Lazy Monkeys Café

Capítulo 28

Falta 1 hora para que Maxine/Risa regrese a Lazy Monkeys Café.

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—Samuel Núñez- se presentó él—Entonces, ¿Por qué me buscas, Pianista rubio?

—Maxine me lo dijo. Es un asunto un tanto complicado—se rascaba detrás de la nuca mientras lo decía.

—¿El asunto es?

—Es una chica...

—¡Detente ahí!—interrumpió Samuel—Si es eso, ¿Por qué no le preguntas a James?

—¡No la quiero enamorar! Quiero escapar de ella.

—¿Por qué?

—Su nombre es Luisa, es una violinista que no ha dejado de perseguirme para competir, musicalmente hablando. Al principio sólo participaba por diversión, pero luego se volvió cada vez más persistente, hasta el punto de ser molesto.

—¿Y si le dices que no quieres?

—Eso... es un tanto difícil.

—¿Por?

—Tiene un terrible temperamento y una fuerza física que no puedo superar

—¿Le tienes miedo?

El joven asintió tímidamente. Samuel suspiró.

—¿Cómo se llama?

—Luisa Sweet.

—Qué buen apellido para la chica a la cual temes—dijo con sarcasmo.

—¿Qué quieren ordenar?—dijo Gabriela siendo camarera.

—¿Eres camarera de este lugar?

—Temporalmente. Para pagar los daños que he causado—explicó ella—¿Qué haces con el miembro más uke de la cafetería?

—Luisa Sweet, ¿la conoces?

—¿La violinista que no para de retar a Owen a concursos musicales?

—La misma. Aparte de Maxine, ¿Quien más la puede detener?

—Mejor dicho, ¿Como la puedes detener? - corrigió ella—No le querrás dejar el trabajo a otro, ¿verdad?—regañó la rubia.

—Es que tengo cosas que hacer—bufó Samuel.

—¡Ayúdame!—exclamó Owen—Por favor— dijo bajando la voz.

—Dime como, Pianista Cobarde. Espera, ¿y si eres directo y afrontas las consecuencias?

—Si lo hiciera no necesitará tu ayuda.

—¡Ese es el punto!

—Quiere que vaya a la Cafetería Victoriana a tocar ahí compitiendo junto a ella.

—¿Qué tiene eso de malo?

—¿No ves que es tímido?—dijo Gabriela.

—¡Ya sé!

—¿Qué?

—Solamente no vayas—dijo él con sarcasmo.

—Se enojará—dijo temeroso.

—Entonces, usa mascara—propuso Gabriela—Si te equivocas, nadie sabrá que fuiste tú.

—En realidad no es mala idea.

—No estoy seguro.

—¿Cuándo debes ir a esa cafetería?

—En media hora.