Un Sueño Cumplido

15

Al día siguiente, me levanté muy temprano y me dirigí a la habitación de Annett, ya estaba despierta.

-Hola ¿cómo amanesiste?.
-Bien, gracias a Dios ¿y tú?.
-Igual, amanecí bien.
-Me da gusto y ¿qué haremos hoy?.
-Primero desayunar, estaba pensando y ¿te gustaría visitar mi casa?.
-¡Claro!, solo hay que pedir permiso a mi madre.
-Yo ya se lo comenté , y si nos dio permiso, iremos después de desayunar que por cierto ya está, ándale hay que bajar.

Ayudé a Annett a bajar, después nos dirigimos al comedor donde solo nos estaban esperando.

-Buenos días - dije.
-Buenos días Daicy - dijo la señora Jennifer.

-Hola papá, hola mamá - dijo Annett .

Sus padres le regalaron una gran sonrisa, las dos tomamos asiento y esperamos  a que el desayuno lo sirvieran.
[....]

Despues de desayunar, Annett se cambió de ropa y pedimos prestado una camioneta, la cuál yo manejé y nos dirigimos a la casa de mi padre.

-Bueno Annett , esta casa significa mucho para mí, aunque si mi padre nos llega a recibir de una manera grosera, solo disculpalo, está resentido porque abandoné la carrera de medicina.
-Sí, no te preocupes, entenderé, ¿y quien más vive ahí?.
-Solo mi padre.
-¿Y tus demás hermanos?.
-Ellos viven en otra parte, ellos casi no visitan a mi papá, al parecer soy la única.
-Pues que mal que tu padre se enoje contigo por algo que ya pasó hace mucho tiempo, en vez de agradecerte por lo que has hecho tú por el, mientras sus demás hijos ni lo visitan.
-Aunque sorprenda mi papá no le interesa, sigue aferrado a la idea de que nunca me va a perdonar.
-Pues lo siento Daicy, no sé lo que se siente que tu padre no te perdone.
-Se siente terrible, espero y nunca lo pases.

Llegamos a la casa, estaba un poco nerviosa, no sabía como reaccionaria mi papá.

-Llegamos - dije suspirando.

Ayudé a bajar a Annett, y tocamos a la puerta, nos abrió mi padre mismo, a lo cuál me sorprendió verme y  yo a el.

-Papá - dije sorprendida - ¿cómo estás?.
-Bien - dijo serio - hasta que llegaste tú.
-No seas así, mira traje a una amiga se llama Annett.

-Hola señor - le extendió la mano a mi padre y se saludaron.
-Hola - dijo él.
-¿Podemos pasar ? - pregunté.
-Ya que, pásenle.
-Gracias - dije.

Pasamos a la sala y Annett y yo nos sentamos.

-¿Han venido mis hermanos? .
-No, ya lo sabes.
-A ok.

Guardamos silencio y Annett dijo

-¿Por qué no perdona a su hija?

La miré con asombro y mi padre también lo hizo.

-¿Y tú quien eres para decirme lo que tengo que hacer, en mi propia casa?.
-La verdad, no soy nadie, pero soy mucha más madura que un viejo gruñon como usted que no puede superar que su hija se haya dedicado a lo que ella le gusta, lo siento señor pero usted está mal, ¿no ve que en cualquier momento puede morir , y no perdonó a su hija por una tontería?, ¿acaso no lo ha pensado?, ¡solo ella lo visita!, y ninguno de sus hijos lo hace, un día se quedará completamente solo por su actitud , y cuando lo haga se acordará de mi.

Mi padre se quedó sin ninguna palabra, Annett en otras palabras, lo había dejado atónito con lo que dijo.

-Váyanse - dijo mi padre - ¡váyanse, y no vuelvan nunca!.

Annett y yo salimos de aquella casa, y arrancamos la camioneta y nos dirigimos a la casa....