Timidez poética

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Debo confesarte que llega un momento, en mis días, en mis noches, que no puedo escribirte más; es como si un silencio se adueñara de mis versos, es como si una timidez callara la poesía que por ti siento; como si callara la poesía con la que me desvelo, como si callara la poesía que me saca una sonrisa cuando te recuerdo.

Debo confesarte que llega un momento, cuando la confusión que tengo por ti, que tengo en mis sentimientos; me ahoga, y siento no poder escribir ni una sola palabra más, siento esa confusión, o quizás más que una confusión, una desesperación por quererte, por amarte; por estar contigo por siempre a tu lado, cuidándote.

Debo confesarte que me tienes loco, envuelto en una locura que jamás sentí, que jamás por nadie puede experimentar, una locura que me lleva a escribir, que me lleva a relatar mis sentimientos, a aliviar con poesía  esta agonía de estar sin ti, que estoy sintiendo.

Debo confesarte que esto, lo que estoy sintiendo, es algo nuevo para mí, que me resulta completamente desconocida la forma en que mi alma se expresa por ti; cuando apareces en mi mente, cuando me ahogas con tu falta, cuando en silencio pienso en ti; cuando tu recuerdo me hace suspirar, cuando veo tus ojos y siento sencillamente estar perdido, enloquecido en ti, enloquecido en mi forma de amar, de amarte fuera de tiempo, sin importar la distancia, sin importar las razones, solo amándote con locura, sin cesar.


Fuiste poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora