III: Una clase especial.

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EVAN.

Nada más llegar a clase todos mis compañeros me preguntan por qué falté ayer. Todos, excepto aquellos que me odian y, afortunadamente para mí, Helen Secón. Incluso aunque se interesara creo que no sería capaz de preguntarle a alguien. Probablemente sería la otra acosadora la que fuese investigando por ahí. Iría directa a mi hermano, pero como él ya no se va a acercar a ella...

Jaque mate.

Mi profesor de peligro entra en la clase, y como todos los días, pasa lista. Cuando llega a mi nombre -soy el último de la lista -me dice que le alegra verme aquí. Normal. Soy, sin lugar a dudas, su alumno preferido. A mí me manda tareas importantes que cualquiera odiaría, pero como yo soy un tanto diferente a la gente, a mí me gustan. Me encantan. Incluso cuanto más trabajo conlleven, mejor.

—Hoy la clase va a ser un tanto... distinta —nos dice el profesor con aire misterioso. Todo el mundo cuchichea, sorprendidos por el simple hecho de que no vamos a hacer la misma rutina de siempre, que es intentar adivinar si alguien nos va a hacer algo (entre otras cosas)—. Es una clase que los de segundo año se ven siempre forzados a realizar, pero de la cual no sobreviven todos.

—Profesor, no nos meta miedo, ¡por Dios rojo! —una compañera que a mí me cae muy mal por su intento de ser mejor que yo es quien habla. Lleva su pelo recogido en dos coletas laterales y al igual que yo lleva gafas, solo que yo las llevo porque las necesito y ella para intentar aparentar ser más sabelotodo—. Las bromas de mal gusto son detestables.

—No es una broma—el profesor coge unos folletos de la mesa y nos reparte uno a cada uno de los sesenta y un alumnos que somos en mi clase—. Todos sus familiares están avisados sobre el tema. Partiremos en media hora.

Cojo el papel que está encima de mi mesa y lo leo con atención. En él está escrito que estaremos en el planeta Tierra, y que en grupos estaremos divididos en las ciudades más importantes de los doce planetas allí. Cinco grupos irán a las ciudades donde viven los exiliados de Enerus, otros cinco a los de Februs... y así hasta llegar a Decembris. Nuestra misión es sobrevivir al peligro que se nos viene encima y ser conscientes de qué o quién lo va a causar. Durará el resto de la mañana y toda la tarde, así que volveremos a la noche... si sobrevivimos. En el caso de superar esta prueba, pasaríamos a tercero sin necesidad de dar clase durante todo el año.

Helen se levanta de su asiento, tira el folleto en la papelera y sale de la clase ante la mirada atónita de todos. Nada más perderla de vista todos empiezan a decir cosas malas sobre ella y yo, aunque estoy callado y tengo una gran tentación por seguirla, prefiero mantenerme en mis cabales; en silencio y quieto.

Mi profesor, que había seguido a Helen tras verla irse, entra con ella a rastras. La gente se ríe por la situación y yo sonrío. Tiene miedo. Se ha puesto tan blanca como la leche. Tampoco la culpo, ya que no tiene ni puñetera idea de cómo usar el don del peligro. La gente cree que es hija de alguien importante y por eso la pasaron a segundo año. Otros, que son más imaginativos, creen que o logró no ser desterrada, o ni siquiera es de este planeta, ya que no es normal que a estas alturas no sepa absolutamente NADA.

—Vayan haciendo los grupos, excepto usted, señor Vugo. Usted venga conmigo.

Me levanto rápidamente de mi asiento y salgo afuera junto mi profesor. Andamos por el pasillo callados, con el sonido de otros profesores hablando de fondo. Él y yo entramos en el despacho de profesores donde se encuentran mi hermano, mi abuelo paterno y otros dos chicos con sus respectivos padres que también tienen un don único; uno relacionado con el amor y otro relacionado con el odio.

Mi abuelo intenta sonreírme como forma de saludo. Yo muevo la mano torpemente para devolvérselo. Se me hace muy extraño verle, tanto que ni siquiera sé cómo reaccionar, cuando la mayoría de veces sí. Nikone se levanta y le estrecha la mano a mi abuelo con seriedad profesional, y empiezo a replantearme qué demonios estoy haciendo aquí.

Saga meses del año II: El golpe de mayo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora