Capítulo Especial
Aurora
Estaba en la punta de la montaña, no era muy alta pero me mantenía lejos de las personas. Podía ver algunas casas del lugar, el sol estaba escondiéndose, sus últimos rayos caían sobre mí bañándome por completo. Cerré mis ojos disfrutando esa calidez, respiré profundo llenando mis pulmones de aire fresco y limpio. Sonreí de lado sin evitarlo, el sonido de algo interrumpió esa pequeña paz. Abrí los ojos encontrándome con la carta en mi mano, la había leído tantas veces durante estos tres años que ya me sabía de memoria lo que decía.
Era un poco extraño y quizás masoquista de mi parte que siguiera leyéndola pero me gustaba hacerlo. Me parecía interesante su letra, su forma de expresarse y sus palabras. Acerqué la hoja a mi nariz encontrando su olor aún, Eric era un buen hombre, quizás si me hubiese quedado en Osadía lo hubiera conocido mejor. Hice una pequeña mueca, mordiendo mi labio inferior. Su hermana me había contado un poco sobre él.
El nombre de Iliza vino a mi mente, junto a mí descansaba un pequeño cofre, lo tomé echando un vistazo nuevamente a los frascos que contenía. ¿Por qué me entregaría esto? Sea lo que fuera debía ser importante, no era capaz de usarlo, sabía que tenía su permiso pero aún así no quería hacerlo, me parecía...incorrecto.
Mañana sería la Ceremonia de Elección de muchos jóvenes cordiales, bajo toda esa alegría y generosidad se podían sentir los nervios. Sheila y yo recibiríamos a los nuevos iniciados de este año, Iliza nos había enseñado bien lo que debíamos hacer. Estaba nerviosa, en mi facción jamás hubiera imaginado que sería instructora. Aquí en Cordialidad las cosas eran diferentes, demasiado diferentes pero me gustaba esa diferencia.
— ¡Auro!—me asomé un poco encontrando a Sheila. Llevaba su cabello recogido en una coleta— ¡Necesito tu ayuda!
— ¡Un momento!—me incorporé guardando la nota y el cofre en el bolsillo de mi falda. En unos minutos llegué hasta ella, tenía sus brazos cruzados, me miraba entrecerrando sus ojos— ¿Qué?
—No lo sé, dímelo tú.
—Estaba mirando el anochecer.
— ¿Enserio? ¿No pensabas en nada?
Sentí un leve sonrojo en mis mejillas. Sheila se había vuelto en una hermana más para mí, sus padres me habían tomado como otra hija más. Ella conocía mis pensamientos hacia Eric, ella sabía de la carta y del cofre. Sabía que desde hace tres años sigo leyéndola.
— ¿Para qué me preguntas? Sabes lo que responderé—rodeé los ojos.
— ¿Por qué no vas a verlo? ¿Crees que te echará a patadas de allí?—la empujé con suavidad reprochándole ese comentario—Eso es torturarse por placer, están siendo egoístas.
—Estás juzgándome—caminé con ella.
—Sólo digo lo que yo haría si fuera tú.
Me mantuve unos minutos en silencio, mi estómago rugió, el comedor comenzaría a llenarse en unos minutos, estar allí me hacía pensar en Osadía sin evitarlo. Todos se reunían a comer, todos hacían casi el mismo alboroto que en mi antigua facción, en un principio me causó tristeza pero luego sólo me hacía sentir en casa. Muchas veces me ofrecí a cocinar con otros chicos, ser voluntaria en la cocina no era tan malo.
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Beautiful Monster (Divergente) (COMPLETA)
FanfictionAurora ha pertenecido a Osadía desde que puede recordar. Logró acabar su iniciación con éxito decidiendo permanecer en su facción al estar segura de que jamás podría abandonar su hogar. Durante su entrenamiento conoció a Eric, un hombre al que todos...