Capítulo 8

9.7K 595 57
                                    

Capítulo 8

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 8

— ¿Estás segura de que estamos hablando de la misma persona?—preguntó una incrédula Sheila. Sonreí con diversión asintiendo.

—Sé que parece extraño pero estuve toda la mañana con él—noté cierta dulzura en su mirada mientras colocaba pausa a su almuerzo—Nos separamos al volver ya que Max lo solicitaba en algo—revolví el arroz con el cubierto mientras no borraba la sonrisa— ¿Ahora confías en mí?

—Lo admito—levantó sus manos rindiéndose—Tenías razón, Eric puede ser...

— ¿Eric? ¿Enserio escuché ese nombre en su conversación, señoritas?—Cuatro había tomado asiento junto a Sheila con una bandeja tan cargada como las demás. Era uno de los pocos instructores que podía ser amable aunque en ocasiones trabajaba en ello.

—Sólo era algo sin importancia—me limité a decir.

—No, claro que no—envié una mirada de advertencia a Sheila pero sonrió guiñándome un ojo—Esta chica ha pasado toda la mañana con Eric, fue un paseo romántico por la ciudad, ¿Cierto?

—No, no es cierto, eso no fue lo que dije—sentí el calor en mis mejillas. Cuatro sonrió de lado mientras negaba con la cabeza para luego fruncir el ceño mirándome.

—Creí que estabas con Darío.

—Sigo con él.

—Dijiste que estabas molesta con él.

En este tipo de ocasiones deseaba que Sheila cerrara la boca. Confiaba en Cuatro pero no lo suficiente para darle detalles sobre mi vida. Siendo honesta, ni siquiera Darío sabía tanto sobre mí, ¿Cuándo hemos compartido un momento como el que tuve con Eric? Sea donde sea, una conversación sobre lo que pudimos o no pudimos haber hecho. La respuesta era nunca. Nunca nos hemos sentado a hablar así.

—Estoy sorprendido—miré a Cuatro quien había comenzado a comer—Sólo ten cuidado, Aurora.

— ¿Por qué?

—Estamos hablando de Eric, sabemos que sus actitudes son inesperadas—ante mi silencio se limitó a sonreír de lado—Haz lo que creas correcto.


Después del almuerzo acompañé a ambos a la sala de entrenamiento, Sheila tendría a otro de los líderes supervisándola. Cuatro le recordaba una y otra vez lo que habían estado practicando. Sus manos estaban heladas o al menos eso decía, sabía cuánto deseaba pasar a ser una instructora pero para lograrlo debía mostrar que era capaz de no vacilar en ningún momento o todos le tomarían el pelo.

— ¿Puedo hablar contigo?—susurró una voz masculina mientras su mano tomaba mi brazo. Asentí alejándome de Cuatro y Sheila. Darío tenía una mirada de arrepentimiento, podía saber lo que diría a continuación—He estado buscándote todo el día pero no supe en dónde estabas...

Beautiful Monster (Divergente) (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora