Laberinto

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(Fuiste poesía parte dos)

Me quedé perdido en tus dulces ojos claros. Quedé atrapado allí. Extraviado quedó mi corazón. Perdido. Confundido en el laberinto de ti. Entre suspiros y largas nostalgias nocturnas se escucha un clamor en silencio, un clamor sobre ti. Una súplica pero no por ti, sino por mí; porque los recuerdos te llaman, porque los recuerdos agonizan; y mi amor te necesita, necesita de ti, de tu fuerza para poder a este mundo sobrevivir.

Me quedé perdido en tus dulces ojos claro

¡Cuánto tiempo me he quedado atrapado en ti!

Ya perdí la cuenta de las eternidades que te soñé a ti. Ya perdí la cuenta de las noches en las que te escribí, en las que te relate con mis versos cada uno de los sentimientos que mi corazón sentía con locura por ti.

Ya perdí la cuenta de las sonrisas que me han brotado con tan solo pensar en ti, por pensar en los recuerdos que tengo sobre ti. Sobre los momentos en que pasamos juntos, sobre los momentos tan bellos en el que fui tan feliz junto a ti.

Esta noche se escucha un clamor en silencio, un clamor sobre ti; una súplica por mí, un ruego para que mi corazón se desesperance, una súplica para que mi corazón deje de amarte.

Aunque sea por un instante, deje de amarte como solo puede amarte a ti.

Ojalá todo fuera diferente, pero esta noche como tantas noches mi corazón quedó atrapado, perdido, confundido; sin tener una salida del laberinto tan hermoso, tan bello, tan perfecto de ti.

Fuiste poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora