Bravery. Primera Temporada. Terminada.

Un último abrazo.

Capítulo tres.

El tiempo pasó rápido estos dos meses.  Louis venia a mi casa cuatro veces a la semana, sin que nadie lo supiera claro está. Se escabullia de los entrenamientos y actividades escolares solo para ir a mi casa para yo poder darle las tan desesperadas tutorías.  Ya no usaba las muletas y podía caminar un poco mejor lo cual hacía las cosas más incómodas porque aún necesitaba ayuda para levantarse y yo siempre tenía que ayudarlo. Niall y _____ si se estaban guardando algo aquel día que llegaron ambos tan felices: serán papás, después de unas noches de "hacer el amor" bebidos y no se cuidaran, y lo peor era que tenía como dos meses de embarazo cuando me dijeron, ya ahora tiene como cuatro y medio, pero no se le veía tanto ya que ella era muy flaca. Aun no le decían a nadie, solo Zayn y yo. Oh, Zayn; él quedó expulsado del equipo de futbol por la gran pelea que tuvo con Cutarms, pero no le importo mucho.  

Con el tiempo, algunas veces Louis se aparecía por mi casa en camiseta y tenía un sin mil de tatuajes y eso era... cool, supongo. Sabia que tenia un poco de ansiedad y que por eso fumaba cigarrillos solo de vez en cuando, aunque no era con frecuencia ni podía parecer alguna adicción, eso lo hacía lucir en mis ojos la persona más cool del mundo dentro de mi retorcida mente. 

Mi madre me decía que Louis no era de confiar y se oponía a veces, pero no de la daba importancia, ella nunca estaba en la casa. últimamente tanto ella como Gemma habían estado actuando muy extraño, lo cual no me dejaba dormir de tanto pensar que podrían estar haciendo ambas. Agregando que Louis Tomlinson estaba en mi casa la mayor parte de la semana y el pequeño progreso en llevarnos bien se sentía de maravilla, aunque no aplicará a que actuabamos como extraños en el instituto. Definitivamente no sabia como aun no me había vuelto loco de tantos días sin poder conciliar correctamente el sueño. 

Diciembre 10

-Harry, ya te lo dije – decía Louis a través del teléfono – nadie puede saber que voy a tu casa ¿Por qué insistes tanto? Además, ya tengo suficiente con que no podre jugar hasta el próximo juego.

-Y lo sé, Louis, pero... - respondí chasqueando la lengua. Era como la cuarta vez esa semana que le preguntaba si podía al menos decirle a los gorilas de su equipo que me dejaran en paz, no quería arriesgarme a que Niall quedará expulsado de su sueño y ya este había peleado más de lo debido. Iba a seguir protestando hasta que me quedé paralizado con lo que acababa de ver. Mi respiración se cortó mientras ahogaba un pequeño grito. 

-¿Qué? Harry, ¿Qué sucede? - escuché vagamente la voz de Louis sonando al otro de la línea. Mi brazo bajo lentamente aun estado de shock. 

-Te espero en mi casa – colgué.

Camine lentamente hasta llegar al Starbucks que quedaba a tres cuadras de mi casa, en una de las sillas estaba sentada mi madre con un hombre que no podía ver ya que estaba de espaldas. Acababan de darse un beso en los labios, imagen que me había hecho entrar en un estado de shock. Ellos reían y mi madre le metía una cucharada de torta en la boca al desconocido. Me acerqué con mucha prudencia de no ser visto más para escuchar su conversación. Mi corazon latia a mil por hora mientras mi pecho subía y bajaba rápidamente, mi sangre estaba hirviendo de dolor y decepción pues no había ni transcurrido un año del dolor que todos padecimos al perder a mi padre, mi mente no procesaba el porque las acciones de mi madre.  

-Sí, es más que obvio – decía el hombre mientras se reía. – era una rata de laboratorio, Anne, no entiendo porque te casaste con él.

-Oye, no te pases así – escuche como mi madre dejó de reírse, pero luego lanzó una carcajada. – no importa, toda su herencia me la dio a mí como lo hemos estado planeando por tantos años.

-¿Nos vemos hoy en la noche?

-Por supuesto. Hoy no no tenía pensado ir a comer con ellos, será mejor que avise que no iré tampoco a cenar.  – vi como saco su celular y marco un numero.