Prosa nocturna

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(Fuiste poesía parte dos)

No existían grandes méritos a la hora de escribir. Las palabras solo eran palabras, el verso solo eran verso; la poesía, ella era solo una bella forma que existía de escribir. No sé muy bien cuando, ni sé muy bien el porqué; pero desde que llegaste, todo cobro un sentido diferente; mis versos, mis letras; mis razones al escribir cambiaron; forjaron otro rumbo, desearon otro sendero, otro camino; un camino que se dirigía ciegamente hacia tu amor; que iba en búsqueda de un sueño, de un hermoso sueño, ese hermoso sueño que eras tú en mí, ese hermoso sueño que era para mí nuestro amor.

Todo cambió luego de ti. Comencé a escribir por tu ausencia, comencé a escribir por la falta que hacías en mí. Mis versos te recordaban, mis versos te buscaban, mis versos anhelaban acariciar cada parte, cada centímetro de ti. Fui tormenta, fui tempestad por tu falta; mi musa fue la agonía, fue esa desesperación por no tenerte y quererte, fue ese llanto y ese suspiro por amarte tanto y no tenerte junto a mí.

Mis poemas, mis prosas, mis cartas y mi versos solo contaban de ti. El tiempo pasaba, y no te veía. Te quería como a ninguna, pero no te tenía. En mis noches escribía, solo escribía; no podía abrazarte, ni recitarte, ni mirarte; solo escribía mi amor en mis versos, esperando con impaciencia el día, la hora en que volviera a ver a mi hermosa y dulce razón de sonreír.

No sé muy bien cuando, ni sé muy bien el porqué; pero desde que llegaste a mí todo se trasformó en amor, en ese amor que lucha contra la marea, contra las tempestades de las distancias, de la soledad, y de nuestro tan complicado porvenir. Hiciste de mi amor poesía; hiciste de mí un enamorado, que te ama con locura, con pasión, que solo desea estar junto a ti.

Fuiste poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora