz entra intensamente por la ventana abierta, ya que ayer olvide cerrar las cortinas. Trato de rodar sobre mi lado izquierdo para seguir durmiendo e ignorar a Ashley, pero algo me impide hacerlo. De mala gana intento abrir mis ojos para ver qué diablos no me deja acomodarme en mi cama, alguien esta acostado encima de mí, se remueve por mi intento de moverme pero cuando vuelve a acomodarse su cara está enterrada en mi cuello.

Sonrió.

Estiro una de mis manos y acaricio su cabello que está debajo de mi mejilla y un poco en mi cuello ya que ha crecido un poco desde el momento en que lo vi por primera vez. Alzo un poco mi cabeza para poder verlo dormir pero los mismos golpes infernales que me despertaron suenan del otro lado de la puerta.

Enfrento mi puerta en cuanto la voz de Arnold suena a través de ella. ―Alex. Tienes una llamada.

Mis ojos dan vuelta por primera vez en el día. Me remuevo un poco debajo de Charlie para no despertarlo. En cuanto estoy fuera de mi cama camino hacia la ventana para cerrar las cortinas cuando los golpes suenan otra vez. Me apresuro a la puerta para que no despierten a Charlie y la abro solo un poco para ver a Alex del otro lado de la puerta.

―Llevo como media hora tocando.

―Lo siento estaba dormida.

Arnold me lanza una mirada de incredulidad. ―Son las 12.

―Es sábado. Ashley no hace ruido en la mañana como de costumbre.

Arnold asiente y después mueve su cabeza hacia las escaleras. ―Bueno, hay una llamada para ti.

Lo miro expectante. ―¿Y el teléfono?

Su sonrisa aparece un poco después. ―Deje el teléfono abajo. Lo siento.

Mis ojos ruedan por segunda vez en menos de cinco minutos. Abro un poco la puerta y salgo estirando una mano hacia su pecho para empujarlo sin que vea la habitación. Camino por el pasillo a las escaleras sintiendo todo el tiempo su mirada en mí. Más específicamente tal vez, mi trasero.

Cuando llego al final de las escaleras camino hacia la sala de estar a la mesita que está del lado del televisor y tomo el teléfono recargado al lado de su base. Estúpido Arnold. ¿De qué sirve que sea portátil si no lo va a traer? El teléfono esta en mi oreja y solo escuchar el alivio en su voz hace que me encoja un poco.

―Alejandra Gentry Reed. ¿Por qué demonios no contestas el teléfono? Te he marcado desde temprano y hasta ahora me han contestado. ¡Y todo menos que un chico! ¿Quién rayos es? ¿Crees que con solo contestar mis mensajes una madre se siente aliviada? ¡NO! Tengo demasiado tiempo sin hablar contigo y tu tía me dijo que ibas a llamarme. ¿Quién te crees que eres señorita?

El teléfono de casa ahora está muy lejos de mi oído ya que si no podría haber quedado sorda después de todo aquello. Cuando lo coloco en mi oreja mi madre está esperando del otro lado de la línea. ―Lo lamento madre estaba dormida. Es sábado, es legal dormir hasta tarde, y el que contesto el teléfono es el novio de Ashley, vino a verla ¿está bien? No enloquezcas. Y he tenido mucha tarea, no puedo marcarte cada hora como quisiera.

Un suspiro se escuchó al otro lado de la línea. ―Aún así necesito saber de ti Alex.

―Lo se mamá, es solo que no he podido. Lo siento. ―susurre mordiendo el lado de mi pulgar y sentándome en el sofá de una plaza. ―¿Y porque siempre me dices Alejandra cuando te enojas? Sabes que no me gusta, y ni siquiera es mi nombre.

Siempre TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora