XXXIV: La boda planeada.

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MAYA.

Tal y como me imaginé, me encuentro en la parte trasera de un camión de carga y descarga, sola y atada.

¡Cómo si eso pudiese impedir que yo hiciese algo!

Aun así, como mi plan está yendo viento en popa, no me importa estar en esta situación.

Que una cápsula juliense cayese del cielo provocó que Chesum me cargase con rapidez a este camión. Antes de que arrancase la diecimbresa había aparecido, gritando a pleno pulmón que se le había escapado el guardián de Octumbrus porque prefería salvar su vida. Eso causó un gran enfado en Chesum, ya que a lo mejor estaba muerto antes de tiempo.

Yo sé que no lo está.

Miro el techo, un poco abrumada. Que no me importe estar en esta situación no significa que pueda estar tranquila. Al contrario. Estar atada en un sitio a oscuras solo me trae malos recuerdos de mi dura infancia en ese orfanato de mierda.

Me miro el brazo del tatuaje y mis venas comienzan a deslumbrar más de lo normal, tornándose de un color azul fuerte. Eso es lo único que puede asegurarme ahora mismo que Odell está con vida. Es lo único que podrá asegurarme mi reencuentro con él.

Los enurenses, que son los únicos que "comprenden" el término de la fidelidad –aunque para ellos se llame "amor" –no tienen esta capacidad. Ellos son leales. Nosotros somos fieles. Una persona de Maius muy difícilmente cambiará de opinión sobre algo o alguien. Si amas a una persona y esta muere, se acabó. No hay segundas oportunidades, como los enurenses creen. El alma de tu persona amada no se va a otro cuerpo, como ellos piensan.

A veces las personas están destinadas a ser fieles a sí mismas.

—¿Quién eres?

Dejo de mirarme el brazo y de pensar en gilipolleces que no vienen a cuento para observar a una guardiana rubia de ojos verdes. Cuando estaba leyendo la ficha del guardián de Enerus pude percatarme de que soñó con esta guardiana un par de veces y que incluso tuvieron la conexión. Por su culpa se cree que las personas que ve son ficticias, pero en el fondo no la tiene. Evan Vugo no sabía lo que era por aquel entonces, ni lo que era capaz de hacer.

—Soy tu perdición —le digo, mirándola a los ojos.

—Lo que quiere decir es que se llama Maya—dice una voz desconocida.

Ambas miramos hacia nuestra izquierda. Una chica con el pelo gris teñido, muy parecida a mi mejor amigo Jake, se arranca los pellejos del labio con una tranquilidad disimulada.

El corazón me da un vuelco. ¿Debo decirle que su medio hermano está vivo? ¿Debería presentarme decentemente? A Jake le haría mucha ilusión que nos llevásemos bien.

—¿Sabéis por qué va una caja al gimnasio? —nos pregunta Augustus con una de sus sonrisas pícaras—. Para volverse una caja fuerte.

—¿Quiénes sois? —pregunta Nixie.

—¿Y cómo es posible que tengamos los cuatro una conexión? —inquiero.

Apenas he tenido conexiones en mi vida, así que tener tres de golpe me asombra tanto que me da miedo. ¿Y si es Chesum haciendo de las suyas? A lo mejor solo quiere confundirme.

—Yo he sido quien ha forzado la conexión, lo que pasa es que tú te has metido de por medio porque estás cerca —responde Sera-Masumi mirando a Nixie y arrancándose los pellejos del labio. Me molesta un poco, bastante—. Augustus fue gilipollas al pedirte ese favor.

—Yo también te quiero —dice él, fingiendo estar ofendido, aunque sí que creo que le ha molestado un poco.

—Tú sabes, al igual que nosotros dos, cómo interpretar el libro...

Saga meses del año II: El golpe de mayo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora