Capitulo 6 -La cena-

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-Hija que hermosa estas, pasa no se demoran en llegar nuestros invitados.

-Gracias papá.

-Nos dirigimos a la sala, todos los recuerdos invadían mi mente lo feliz que fui junto a mi madre y nuevamente las lágrimas amenazaban con salir.

....

Sonó el timbre avisando que los invitados habían llegado.

- Robert escuche decir.

- Miranda que hermosa estas. Lorenzo los años no te llegan sigues igual y esta hermosa señorita supongo que es Valeria, y tu debes ser Alejandro.

¿Escuché bien?, calmate Ariadna debe ser solo una considencia.

Sigan por favor, dijo mi padre. Ella es mi hermosa hija Ariadna.

Quede sorprendida al ver a Alejandro, llevaba un pantalón rojo, un suéter gris y un saco color gris.

Buenas noches dije timidamente, no pude evitar sonrojarme cuando vi esa hermosa y perfecta sonrisa de Alejandro. Su madre me hizo un gesto de desaprobación.

- Hola un gusto soy Valeria, se me acerco y me abrazo.

- Mucho gusto, Lorenzo Becher, tu padre habla mucho de ti y lo orgulloso que se siente.

- Gracias respondí

- Soy Miranda Becher su esposa.

- Mucho gusto señora.

-Quisiera decir lo mismo, dijo bajo para que solo yo escuchara.

- Señorita, mucho gusto soy Alejandro dijo con tono burlón.

- El gusto es mio señor, le seguí su juego.

Cenamos, entre risas de las anécdotas de mi padre quien fue muy amigo del señor Lorenzo en su juventud.

Todo iba bien hasta que se llego al tema del hospital mi padre invertiria el 50% y el otro 50% la familia Becher.

La señora Miranda pidió que la presidencia se la dieran a su hijo Alejandro a lo que mi padre se opuso.

-Ariadna tiene las mismas capacidades y es mucho mas organizada, además es en memoria de su madre.

- Robert no estoy de cuerdo contigo, mi hijo tiene mas experiencia en el asunto.

Y así empezó la discusión que fue interrumpida por Valería dando la peor idea.

- Yo pienso que Alejandro y Ariadna se casen así queda el hospital en la familia.

- No se hable mas dijo Lorenzo es la mejor solución.

-Nooo, dijimos al mismo tiempo.

- Padre no me parece justo, dijo Alejandro.

- Ya esta decidido hijo

Padre, lo mire rogándole que no aceptara.

-Ariadna mi niña sera lo mejor, es por tu bien.

-No grite y salí corriendo, era muy injusto por que siempre hace los mismo toma las decisiones por mi, nunca me escucha, quería huir de todo y para completar mi desgracia empezó a llover y la noche era fría, no sabia donde estaba, bien hecho Ariadna, no sacaste tu bolsa así que no tienes dinero para tomar un taxi, ni celular por que también lo dejaste.

Vi un auto acercarse, sentí miedo, comencé a caminar mas rápido hasta que el auto se detuvo alguien me tomo por la espalda yo solo cerré mis ojos esperando lo peor

-Ariadna mirame soy yo, Alejandro.

Abrí mis ojos y lo abrace y empecé a llorar con él me sentía protegida, y ahora que sera mi esposo. Debo confiar en el.

-Vamos Ariadna te llevaré a tu casa, te vas a resfriar.

Se quito su saco y me lo puso sobre los hombros, me abrió la puerta del copiloto subió a su lugar y prendió la calefacción. El camino fue silencioso se que él tampoco quiere esto.

-Llegamos hermosa

Algo dentro de mi se removió al escuchar esas palabras, toda la tristeza desapareció el mundo se detuvo y solo era de nosotros dos.

-Alejandro yo..

-Shhh. No digas nada, disculpa todo lo de hoy.

- Tu no tienes la culpa, es de nuestros padres que les importa mas otras cosas que sus propios hijos. Hoy ha sido una noche muy larga lo mejor es dormir y ya mañana hablaremos,  descansa.

-Hasta mañana Ariadna.

Me baje del auto y subí a mi departamento tome una ducha, había tenido muchas emociones el día de hoy y lo único que quería era descansar, con la esperanza que mañana despertara y todo sería una pesadilla.



AriadnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora