Capítulo 11

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Un cinco de julio, era un día que celebrar en el Lazy Monkeys Café, Ese día un nuevo miembro entraba a su grupo de los Monos Flojos. En la mañana los cinco primeros miembros empezaron a decorar el lugar.

—Decorando, decorando—cantaba Chase.

—Qué linda esta en esta foto—decía James mientras miraba la foto que envió Chad al grupo.

—Flojo Don Juan, deja de apreciar la foto y ayuda—ordenó Chad.

Pero lo inesperado fue la aparición de una persona.

—Lazy Monkeys Café, así que este es el lugar—murmuraba Riley.

—Disculpa no está abierto todavía—le dijo Chad.

—No por un café , Chad McLee—respondió ella.

—¿Quién eres tú?—preguntó Chad mirándola de manera sospechosa.

—Sólo la peor pesadilla de Maxine Lazy, Riley González.

—Esper...—iba gritar James, pero fue interrumpido por el gesto que le hizo Chase.

—Dije que aún no estaba abierto, te pido de favor que te vayas—dijo Chad con calma

—¿No está?

—Ella no trabaja aquí, así que no—añadió James.

—Qué lastima—encogió los hombros y se dió vuelta hacia la salida.—Bueno los veré después—se despidió y cerró la puerta.

—Eso fue raro—dijo Chase.

—Debemos decírselo a Maxine—dijo James.

—No lo creo—dijo Gabriela quien acababa de entrar—Esa chica siento que no debemos meternos con ella—dijo seria— Además ya le informé a Maxine.

—¿Debería preocuparnos a nosotros?— preguntó Chad.

—Es un asunto con Maxine, no nos metamos, nosotros sabemos cómo odia que metan a sus amigos en asuntos así.—dijo Chase.

—¿Ayudas?—preguntó Chad.

—Soy el tercer miembro, estoy obligada a hacerlo, ¿no?

Mientras tanto Samuel estaba en la escuela hablando con Rocío.

—¿Así que tu amiga Maxine descubrió todo y confronto a Riley con pruebas?

—Sí, pero no somos amigos.

—¿Ah, no?—dudó Rocío—Por lo que me contaste parecía que sí.

—Sólo vivo en el mismo apartamento que ella.

—¿Coincidencia o destino?, como en los libros, al final le caes bien o te enamoras de ella.

—No lo creo, además parece que te estoy cayendo bien.

—¡Ja!, cómo crees—rió.

—Porque llevamos hablando mucho tiempo—replicó él

—Eso es cierto—dijo ella retomando su lectura—O puede que no—dijo bajando su mirada hacia su libro.

—Hablas más de lo que aparentas.

—No me conoces tanto

—Te gusta leer a Agatha Christie y adoras el chocolate.

—Y a ti te gustan los comics, un poco de mangas debido a la influencia de tu amigo Elías, amas la tarta de banana...

—Eres más lista de lo que pensaba-él le impidió continuar.

Lazy Monkeys CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora