Capítulo 26

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Capítulo 26

Desperté en medio de la oscuridad, esta vez no fue por una pesadilla ni por un sueño, junto a mí Eric dormía ajeno a lo que hacía. Sus párpados se encontraban cerrados, su pecho se movía por su respiración pausada y calmada, era extraño mirarlo de esa forma. No había enojo, estrés ni ese aspecto intimidante que usualmente tenía. Por un momento me pareció ver al pequeño niño que encontré en sus recuerdos.

Me levanté con cuidado de no despertarlo, hace noches que no dormía bien por mi culpa. No quería afectarlo más. Por la oscuridad que reinaba en el lugar podía jurar que era medianoche. Mi estómago rugió recordándome que no había comido nada en todo el día. Después de haber hablado con Sheila seguí durmiendo como normalmente hacía, no recuerdo en qué momento llegó Eric.

Revisé en el refrigerador si había algo para comer. Mantuve mucho cuidado de no hacer ruido, ni siquiera quise encender las luces por temor a que despertara. En medio de la oscuridad preparé algo sencillo para comer. Quizás por esa razón me había despertado. Mi cuerpo parecía recordar que aún seguía viva y que mientras respirara necesitaba mantenerme fuerte, necesitaba comer.

"Nunca es tarde para reaccionar"

Tomé asiento en una de las sillas comenzando a comer, miré hacia la sala encontrando el bolso que había traído Sheila. Antes de que se fuera le había pedido que me trajera algo de ropa y también ese cuaderno donde solía dibujar. Me levanté caminando hasta él, lo recogí regresando a la mesa, llevé otro bocado de comida a mi boca y abriendo el bolso conseguí lo que quería. Al abrirlo sobre la mesa conseguí el lapicero.

Subí mi pie izquierdo al borde de mi silla apoyando mi brazo en la rodilla. Volví a ocupar mi boca con otro bocado y sin pensarlo comencé a trazar círculos acompañados de algunas líneas en la hoja blanca. Mientras mi mano derecha se movía de un lado a otro concentrada en lo que hacía, mi mente recordaba aquel tatuaje que Vivian tenía en su hombro.

Una araña parecía abrazarla. Aquel era uno de los animales favoritos de la chica, Nadia decía que era escalofriante pero a mí me parecía muy original y poco común. Jamás había visto una pero sé que de hacerlo la recordaría al instante. Recordándola, el dibujo tomó una nueva forma, había hecho el borde de la Fosa, abajo el agua corría con fuerza, algunas margaritas se dejaban llevar por la corriente y desde la cima estaba Miriam soltando esas flores a cada minuto, a sus pies las arañas se dejaban colgar hasta el agua intentando recuperarlas.

Cuando terminé de comer estuve un buen rato mirando el dibujo.


—Oye, ¿Estás bien?—la voz preocupada de Eric se escuchaba a lo lejos. Poco a poco fue mejorando, me había quedado dormida en la mesa y no recordaba en qué momento— ¿Aurora?

—Sí, yo...—me enderecé en la silla. Mi cuello dolía al intentar moverlo—Estoy bien. Sólo...tenía hambre.

Su mirada fue al plato frente a mí con el cubierto en él, puedo jurar que vi una pequeña sonrisa en sus labios pero también seguía la preocupación presente.

—Pudiste despertarme si querías algo...

—Está bien, pude arreglármelas sola—me apresuré a decir. Pasé mis manos por mis ojos restregándolos, bostecé un poco parpadeando varias veces. Noté que seguía con su ropa de dormir—Has hecho mucho por mí en estos días y creí que sería mejor dejarte descansar.

Asintió comprendiendo. Acarició mi espalda apartando luego el cabello de mi cuello. Me veía de una manera tan dulce que sentí un cosquilleo en el estómago, jamás lo había hecho de esa forma.

Beautiful Monster (Divergente) (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora