Capítulo 27

7.6K 436 158
                                    

Capítulo 27

Mi pierna derecha tembló perdiendo fuerza. Me sostuve del barandal que rodeaba el balcón, mi madre lo notó y de inmediato se acercó ayudándome. Dejé que me llevara a la sala, estábamos solas en ese lugar, Eric había salido hace minutos para dejarnos con más comodidad. Si mi madre no hubiera llegado... ¿Realmente me hubiera entregado a él? Esta vez no hubo tanta vacilación en mis acciones. Eso me asustaba.

—Deberías ir a enfermería.

—Estoy bien, suele pasarme cuando estoy de pie mucho tiempo—subí mis piernas al sofá. Mi madre con cuidado se sentó junto a mí revisando la cicatriz— ¿Por qué viniste?—quise saber. Su cabello oscuro iba recogido en una trenza, la chaqueta que llevaba no era suya, era de mi padre. La había visto muchas veces en él.

—Soy tu madre, ¿Acaso no puedo preocuparme por mi hija?—levantó su rostro fijando sus ojos en mí.

—Sólo digo que no es común en ti.

—Que no sea muy afectiva contigo y con tu hermana no significa que no me preocupe por ambas, Aurora—noté cierto reproche mezclado con algo de tristeza.

No quería discutir con ella, era lo último que quería hacer. En medio del silencio tenso que se hizo, me atreví a decir dos palabras que creí jamás decirle a mi madre.

—Lo siento—el asombro iluminó su rostro—Por tener una idea errónea sobre ti—suspiré—Las personas que me rodean no tienen la oportunidad de hablar con sus seres queridos, en especial con una madre...

— ¿Te refieres a alguien en específico?

Miriam y Vivian tenían a sus padres en la facción pero la comunicación no era su fuente, Sheila había dejado atrás su familia, había sido hija única y quizás fue egoísta al pensar en ella olvidándose del vacío que dejaría a sus padres, parecía no extrañarlos, jamás la escuché decir lo contrario. Cuatro era un misterio, no sabía mucho sobre él, Tori tampoco hablaba de su familia, Darío había hecho lo mismo que Sheila y...Eric había visto a su madre morir por ser diferente.

—No—miré mis manos. Pensar en ese tema no era muy agradable—Sólo...veo que no es sencillo mantener una familia unida.

—Oye—subí mi vista unos segundos antes de volver a ver mis manos— ¿Hay algo que quieras decirme?

—Gracias por ser mi madre.

Aquello le tomó por sorpresa. Sus ojos oscuros brillaron volviéndose dulces. Me acerqué a ella abrazándola, sus brazos me rodearon como las pocas veces que lo hacía de niña, como si fuera la mejor cura, de repente me sentí tan tranquila y serena que temía alejarme y perder esa sensación. Antes de Eric solía pensar que mi familia era sofocante en ocasiones, dudaba sobre haber hecho lo correcto en quedarme en Osadía y el chico me había hecho creer que sólo lo había hecho por ellos y no por mí. Ahora me doy cuenta que estaba equivocada.

—Las quiero a ambas—susurró mamá. Me separé rompiendo el abrazo, sonrió con dulzura acomodando los mechones de mi cabello—No importa en cuanto problemas te metas...

—Soy la menor, es mi trabajo meterme en problemas—bromeé. Rodeó sus ojos negando con la cabeza—Sheila dijo que papá y tú estuvieron de acuerdo en dejarme con Eric.

—Sheila—regresó a su rostro serio—Sigo sin entender porque es tu amiga.

—Mamá—tomé una de sus manos—No tiene nada de malo que ambos se preocupen por mí, lo dijiste hace minutos—no tuvo palabras para eso pero después de unos minutos, habló.

— ¿Interrumpí algo cuando llegué?—mis mejillas ardieron de nuevo. ¿Por qué demonios se encendían cuando tocaban el tema?—Sí, sabía que no es muy común verte tan roja y como tu madre conozco esa mirada pícara que tenías.

Beautiful Monster (Divergente) (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora