Mili es una adolescente que se ve obligada a abandonar todo lo que conoce por una guerra iniciada hace siglos.
Las circunstancias la obligan a tomar decisiones de las que no está orgullosa. Tendrá que aprender rápido sobre un mundo que ella creyó e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Alan y yo entramos a una habitación y cerró la puerta detrás.
-Con que ahí estás, ¿Se puede saber por qué Tommy... -su frase quedo en el aire cuando me vió.
Supongo que Leo creyó que me iba a desmayar, pues inmediatamente fue a socorrerme. ¿Tan mal me veo?
-¿Qué le pasó? -le preguntó Leo a Alan mientras me recordaba sobre su cama.
-Alguna magia negra, supongo -le respondió -. Empezó con delirios, y poco a poco se empezó a poner débil y pálida.
>>Pero yo no estoy delirando<< trato de decir, pero mi boca no logra emitir ningún sonido.
De hecho la vista también se me estaba nublando y la cabeza me da vueltas.
-¿Delirando? ¿Con qué? -pregunto Leo.
-Dijo que no podía abrir un libro, y cuando me lo dió y lo hojeé yo, saltó como loca hacia él e hizo lo mismo. Examiné sus ojos y se veían sin brillo y oscuros, como si algo desde dentro estuviese extrayendo su luz, al igual que su cabello. Ahí me di cuenta que estaba mal.
Oí como los pasos de Leo se acercaban a mí. Puso su mano en mi frente y la retiró inmediatamente.
-Está hirviendo -dijo preocupado mi hermano -. Tenemos que ayudarla.
-Amigo, sabes que si es un problema de salud no podemos hacer nada, y si le damos el antídoto para el hechizo incorrecto podríamos matarla.
Ambos se quedaron callados un momento, supongo que pensando.
-El libro, ¿Lo tienes? -preguntó Leo.
-Sí, aquí está. Yo también pensé que fue por él libro; pero con su presencia no ha empeorado ni mejorado, así que debió ser algo en su habitación.
Escuché cómo Leo tomó el libro y lo empezó a hojear
-¿Dónde lo consiguió? ¿Lo sabes?
>>Alethea<<
-No, no me dijo.
>>Alethea<<
-¿No había nadie más en su habitación?
-No.
-Alethea -por fin consigo articular una palabra, aunque la sensación en mi boca después no es tan agradable.
Logro abrir un poco los ojos y distingo que Alan y Leo están más cerca de mí, observándome.
-Alethea -repetí. Alan salió corriendo del cuarto y entonces todo finalmente se tornó oscuro. No había ningún sonido; todos los pensamientos se detuvieron y quedaron flotando en la inmensidad de mi universo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.