[EunHae] REENCARNACIÓN DE UN AMOR FALLIDO

Capítulo 16. "Ahora lo sé"

"No sentía frío, ni calor. No estaba triste, mucho menos feliz. Sentía esa presión en el pecho. Me sentía vacío...otra vez"

Los días pasaban y aquel nombre no se borraba de sus pensamientos y de sus sueños por la noche al cerrar sus ojos. Quería recordar donde había escuchado ese nombre o saber por qué sus manos lo habían escrito en su dibujo, el cual ahora estaba oculto entre los tantos libros que a veces leía, asegurándolo para no verlo por un largo tiempo. La duda crecía cada vez más que sus labios le obligaban a susurrar el nombre y él se negaba a ceder pero no por eso ganarle a sus pensamientos que se lo traía a la mente, confundiéndolo y haciéndole buscar hasta debajo de la cama dónde o por qué motivo ese nombre americano había aparecido en su vida como una tortura.

En los días que habían trascurrido, las cosas en el colegio con el rubio no habían cambiado. Al parecer el pequeño altercado por parte de Donghae había hecho que Hyukjae perdiera la curiosidad y se alejara de él. Pues ahora sólo lo miraba de lejos y en clase Hyuk respetaba la distancia que el castaño le ponía.

El líder del instituto... Kangin al parecer y, por ahora, estaba feliz con el pequeño golpe que Donghae le había dado a Eunhyuk, ya que no lo había molestado con nuevas órdenes y Donghae lo agradecía. Él sólo era un espectador más que miraba a una distancia como Hyuk era agredido con empujones y comentarios hirientes, pero tampoco hacía nada cuando Hyukjae lo miraba y él sólo podía responderle dándose la vuelta y retomando sus pasos.

Hyukjae obtenía como respuesta a su suplica la espalda de Donghae dejándolo atrás.

[Pov Hyukjae]

Mantenía la decepción del momento en que él cambio frente a nuestros compañeros, aun sueno con su risa burlona cuando me mira a la cara y la sangre de mi nariz corría hacía mi rostro y cuello, manchando mi uniforme. No podía olvidarlo y tampoco las palabras de Yesung.

Llegar a casa había sido situación difícil, explicar a mis abuelos y a ella porqué llegaba con la nariz hinchada y la camisa manchada de sangre, para mi sorpresa me resulto muy fácil mentirles diciéndoles que en clase de educación física me habían golpeado por error con el balón. Y ellos creyéndome la mentira tan usada por todo adolescente, no preguntaron más.

"Ser la salvación de él" aquella frase retumbaba en mis pensamientos, buscando el significado oculta de estás. Había decidido alejarme un poco de él y no porqué haya perdido el interés en Donghae y la curiosidad de saber su historia ya no me interesara, lo había decidido después de hablar con Yesung y de ver en él la preocupación en sus penetrantes y negros ojos y de las palabras que él mismo decía y calaban en lo más profundo de mi corazón.

Yo no podía entender los sentimientos que me golpeaban y las diferentes emociones que llegaba a sentir cuando miraba a Donghae y aunque buscara su mirada y ésta no me dijera nada, no entendía lo que me pasaba con él ni la preocupación que sentía cuando lo miraba tan distante de todo y de todos. Había decidido alejarme y dejar de insistir para poner orden mis pensamientos y entender el por qué Yesung decía que era yo quien lo podía salvar.

Pero que equivocado estaba al pensar que alejándome de él tendría tiempo de pensar y aclarar las emociones y sentimientos de mi corazón, cuando no había tan sólo cinco minutos para mí solo donde pudiera pensar. Las mañanas eran para el instituto, pasando de clase en clase y soportando los insultos y empujones que recibía sin saber porque razón pero tampoco era que me importaba mucho, pues con ello había notado que ya no molestaban a Donghae y eso me mantenía un poco más tranquilo "Si con molestarme a mí dejan de joder a Donghae, lo vale" me dije una mañana oculto en los baños del instituto después de que un grupo de adolescentes me encerraran en un círculo en uno de los tantos pasillos ofendiéndome y empujándome contra ellos y a lo lejos lo había visto a él mirando mi escena sin hacer nada, ni reírse, ni lamentándose o con la intención de ayudarme, sólo mirando cómo se marchaba dándome la espalda. Pero no me importaba porque prefería que me lastimaran a mí que a él. Y aunque no entendía porque era que así lo prefería me daba miedo escavar más allá. Después del instituto era salir corriendo a casa para tomar la merienda y después salir apresurado hacía el trabajo, de noche llegar a casa para solo tener tiempo de tomar una rápida ducha y acostarme junto a ella que ya dormía, y sólo ahí me permitía abandonarme a brazos de Morfeo.