Los Cuatro Reinos

D I E Z

¿Qué?

—No espero que me correspondas, pero necesito una respuesta, porque ésa vez en el Castillo te echaste a correr y desde entonces me evitas.

—Eh, yo... Yo —yo lo siento, pero no recuerdo nada ni a nadie, y por obviedad tampoco te recuerdo a ti, ni tu declaración, por lo que no sé si me gustabas y no sé qué responderte ahora. Además me gusta mi mejor amigo. ¿Muy directo? —, Alethea, no sé que decir.

—Sólo di lo que sientes y cerremos el tema de una vez, por favor —suspiró.

—Bueno pues... Lo siento, pero no te correspondo. Yo eh, a mí me gusta alguien más —esperé el llanto, el odio o la recriminación. Pero nunca llegó ni uno de ellos. En cambio Alethea me dió una sonrisa torcida.

—Está bien. Sé que no puedo obligar a alguien a corresponder mis sentimientos. Perdóname si alguna vez te hice sentir incómoda.

—Descuida Alethea, todo está bien.

—De acuerdo. Creo que necesito descansar —y se fue.

Me paro muy temprano, debo hacer una llamada antes de que todos despierten.

Yo pensaba que se iban a desvelar o hacer fiesta o algo por el estilo... Pero no. Sólo una cena y vayan a dormir.

Qué pésimo ambiente para año nuevo.

—¿Bueno?

—Bueno, Mili ¿Eres tú? —preguntó mi amigo. Se oía música de fondo.

—Por supuesto —sonreí.

—Pensé que lo habrías olvidado.

—¿Cómo podría olvidar el cumpleaños de mi mejor amigo? ¡Feliz cumpleaños Mati! Ya tienes 16. Ya eres un año más viejo —Mateo soltó una carcajada.

—Claro. Y tú muy joven. En 6 meses cumplirás 16.

—6 meses y 16 días. Por favor —Mateo rió —. Soy 6 meses y 16 días más pequeña que tú, anciano.

—Perdóname bebé —ambos reímos fuertemente, pero luego vi la luz de dos cuartos encenderse.

—Shh —lo callé entre risas —. Son las 7 de la mañana aquí y todos están dormidos.

—¿7 de la mañana? ¿En dónde  demonios están Mili?

—Mateo, no tengamos ésa conversación de nuevo.

—Cierto, cierto. Lo siento. De todas maneras debe ser un lugar en el que no celebran Año Nuevo. Nosotros pensamos seguir la fiesta hasta las 10 de la mañana.

—Sí, se oye la música hasta acá —sonrío. De repente oigo pasos bajando las escaleras cerca del jardín Sur —. Perdón Mateo tengo que colgar.

—Está bien Mili. Feliz Año Nuevo.

—Feliz Cumpleaños.

Cuelgo la llamada y guardo mi celular. Levanto la vista y me encuentro con... Diablos olvido sus nombres; ehm, creo que es Admes. El guardián del tiempo.

—Hola Admes, buenos días —le sonreí. En sólo mantuvo su expresión seria... Como siempre.

—Dime Husani. No me agrada mucho Admes.

—Está bien... Buenos días Husani—le volví a sonreír y él ignoró mi sonrisa.

—¿Eras tú la que estaba hablando y riendo en un tono más fuerte del que usualmente se ocupa a las 7 de la mañana, cuando más de 30 personas están descansando? —pregunto cruzándose de brazos. ¿Tan alto he hablado? Pero sólo me escuchó él... Creo.