Mili es una adolescente que se ve obligada a abandonar todo lo que conoce por una guerra iniciada hace siglos.
Las circunstancias la obligan a tomar decisiones de las que no está orgullosa. Tendrá que aprender rápido sobre un mundo que ella creyó e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ahora mismo me estoy retorciendo de dolor en mi cama. Y parezco un zombie.
Si alguien entrara ahora mismo por la puerta de mi habitación y me viera en éste estado me correrían del Castillo, no son antes intentar proteger sus cerebros para que no los almuerce.
Y todo por un maldito mal biológico que ataca a la mayoría de las mujeres una vez al mes.
Sí, yo también soy humana y yo también tengo la menstruación.
Tengo una prima que tiene un amigo que es primo de una chica que es amiga de otra chica a la que el periodo le dirá tan sólo tres días. ¿Saben lo genial que sería que tu periodo durara tres días?
Entro a la ducha, es la mejor manera de quitar el dolor por un rato; y según dicen las malas lenguas; también el hacer ejercicio ayuda.
Una vez que termino mi baño y me visto salgo de mi habitación, esperando no encontrarme con nadie.
Recuerdo que una vez hace unos tres o cuatro años. y era una total novata en ésto; Mateo y yo fuimos a una plaza cerca de casa a caminar un rato.
Pero yo tenía el periodo en ése momento e inevitablemente... Me manché. Fue muy vergonzoso, pues estaba en la calle y con el chico que me gusta.
Aprovechando que era temporada de frío, Mateo se quitó su abrigo y me lo dió. Afortunadamente me cubría lo necesario y volvimos a mi casa. Me cambié y vimos una película comiendo helado.
Caminando por los pasillos del Castillo me encuentro con Sergio; buscando a alguien.
—Hola Sergio —lo saludé alegremente —, ¿Buscas a alguien? —me volteó a ver y asintió sonriendo.
—En efecto, te buscaba a ti.
—¿A mí?, ¿Para qué? —le cuestione curiosa.
—Mili, ¿Te gustaría salir a caminar un rato fuera de castillo?
—Por supuesto —sonreí.
—Será con un par de amigas. Descuida, son agradables —me dijo, un tanto nervioso.
—Amm, seguro —le contesté... No tan convencida.
—¡Perfecto! —me sonrió —. Nos vemos en dos horas en el patio Sur. Abrígate, estaremos fuera un rato.
Se fue caminando a otro lado y yo volví a subir a mi habitación.
Llené una bolsa con toallas femeninas y papel higiénico.
Me cambié de ropa por una más abrigada y fui al Patio Sur, a la hora que estaba acordada.
Cuando llegué, había tres personas paradas esperando a alguien y mis sospechas se confirmaron.
Sergio y Phoeb estaban tomados de la mano, y Tessa estaba parada a un lado; tratando de lucir normal.
—¡Hola! —me saludó Sergio —. Qué bueno que ya llegaste, ¿Nos vamos nos preguntó a las tres, a lo que asentimos todas.