Capítulo 24

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Mi cabeza no se encontraba en el lugar donde yo estaba. Ni escuchaba lo que me decía, prácticamente ni había comido.

-¿No te gustó?- me despertó de mis pensamientos, se le notaba la preocupación y los nervios.

-Si, estuvo delicioso.- sonreí. -Solo que estoy llena.- hice una mueca.

Él me miro por unos segundos y después se levantó de su asiento. -Si quieres vemos una pelicula, tengo muchas.- soltó una risa. Asentí y el fue a buscar una.

Me sente en el sofa, algo incómoda y todavía pensativa. Espere durante unos diez minutos y volvió con dos peliculas en sus manos. Se sentó a mi lado y me las entregó.

-Escoge tu.- sonrió.

-Cualquiera, soy mala tomando decisiones.- reí.

Agarro una pelicula y la puso. En eso volvió a su asiento y paso su brazo en mis hombros. No sabía como decirle que fuera mas lento y no se hiciera expectativas, asi que lo deje. Vimos hasta la mitad de la pelicula, ya que Pablo comenzo a hablar. Yo ni le puse atención a la pelicula, ni me di cuenta de que trataba o que. Pablo hablaba sobre la pelicula y yo solo asentía.

-Estuvo buena, bueno, no tanto pero estuvo interesante.- se volvió a mi. -¿Qué piensas?

-Estuvo...bien.- sonreí.

Hubo un momento de silencio y Pablo lo tomo como un beso, ya que se acercó a mi. Lo unico que pude hacer fue ponerle mi mejilla. Me miro un tanto confundido, tal vez molesto.

-Creo que lo que había dicho la ultima vez solo fue, improvisado. Perdón, no creo que eso de la "oportunidad" sea correcto si solo te veo como amigo y me atrae otra persona.- me levanté del sofá.

-Entonces, ¿por qué me besaste?

-Quería quitar aquel momento incómodo.- moví mis brazos.- Tomó decisiones estupidas, lo sé, perdón.

No dijo nada, solo dejo caer su brazo al sofá y me miró unos segundos; no estaba enfadado ni nada, parecía que no sentía nada en ese momento.

-Esta bien. No hagamos esto mas incómodo y humillante...mejor vete.- no lo dijo de una manera odiosa, seguía con su tono amable.

-Perdón.- él no respondió. Asi que abrí la puerta para tomar mi abrigo y salí de ahí.

Al llegar afuera y subir a mi auto, solo me quedé unos minutos sentada,  viendo hacia el frente. No sabía que estaba haciendo. Solo iba por ahi besando hombres y diciendoles que eran mis amigos, Ted tenia razón. Ultimamente todas las cosas malas que dicen sobre mi son ciertas, las personas que he querido y las que comienzo a querer.

Comence a manejar hacía el lago que se encontraba en ese lado de la ciudad. Lo había visto cuando venía de camino, y en estos momentos no era mala idea ir. A reflexionar un poco y pensar mas de lo habitual.

-Eres vagabunda.- escuché una voz femenina y me volteé al instante. 

-¡Diablos!- puse la mano en mi pecho. -¿Quién eres?

Casi ni la podía ver por la oscuridad de la noche, además que solo estaban las dos luces de las linternas de la calle mas las de las casas a los alrededores.

-Tu peor pesadilla.- se acercó lentamente y al instante me levanté. De alguna manera agarre los tacones y la amenace con lanzarlos. -Es broma- río. -Estaba pasando, y pareces una persona triste, esas que vienen al lago, lo ven y reflexionan.

-¿Cómo sabes tanto?

-Vivo por aquí, veo a mucha gente hacer eso en las noches, y tener sexo aqui. En fin, también yo lo hago, es relajante aunque sea un lago artificial.

Karma #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora