XXXI: La visita de la exiliada.

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ODELL.

Veintinueve minutos después de que mi tía me dijese que tenía que hablar conmigo, me dirijo al salón. Siempre que quiere hablar conmigo lo hacemos ahí. Es algo que se nos inculca a todos los octumbreses desde pequeñitos. El salón es el tercer hogar de una persona. El primero es la casa en sí y el segundo la habitación.

Cuando entro la veo sentada en el gran sofá. Me mira y me hace una señal para que me siente en el sillón.

Mi tía y yo no estamos solos.

—Odell, cariño, te presento a Lorea Cordeto. Es una exiliada de Decembris que quiere hablar con nosotros.

—Hola —dice con una gran sonrisa en la cara—. Encantada, Odell.

—Lo mismo digo —le sonrío de vuelta por educación.

¿Qué pinta una exiliada en casa, y más si es de Decembris?

—Lorea, cielo, hablo por mi sobrino cuando digo que puedes preguntar y hacer lo que tú quieras.

—¿Cómo que hacer lo que tú quieras? —pregunto, confuso.

—Gracias, Lyssa —dice sin perder la sonrisa—. Solo quiero hacer una pregunta, después de eso me iré y no volveremos a vernos... en teoría.

—Yo ya se la he respondido, pero aun así estaré encantada de hacerlo de nuevo.

—No hace falta, Lyssa, pero gracias de todas maneras.

Noto una tensión extraña en el ambiente... Entre que esa chica sonríe demasiado y mi tía está rara de por sí, no creo que algo bueno vaya a salir de esto.

—Llevo un mes buscando a un chico llamado Damian Colderini —Lorea me mira, dejando de sonreír—. ¿Te suena de algo?

—No —le respondo, cabeceando—. Lo siento.

—Me imagino que no estás al tanto del plan de los convictos y exiliados. Tu tía me ha contado que nada más ser desterrado ella se convirtió en una convicta y os fuisteis a vivir juntos, así que no has pisado una residencia en estos cuatro meses. ¿Me equivoco?

—No, no te equivocas —cada vez me parece más confusa y oscura la situación—. ¿Qué plan?

—La de erradicar a los doce planetas. Para ello necesitamos a seis guardianes, o también podemos matar al guardián del planeta que obtenga la fuerza del mes, como es ahora el caso de Marzus.

Esa chica pertenece al tipo de gente que tiene en su poder a los guardianes de Agostus, Septembrus y Novembrus. ¿Quiere eso decir que ese tal Damian Colderini es el de Decembris? ¿O se lo está inventando todo para poder capturarme a mí en cualquier momento? A no ser que mi tía haya hablado sobre Maya, nadie sabe que se encuentra aquí.

Creo.

—¿Y qué tal con el guardián de... Marzus? —pregunto solo por preguntar algo.

—Casi muere. Tendremos que seguir intentándolo hasta que acabe el mes.

—Siento que no seamos de ayuda, Lorea —mi tía se levanta y Lorea hace lo mismo. Se dan dos besos en la mejilla—. Espero que pronto encuentres a ese chico y podáis realizar vuestro plan.

—Gracias... La verdad es que capturarle a él sería fantástico. Lo único que sé es que se encuentra con otros dos guardianes. Un februense y una aprilense.

Si Maya y yo lográsemos salvar a la guardiana de Novembrus junto a los de Septembrus y Agostus podríamos ir sin problemas junto a los guardianes de Februs, Aprilis y Decembris. ¡Seríamos ocho guardianes! ¿No sería genial eso? Estoy seguro de que Maya estará de acuerdo cuando se lo diga.

Saga meses del año II: El golpe de mayo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora