Capítulo 31

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Maxine estaba desconcertada. No había nada, ni nadie en esa colina. Solamente una vista de la ciudad que habian recorrido para llegar hasta ahí. Sus respiraciones se detuvieron por un momento. Ella cayó sentada en la grama, al igual que él.

—¿QUÉ...Rayos... fue... eso?—preguntaba el con voz entrecortada por el cansancio.

—U-un... a-amigo... m-me dijo... q-que viniera—respiró profundo para hablar bien—Pero tal parece que no.... vino.

—¿Ese amigo es muy importante?, ¿Cómo se llama?

—Para mí lo es. No tengo idea de cuál es su nombre y él no sabe cuál es el mío.

—¿Qué tipo de amistad es esa?

—No lo sé. Oye, aún no sé tu nombre. ¿Me lo dirías?—preguntó mientras le dió un pequeño golpe con el codo.

—Héctor.

—Pues mi nombre es Risa.

—No le dices tu nombre a extraños, ¿eh? Pero si tu amigo no era un extraño, ¿Por qué no le dijiste tu nombre?

Maxine se quedó callada por unos momentos para tomar aire.

—Porque no sabía el suyo.

—¿Y por qué no sabías el suyo?

—Porque lo olvide al igual como el olvidó el mío. Así que nos pusimos apodos.

—Bueno, yo también me perdí de algo importante hoy.

—¿Qué?

—El concurso de concurso de conocimiento irreal.

—Serás crédulo. El Lazy Monkeys Café no hace esas cosas.

—¿Por qué?

—Porque en esa cafetería da pereza organizar esas cosas.

Héctor empezó a reír por primera vez en el día.

—¿Así que esto es que te dejen plantado?—se preguntó ella

—¿Era una cita?

—No, pero según yo, que te dejen plantado es que te inviten a algo y no lleguen.

—Pues gracias a ti evite ser plantado por mis amigos.

—Deberías conseguirte otros amigos.

—Si fuera tan fácil hablar con los desconocidos—resoplo él.

—Estás hablando conmigo.

—Pero tú no eres...—dijo, pero se detuvo ahí—Digo es que no me quedo opción—dijo señalando las esposas que los mantenía unidos.

—Espera, ¿Qué fue eso de antes? ¿Acaso ya te conozco?

—No—negó inmediatamente—P-por supuesto que no nos habíamos visto antes. Sólo que...

—Así que Risa está en una cita, ¿no?— interrumpió alguien a lo lejos.

—Riley. ¿Qué haces aquí?—preguntó Maxine calmada.

—A que cumplas con tu parte del trato. Adivine tu nombre así que tendrás que cerrar Lazy Monkeys Café.

—No puede ser.—encogió los hombros.

—¿Con quién estás esposada?—preguntó ella señalando al chico que buscaba algo rápidamente en su mochila—¿Tu novio?

—Nada de eso. Solamente hubo un malentendido y termine junto a él— respondió ella señalando a Héctor.

Lazy Monkeys CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora