Mili es una adolescente que se ve obligada a abandonar todo lo que conoce por una guerra iniciada hace siglos.
Las circunstancias la obligan a tomar decisiones de las que no está orgullosa. Tendrá que aprender rápido sobre un mundo que ella creyó e...
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Ya ha pasado una semana desde la clase con Leo. Y de la cena en conjunto. Y de la llamada con Mateo.
Desde entonces no he vuelto a comer en conjunto. Trato de evitar los horarios en los que todos se sientan a comer. Antes de que todos vayan a comer o cuando ya acabaron, Sergio y yo vamos a la mesa por comida.
Y Mateo... Toda ésta semana el celular ha permanecido apagado. No sé qué, ni cómo decirle.
Pero creo que ya es tiempo de afrontar mis miedos. Tomo el celular y lo prendo. Cuando por fin se enciende veo 500 llamadas perdidas de Mateo... Ésa sí es insistencia.
Decido marcar su número.
—¿Quién habla?
—Hola Mateo. Soy Mili —contesto nerviosa.
—¡Mili! No cuelgues. Tengo mucho que decirte ¿Estás bien? —rio por su comentario.
—Tranquilo Mati, estoy bien. Ésta vez no colgaré —oigo cómo Mateo suspira.
—Muy bien. Empecemos por lo básico ¿Dónde estás y por qué no has aparecido en una semana?
—Éso... No te lo puedo decir.
—Mili... Por favor —suplicó Mateo.
—No puedo decírtelo. Te diré que estoy fuera del país. Pero Leo está conmigo. Estamos a salvo.
—¿Entonces por qué te oyes preocupada? —me quedé callada —Mili, puedes confiar en mí, dímelo.
—No, enserio no puedo. Lo siento Mateo —suspiró decepcionado.
—Bueno, me conformo con saber que estás bien.
—Okay, háblame de cómo les va a ti y a Vale.
—Pues estamos bien... No le quise contar de cómo acabó la llamada anterior, porque se hubiera espantado.
—Sí, buena idea.
—Pero me sigue preguntando dónde estás y si no has llamado.
—Dile que estoy bien. Dile que mamá y papá nos llevaron inesperadamente de viaje y que olvidé mi celular, pero puedo marcar desde el hotel.
—¿Y cuándo regresarás?
Mi estómago me da vueltas de tan sólo pensar lo que se acerca. ¿Para qué habría estrategias y ejércitos si no es para una guerra? ¿Y si no vuelvo?
—Dile que mamá y papá no nos quieren decir la fecha de regreso porque es una sorpresa.
—¿Entonces no sabes cuándo volverás?
—Ya te dije, es una sorpresa —dije riendo.
—Mili —me reprochó Mateo.
—Ya cálmate. Dime qué sucede con Alan, el tipo que te encargué que vigilaras.