XXXV: Aproximación.

225 35 7
                                    

MAYA.

Estoy enfrente de un libro que es idéntico al de Odell y al mío a excepción del color. Es rojo. Es del guardián de Enerus.

Varios convictos o exiliados de no sé qué planetas están en la misma sala que yo, y solo para que yo no haga ningún movimiento fuera de lugar. No es que me hayan maltratado de momento, pero sé que si muevo un simple dedo de cualquiera de mis manos, no dudarán en hacerlo.

De todas maneras, que no haga nada no significa que no hable.

—Es un libro con encanto. Qué se supone que estamos esperando, ¿una aparición estelar?

—El líder convicto de Septembrus nos ha afirmado que tú sabes interpretarlo —Chesum señala a un chico que no parece muy contento con la situación.

—Tío, pues te va a crecer la nariz por mentiroso —ruedo los ojos.

"Elimina los libros una vez que sepas las instrucciones. ¡Elimínalos todos! Es la única manera de que solo vosotros conozcáis la historia que se va a repetir".

Me llevo una mano a la cabeza, dolorida. Esa frase de uno de los peores momentos de mi vida estoy segura de que no me ha venido así porque sí. Miro de reojo a Chesum, pero él está centrado en otra cosa. Quizá inspeccionando mi mente. No sé aún con exactitud cuál es su don.

—Puedes hacerlo por las buenas, o puedes hacerlo por las malas —me dice Lorea, agarrándome del pelo con brusquedad—. Tú decides.

—¿No os han enseñado en Decembris que no se piensa bien con el estómago vacío? Porque me estoy muriendo de hambre y aquí ninguno me alimentáis. Qué poca consideración.

Lorea impacta mi cabeza contra la mesa. Mi nariz me duele horrores y siento que me sangra, hecho que afirmo cuando Lorea me vuelve a echar la cabeza hacia atrás y veo la mesa manchada de azul.

—Qué violenta, chica. Yo si fuese una exiliada no me sentiría muy orgullosa de honrar uno de los dones que Decembris tiene.

—Abrid el libro por la última página —ordena Chesum, volviendo en sí.

Una chica que me importa poco si es exiliada o convicta abre el libro tal y como él lo indica. Mientras, hago movimientos raros y lentos con la nariz.

Me la ha reventado bien la hija de puta.

—Perdéis el tiempo. Además, ¿no es lo suyo que se lea un libro desde el principio? Menudos spoilers os estáis tragando.

—Es un libro de refranes —responde el líder convicto de Septembrus, incrédulo.

—Brooma. Yo pensaba que era un libro de cocina. Gracias por aclararme la duda.

—Ni te molestes en entender su lógica —dice Lorea con tono de asco—. ¿No ves que solo quiere quedarse con los demás?

No hay que ser muy inteligente para darse cuenta de ello, pero no voy a decir nada más porque, aunque no tengo nada que perder, tampoco me interesa tener un intenso dolor durante días por culpa de esta violenta.

Miro el libro de refilón. Parece que nadie se ha percatado aún de lo evidente; que hay un fragmento escrito en rojo. Eso me hace cuestionarme si realmente ellos no se han dado cuenta, o solo quieren quedarse conmigo. En el caso de que sea lo primero, ¿será porque algo se lo impide? ¿Es porque no son familiares de algún guardián?

¿Y por qué no llaman a la prima de Odell, a quien tienen secuestrada? ¿O a lo mejor se han dado cuenta de que no les hacía falta y la han asesinado, como a su madre? Sea lo que sea, mejor. Cuanto antes pueda destruir este libro, mejor.

Saga meses del año II: El golpe de mayo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora