Capítulo 31

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Llegue afuera de la casa de Nelson. Aun estaba su auto, significaba que aún seguía ahí. Me quede afuera por al menos treinta minutos viendo la casa, mientras pensaba. Esto se vería como la escena de cualquier acosadora acechando a su presa.

-Mierda, no harás esto Adriana. -me dije a mi misma, en un susurro. Momento a solas conmigo misma.

Pase otros minutos mas frente a ese sitio. Sabía que era mi momento, con esto iba a poder cumplir tal vez todo lo que me hacía falta hace tiempo. Lo que no pude tener hace cinco años. Algo que deje ir varias veces. Ya tenía la puerta abierta hacia la vida de Nelson y yo sabia que él esperaba, lo había dejado claro. Solo tenia que mover mis pies hacia la puerta y tocar el timbre (esta vez literalmente), solo era ser valiente y afrontar las cosas, era mi momento, es mi momento.



-No pude. -Ben me miró sorpendido. -Me voy el fin de semana, no volveré a ver verá nadie, y no me quedare por él. -dije al entrar al apartamento.

-Eso quiere decir que no hablaron.

-Exacto.

-Adriana...

-No.- levante mi mano para callarlo.- Tengo las cosas claras, tengo que ir con mi familia.

-Pero, dejarás todo atrás. ¿Eso te parece bien?

-No, no dejaré todo atrás. Solo quiero descubrirme, últimamente he estado muy pérdida que ni yo misma se quien soy.

Ben me dio una mirada de complicidad y después me abrazo.

-Vamos para ayudarte a terminar de empacar. -tomó mi mano y sonrió.

Estaba decidiendo que ropa llevarme y que dejar. Ben era bueno en saber qué era correcto y que no, ya que por mi me llevaría todo. Había alistado tres maletas grandes, más mi bolso.

Ben me invito a ir a un bar, como despedida. Ya que en un día me iba a ir hasta quien sabe cuando. Sabía que ya tenía claro que tenia que irme.

Claro que no tenia claro que era mala idea emborracharse hasta no recordar nada, sabía cómo había terminado todo una vez. No larga la historia: confundir mis sentimientos hacia mi mejor amigo Ted. Algo que no termino nada bien, no hablamos desde la vez que hablamos, raro ¿no?.

Estaba consciente que no era buena idea emborracharse, ya que el día siguiente no se sabe como sera, que pasará. Que no pasará. Pero como soy una persona adulta y madura que siempre piensa antes de actuar como cualquier adulto.

Lo hice...

....

-¡Mierda!.- me queje casi que en un susurro pero la resaca hacia parecer que grite a todo pulmón.

Esta vez si había amanecido en mi cuarto, por suerte. Me levanté con dificultad por el fuerte dolor de cabeza e incomodidad en si. Cuando moví mis piernas sentí tacto de otra piel. Me voltee al instante para ver quien era, si sabía que iba a ser Ben, o al menos lo deseaba; porque si era un desconocido, claramente me pegaría yo misma un tiro por estúpida.

No fue impactante, tampoco irritante ni entre en pánico. Fue algo regular, normal, al mismo tiempo si me sentí muy estúpida. Nelson en mi cama, dormido. Lo que me dejaba tranquila era que estaba con ropa (hasta zapatos) acostado a los pies de mi cama. Yo sorpresivamemte estaba cambiada, espero no haya sido Nelson y tendré la esperanza que quien me cambio fue Ben.

-Nelson.- dije mientras lo sacudía.

-¡Shhh!.- puso su dedo en sus labios, pero aun tenía los ojos cerrados.

Tome la iniciativa de patearlo para que cayera de la cama. Lo primero que hizo fue gritar y después se levantó, me miró y hablo:

-¿Te acuerdas de algo que haya pasado ayer? Aunque lo dudo. -se sentó.

Karma #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora