Epilogo

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- Ariadna, que pasa por que aun no te has duchado, hoy es tu boda, por que tienes esa cara.

- Salo hace unas semanas debió haberme bajado la menstruación.

- Ohhh! Ariadna hay la posibilidad que estes en embarazo eso es fantástico, asi mi pequeño Tomas tendrá otro primito con quien jugar.

Salome estaba disfrutando de su segundo embarazo estaba de 8 meses ya, Israel estaba feliz por que seria un niño.

- Salome no se que hacer, si Alejandro no quiere ser papá otra vez, estoy confundida sabes que es como mi primera vez. Mis mellizos solo nacieron y ya sin yo saber.

- Ariadna Alejandro sera el hombre mas feliz, dejame y llamo a Israel para que vaya a la farmacia y traiga una prueba de embarazo.

- Gracias salo, no se que haria sin ti.

Pasaron los minutos y llego Israel con 3 pruebas de embarazo por si había alguna duda, Salome lo saco de la habitación y a mi me mando al baño, me explico todo el proceso ya que era mi primera vez haciendo estas pruebas. Saque las 3 pequeñas pruebas e hice lo que me explico y las deje ahí.

- Ariadna ven, si quieres yo miro los resultados por ti.

- Por favor Salome, estoy muy asustada.

Salome entro al baño y grito "voy a ser tia otra vez" sentí que todo me dio vueltas y vi todo negro.

Alejandro.

Hoy por fin me casaria con Ariadna era un día muy feliz para mi.

- Alejandro necesito que vengas rápido Ariadna se desmayo.

Palidecí al escuchar a Israel, había visto a Ariadna decaida estos ultimos días, tenía miedo que fuese algo grave. Salí corriendo a la habitación de mi hermosa de ojos zafiro. Me importaba un carajo que los novios no se pudieran ver antes de la boda. Cuando entre la vi con la mirada perdida.

- Ariadna. La llame. Mi amor estas bien.

En su mirada había terror, confusión, tristeza. Le pedi a todos los que estaban en la habitación que me dejaran a solas con mi prometida, sentia que se estaba arrepientiendo de casarse conmigo. Asi que la abrace y ella empezo a llorar.

- Amor mirame que te sucede. Levante su cara para verla a los ojos.

- Alejandro perdoname, yo no queria. Me decia entre sollozos.

- No tengo nada que perdonarte que pasa amor, dime puedes confiar en mi.

Se levanto en busca a la puerta del baño, cuando iba a buscarla la vi dirigiéndose a mi. Traia algo en sus manos. Me pidio que le diera la mano que me tenía que dar algo. Hice todo lo que me pidio. Puso un pequeño cassette y estaba como en un shock, cuando reaccioné, la abrace y la alce por los aires.

-Voy a ser papá, el mejor regalo de bodas que me pueden haber dado.

- ¿No estas molesto Alejandro? ¿No me dejaras?.

- Nunca mi reina hoy me haces el hombre mas feliz tendré otro hijo y lo mejor estare a tu lado consintiendo todos tus antojos. La bese como nunca, hasta que llego mi suegro y me saco casi arrastras de la habitación. El sacerdote nos esperaba ya para casarnos y Ariadna aun no estaba lista.

Hasta este momento entendí por que lloraba Emilio al ver a su novia, es un sentimiento inexplicable, mis hijos son los pajecitos, mi pequeña se veia tan adorable, mi reina venia de gancho con su padre no había rastro de lagrimas ya, su cara era de felicidad.

- Alejandro te entrego mi mas preciado tesoro, mi unica hija, cuidale y respetala como se que ella lo hara por ti.

- Don Robert no tiene que pedirme eso, ya que yo amo a su hija y quiero hacerla la mujer mas feliz junto con nuestros hijos.

El sacerdote empezo a hablar y yo solo podia agradecer por Ariadna era la mujer mas maravillosa que he conocido en mi vida, agradecer por mis hijos, por que cada día me hacian mas feliz, y no dudaba en ningún momento que queria envejecer al lado de mi hermosa con ojos de zafiro.

Fin

AriadnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora