Crónicas De Una Amante.||

CAYENDO EN LA TENTACIÓN

"La mejor forma de liberarse
de una tentación, es caer en ella"

-Confía en mi cariño.- volvió a repetir Len estirando su mano para darme paso a la casa.- Necesitamos hablar. Y no te voy hacer nada malo, tranquila bonita.

No sabía si era su voz, sus gestos o sus palabras o quizás el cúmulo de todo, pero algo me hacía seguir confiando en él. Así que tomé su mano y entre en la casa.

Desde fuera se veía pequeña, pero por dentro era enorme, su salón podía ser mi casa, conforme entrabas, veías una gran chimenea y alrededor un montón de sofás grandes, tenía cocina americana y el techo muy alto. Ame esa casa era tan sencilla y bonita al mismo tiempo.

-¿A qué vinimos? - pregunte directamente, mientras me sentaba en uno de los sofás.

-Tranquila cariño, todo a su tiempo. - respondió el moreno. - ¿Qué te apetece tomar?

-No tengo toda la vida Fran y mucho menos el día y me quiero ir. Hablemos rápido y vayámonos. - dije algo cabreada. Él solo chasqueo sus dientes y siguió a su royo.

- Creo que esto irá bien. - volvió al sofá con 2 copas, al olerlo sabía que llevaban alcohol, era ginebra. - Así podremos charlar mejor - dijo mientras se sonreía.

- Te estoy esperando! - digo exaltada.

- Pero toma un poco, cuenta me ¿como te va la vida? ¿Con José bien?  ¿Cuanto llevan?- pregunto tan tranquilo.

- Muchas preguntas ¿no? No me querrás drogar ¿no? Lo digo por tanta insistencia porque beba.- Él se hace el sorprendido y cambia nuestras copas para que yo me relaje un poco. - Así mejor. Con josé bien, llevamos... Dos semanas. - miento realmente conociéndonos si que llevábamos dos semanas.

-Interesante..- Dice Fran , aunque ni siquiera le importaba.

- ¿de que querías hablar?- vuelvo a insistir yo cruzándome de brazos.

-Chica Impaciente te llaman cierto? - me pregunta tratando de reírse de mi. Yo solo lo mire mal. - esta bien..- dice mientras se acomoda con el sofá para quedar frente a frente. - Quería.... Pedirte.... Disculpas...

- ¿Que? - pregunte sorprendida.

- Que quería disculparme contigo, quizás no debí comportarme tan mal como lo hice. Quizás debí haberlo hablado contigo antes. - dijo a la vez que buscaba mi mano.- Helena, yo jamás quise hacerte daño, y mucho menos quise jugar contigo, pero pensé que.... - y calló.

-¿Pensaste que? - dije yo impaciente

- Que cuando tuvimos la charla en mi despacho quedó claro que no éramos nada, que podíamos hacer lo que queríamos.

- Yo no lo entendí así, solo creí que querías libertad en la relación pero no ese tipo de libertad. Pero ya esta, si te has molestado en traerme hasta aquí para pedirme disculpa. Disculpas aceptadas. Ahora volvamos a casa.- dije dándole el último buche a la copa.

- Tan siquiera dame un abrazo para sellar las disculpas ¿no? - dijo él incorporándose. Yo sonreí me acerque y le abrace. Volví a sentir esos brazos musculados que me agarraban fuerte, ese perfume a cítrico y dulce al mismo tiempo, ese cosquilleo que produce en mi interior, ese calor en mi zona mas intima. Sentí como levantaba mi cabeza poco a poco y acercaba mis labios a los suyos tan carnosos , espero ese beso y lo deseo, mis hormonas bailan al compás que mi corazón late. Siento como su lengua se abre paso poco a poco entre mis pequeños labios, y como profundiza en mi interior, sentí sus labios, jugueteo con su lengua correspondiendo el beso. Y el delicadamente me recuesta en el sofá, mientras no para de besarme suavemente, siento como sus ardientes manos se pasean levemente por mis muslos, buscando la entrada de mi pantalón, profundiza hasta llegar a mi húmedo ser, juguetea levemente por encima de mis bragas, al mismo tiempo que yo siento su abultado miembro sobre mi pierna, yo muerdo mi labio y bajó la mano para poder palparlo. Lo tocó superficialmente y a Fran lo excita mucho más.

Aun encima de mi, se quito su camiseta, dejando su musculoso y moreno torso frente a mí Yo lo acaricie y arañé con la otra mano que tenía libre, miente él, trataba de desprenderse como podía de su ropa y de la mía al mismo tiempo. Yo desabroche su pantalón y él termino quitándoselo, mientras yo aproveche  para deshacerme de toda la ropa que aun llevaba, cuando volví a sentir sus cálidos labios rozando mi torso desnudo, al compás que su mano palpaba mi húmeda zona levemente haciendo que yo me retorciera de placer. Yo besaba su cuello y masajeaba su miembro haciendo que el moreno también se estremeciera de placer. Sin perder mucho más tiempo él se colocó encima de mí de nuevo y me penetró suave y lentamente, disfrutando de cada instante de nuestro cuerpo.

-Como echaba de menos tu cuerpo bonita. -dijo mientras aumentaba el ritmo. Si miembro entraba y salía de mi cada vez con más intensidad y más placer en proporcionaba. Yo gemía y gemía y a Fran le encantaba, lo veía reír al verme disfrutar de esa manera con su más carnal sexo. Los minutos y horas pasaban y a los dos lo único que nos importaba era no terminar. Solo queríamos disfrutar cada uno del cuerpo del otro. Por un momento sentí que mi cuerpo daba vueltas luego sólo mi cabeza, deje de sentir mi cuerpo por unos segundos para luego sentir demasiado, tanto que solo el gritar para que Fran aumentara el ritmo me servía, y paraba de gritar y gemir, estaba tocando el cielo con las yemas de los dedos como solo Fran sabe hacer y así llegue al clímax más placentero de toda la noche , segundos después él también llegó. Caímos exhaustos en el suelo , por más frío que hiciera ambos quemábamos de pasión.

- ¿Te gustó? - me pregunto Len después de un rato en silencio.

- Si, tu nunca lo haces mal. - para que iba a mentirle, era el único capaz de hacerme sentir tanto.-¿ y a ti?

- Me encanto. - no pude contener la sonrisa al escuchar eso.

-¿Y ahora que? - pregunté yo, quería saber que iba a ser de nosotros.

- ¿Tu estas con José no?  Sigue con él.- Sentí algo de dolor dentro de mi. Pero no dije nada solo me acurruque en su pecho y descanse un rato. - Me voy a casar. - Dijo al tiempo

-¿QUE? - dije levantándome

- Que me voy a casar, estoy comprometido y me caso en 2 meses. - Añadió tan tranquilo. Mi cara era de sorpresa no sabía ni que hacer y mucho menos que decir.

Se iba a casar, en dos meses. Esas palabras retumbaron en mi cabeza.