Capítulo 18: Entrevista

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Había despertado con un terrible dolor de cabeza. Estrés y ansiedad, típico.

Los motivos principales: vida amorosa, trabajo, dinero y las peleas con Emily. Era un gran problema.

Fui abriendo poco a poco mis ojos, ya que ayer pase toda la noche despierta viendo mi curriculum y se me olvido cerrar las cortinas de mi habitación, la luz del sol llegaba directo ayer mi cara.

-¡Tía! -escuche la tierna voz de Max.

-¿Qué pasó? -dije mientras jugaba con su cabello.

-Mamá no despierta. -su cara de preocupación me hizo darme cuenta que era en serio.

Me levanté inmediatamente de mi cama, lanzando la sábana a otra parte, al igual que mis almohadas. Camine lo más rápido posible a la habitación de Emily pero no estaba ahí.

-¡Mamá esta en la cocina!- me corrió Max de mi destino.

-¡Espera!- corrí a la cocina .

Ahí estaba, Emily, en el suelo de la cocina con una espátula a la par y la cocina encendida. De inmediato la apague y revise que respirará. Las lágrimas de preocupación salían tímidas de mis ojos.

-¡Aleluya!- dije entre sollozos al notar que si respiraba.

-¿Mami esta bien? -se acercó tímido apague la cocina.

-Si, Max, ella esta bien. -asintió- Ahora trae el teléfono, rápido.

Él corrió, escuché como unas cosas se caían y luego él volvía con el teléfono.

-Aquí. -me lo dio.

Llevaba a Max de la mano hacia la tienda vegana. Habíamos dejado a Emily en el hospital, pero nos dijeron que estaba bien y decidí llevar a distraerse a Max.

-Hola. -le dije a Pablo, quien estaba de espaldas a mi.

-Oh, hola.- limpio sus manos y me vio. -Estoy ocupado, aun no es hora del almuerzo.

-Yo sé. -mordí mi labio- Quedan veinte minutos.

Miró mi mano y bajo a donde tenía agarrado a Max. -¿Me dejarás un niño?

-No. -reí. -Sólo buscaba entretenerle, su mamá, mi mejor amiga, se desmayó y esta un poco asustado y¿que mejor lugar que aquí?

En eso llegó la tía de Pablo con su pronunciado acento. -¡Un niño! -se puso del tamaño de Max -¿Quieres ver esculturas? -le dio una de elefante.

-¡Si! -soltó y me miró ara que le diera permiso. Solté su mano y leo deje ir.

-Podríamos hablar en tu hora de almuerzo ¿tía parece?

-Si, pero...- paso la mano por su cabello. Típico- He estado muy ocupado, no creo tener hora de almuerzo puntual.

-¿No lo haz superado? Ya pasó. Sabes que tengo una vida un tanto complicada.

-Fui rechazado.

-No pretendía agradarle a un desconocido...mucho menos de esa manera.

-Adriana...- hizo una mueca.

-No me harás esto...hable claramente. -suspire -Supongo que ya no le hablaras a tu amigo sobre mi entrevista.

-No soy idiota. Claro que le hable, dijo que puedes ir este lunes.

-¿¡En serio!? -reí- ¡Me salvaste la vida! -lo abrace.

-Que bien. -sonrió- Esto es digno de un celebración, ¿que tal una cena?

Karma #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora