XIX: No hay nada más que podamos hacer.

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JULIETA.

Sigo corriendo de un lado a otro por tres motivos: Huir de aquellos trabajadores del ayuntamiento que me han visto, intentar encontrarme a mi primo e intentar reunirme con Evan antes de que lo haga Argel. El único que ha podido sentir la conexión en este lugar es Evan, y la ha sentido con alguien que yo no conozco pero que al parecer él sí.

Al llegar a una habitación me veo forzada a parar en seco. Evan casi se choca conmigo, y por sus pintas, también estaba corriendo.

Las alarmas suenan en ese momento.

—¡Tenemos que irnos antes de que nos cojan o averiguarán que no somos marcenses! —exclamo con la adrenalina al máximo.

—¡Pero sé que aquí hay un familiar de la familia materna de Miane! —grita Evan para mi sorpresa—. ¡Ella quería que encontrásemos a un trabajador, y lo he hecho!

—Podremos volver en otro momento —intento convencerle, intentando mantenerme serena—. Mi primo está en este planeta y me ha dado a entender que no está solo. Evan, no lo comprendes. Si nos secuestran tendrán a cuatro en su poder y necesitarían solo a dos más para poder matarnos del tirón.

—Si no nos arriesgamos, ¡miles de millones de personas morirán!

Asiento resignada y permito que Evan me lleve hacia donde se supone que está el familiar de Miane. Sé que es una locura. Sé que algo va a salir mal de todo esto, pero tiene razón. Si Miane está a punto de morir es porque no estuve lo suficientemente alerta, quieran convencerme de lo contrario o no. Debería ser yo la que se juegue la vida ahora en busca de ese jodido familiar y he querido huir. Me decepciono de mí misma.

Entramos en una habitación repleta de archivos y comprendo que es el lugar donde están archivados tooodos los datos de los habitantes de esta ciudad de Marzus. Evan silba y un hombre de treinta y algo de años sale de detrás de un estante con los archivos de la inicial "J".

—Ella es como Miane y yo —le explica Evan al hombre—. Se llama Julieta. Él es el tío de Miane.

—Y el único familiar que queda vivo —añade con miedo—. Mi hermana se ha encargado de matar a toda la rama Domey para que no puedan ayudar a su hija. Los Stoney eran una familia pequeña y han fallecido todos también.

—No es un dato que inspire mucha esperanza...

—Pues Julieta, te iba a decir que fueses tú la que entretuviese a todos para que pueda llevar al tío de Miane junto a ella.

Le miro con horror. ¿¡Qué!? Espero que esté de broma. ¿Cómo pretende que yo me encargue de todos los que están aquí? Sé apañármelas perfectamente con mi don de la tecnología, pero para los dones que tienen los marcences es mejor que use el don del poder, el cual apenas manejo.

—Por favor —me suplica—. A ti se te da muchísimo mejor esto de usar tus dones. Me das mil vueltas.

—Lo dudo...

El pomo de la puerta gira lentamente y el tío de Miane y Evan se esconden. Me quedo plantada enfrente de la puerta y respiro hondo. Estoy segurísima de que Evan intentará ayudarme como pueda si algo me sucede, y no me pongo en riesgo porque "a mí se me dé muchísimo mejor esto de usar los dones". Lo hago porque si es el único familiar vivo es la única esperanza de Miane y debo hacer todo lo posible por él. Por ella.

La puerta se abre por completo y mi rostro se ensombrece. La que está enfrente de mí no es nada más ni nada menos que la madre de Miane con una botella de alcohol en su mano. Debe recordarme porque sonríe para acabar riéndose a carcajadas.

—¿Al final voy a tener que mataros a vosotros también? ¿Dónde está mi hermano?

—Lejos de aquí... —miento.

Saga meses del año II: El golpe de mayo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora