[EunHae] REENCARNACIÓN DE UN AMOR FALLIDO

Capítulo 11: Ellos.

Corea del sur, Enero 2013.

El día estaba inestable, ni nublado o soleado, cambiando a cada segundo, haciendo un día cotidiano en la vida de un chico de cabello castaño que caminaba tranquilamente entre la gente, con sus audífonos sobre sus oídos a todo volumen encerrándose en su música, evitando los comentarios inmaduros y dañinos del mundo que le rodeaban.

Él cargaba con una mirada perdida, su confidente, la que guardaba millones de secretos y tristezas. Acompañado de pensamientos malos, no sanos, peligrosos. Él no era como los demás; que alardeaban su seguridad en sí mismos. Él era callado, reservado y, en ocasiones, muy pocas y raras, carismático.

Y las pocas personas que tenía a su lado eran de la misma forma que él; callados y reservados. Él pensaba que era como una mancha de polvo, que fuera donde fuera todos lo sacudían lejos. A su alrededor le llamaban "El chico raro" nadie se le acercaba por el simple hecho de ver en sus ojos esa mirada llena de rencor con el mundo, sus pupilas dilatadas de una sed de venganza, daba un sentimiento que nadie aun lograba descifrar, ¡ni él mismo sabía o entendía por qué era así! No comprendía que era lo que lo orillaba a ser un maldito chico solitario e inestable.

Muchas veces le echaba la culpa al trabajo de su padre o a la muerte de su madre, por supuesto que ese era el motivo de que fuera así, no había más razones, pues... Cómo podría él ser normal cuando frente a él habían matado a navajazos a su madre y no bastando con eso, su padre con un gran e importante trabajo ¡Nada más y nada menos que ser un importante Fiscal en la corte de Seúl! Cómo podría él ser normal si nadie a su lado se preocupaba si comía o no, si dormía o sufría de insomnio, si estaba triste o alegre. Nadie se preocupaba por los cortes dibujados en sus muñecas que a cada día aumentaban. Simplemente era un cero a la izquierda, un invisible... un nadie.

Nadie se preocupaba por el raro de Lee Donghae.

Aunque... pensándolo mejor la muerte de su madre o el trabajo de su padre no eran los únicos culpables de su lamentable vida, por supuesto que no si lo pensaba mejor. Algo extraño, una sensación desconocida, lo obligaba a permanecer hundido en esa depresión, en compañía de la soledad y lleno de tristeza. Un gran vació en su corazón lo molestaba, no lo dejaba vivir realmente. Era como un recuerdo de algo o alguien que lo mantenían en la cuerda de la vida y la muerte.

Un sentimiento susurrando –"Amor" y "Espera" lo que su corazón sentía a cada latido. ¿Pero a quién esperaría su corazón? se preguntaba cuando de la nada comenzaba a llorar y escuchando una canción romántica que hablaba de separación. ¿El amor? ¿Podre, acaso, yo amar? Se interrogaba y no encontraba una respuesta. Solo volvía a sentir eso dolor, ese vació y desesperación cuando caminaba entre la gente y se cruzaba con parejas tomadas de la mano. Y entonces en la oscuridad y soledad, él lleno de preguntas molestando sus pensamientos terminaba llorando y no bastando con eso, martirizándose más con su música a todo volumen.