Capítulo 26

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Maxine entró de la nada a la oficina en la cual su abuelo se encontraba trabajando.

—¡Abuelo!, ¡Cuánto tiempo!—saludó ella.

—¿Tú quién eres y que haces en mi oficina?

—¿Qué eres sordo? Soy yo, tu pequeña y querida Risa—dijo ella quitándose el gorro.

El señor abrió los ojos como platos.

—Ahora dime, ¿Cómo es eso que tu querido aprendiz Thomas se fue?

—Cierra la puerta—ordenó el señor.

Risa obedeció la orden.

—Ahora—dió un suspiro—responde— ordenó ella.

—No mande a tu madre a buscarte por eso.

Risa se sorprendió

—Entonces, ¿Te vas a morir pronto?

—Alguna vez todos tendran que morir, pero este viejo aún no.

—¿Entonces?, Tiene que ver con mi hermano.

—Parece que eres aún más inteligente que tu hermano.

—No me compares con los muertos—dijo fría.

—Pero eso ya no importa. Contigo aquí ya puedes heredar la compañía.

Risa abrió los ojos como platos.

—¿Acaso crees que estoy dispuesta?

El anciano se puso a reír.

—Deberías ver tu cara—dijo entre carcajadas.

—¿Fue una broma?

—Claro, jovencita.

—Me asusté, ¿sabes?

—Se notaba en tu cara. Hace años que no hago uno de estos, por lo mejos ríete.

Ella rió aliviada.

—Mi hermano te pidió esto, ¿verdad?—preguntó ella

—¿Quién más?—respondió.

—Ahora lo interesante. ¿Cómo te ha ido?—cambió de tema.

—Mejor te acomodas que esto sera largo de contar.
*****
Maxine se despidió de sus padres cuando terminó de hablar con su abuelo

—Ten cuidado, Risa—le dijo su madre.

—Lo sé, lo sé-respondió cansada—Lo tendré, madre. Es mejor que no te preocupes por ahora—le dijo y pidió que se acercase a ella—Te llamaré de ves en cuando—le susurro.

—Igualmente, Risa—sonrió

—Padre, gracias por todo—le agradeció ella—Lamento haberme ido sin avisar y...

El hombre puso las manos en sus hombrso—No te disculpes, sabemos que tu hermano era muy importante para ti al igual que la promesa que hiciste con él. Lo entendemos más que nadie a excepción de ti.

—Así que él les contó—dijo con una sonrisa y la mirada baja.

Ambos asistieron.

—Yo... Yo—dijo entrecortada—¡Yo siempre los extrañe!—los abrazó lágrimas en lo ojos.

—Nosotros tambien, Risa—dijo su madre—También creíamos en que tu serías lo suficientemente fuerte para valerte por ti misma y tal parece que te convertiste en una gran mujer

—¿Enserio?—dijo aún abrazandolos.

—Claro—dijo su padre—Aunque a veces teníamos nuestras dudas—su esposa le dió un golpe con el codo—Pero sabíamos que lo lograrías.

Se separaron.

—Entonces, creo que es hora de irme—dijo mientras a limpiaba las lágrimas.

—Adiós, Risa—se despidieron.

Ella movió su mano para responder la despedida. Cuando llego a la estación de autobuses, compró su boleto y se subió a su transporte esperando ser llevada de nuevo a aquella ciudad donde había huido la primera vez.

《Ya voy a regresar. Espero no haberte preocupado.》

Le envió un mensaje a Silencio Flojo. Entonces se puso sus audífonos y sus pensamientos acerca de su hermano la invadieron.

《Eres tan absurdo, Maxwell. Incluso después de la muerte》

Estaba discutiendo consigo misma en silencio. Cerró los ojos para concentrarse aún más en lo que podría pasar.

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