Capítulo 12

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Por suerte había unas escaleras en el túnel en el que habíamos caído y pudimos subir de nuevo a la superficie. Como siempre, con mucho sigilo y precaución vimos que no había ni un alma allí.
-¿Ves aquella calle de allí? En una de sus esquinas hay una vieja taberna, el dueño era amigo de mi padre. Cerró haces años y está abandonada desde esa. Allí podremos descansar y curar tus heridas.
-Me parece perfecto, me duele todo.-Dije acariciando mi brazo malo.

Caminamos a lo largo de la calle atentas a cualquier movimiento. A diferencia de otras veces, Lauren no iba delante y alejada de mi, sino que iba a mi lado mirándome cada momento para ver que seguía bien. Eso sí, todo el tiempo con su arma en mano, ya parecía otra de sus extremidades. Llegamos a la taberna sin ninguna incidencia, lo único que parecía recorrer estás calles a parte de nosotras y Ellos, eran los lagartos que disfrutaban de los últimos rayos de sol de Agosto. Entramos y Lauren me pidió que esperase en la puerta mientras ella revisaba el interior del establecimiento.

-Está todo vacío. Voy a revisar la cocina a ver si hay comida o agua. Amm...- Giró la cabeza en busca de algo y se dirigió a una de las mesas. Cogiendo de una de ellas una silla y colocándola a mi lado como invitación a que me sentarse. -Es mejor que te sientes y descanses un poco. Vuelvo en seguida, cualquier cosa avísame y vendré corriendo.

-Tranquila Lauren, vas a la cocina no a China. -Puso la lengua entre sus dientes a modo de burla y se giró adentrándose en la cocina. No tardó mucho más de cinco minutos en volver, y para nuestra suerte, con varias cosas en sus manos. -¿Qué encontraste?

-Todo lo que necesitábamos. Había varias botellas de agua y latas de comida. Increíblemente no están caducadas, así que supongo que podremos tomarlas, no?

-Me parece perfecto, por que me muero de hambre.-Me levanté y fui hasta ella, pero se colocó la comida tras la espalda.

-De eso nada. Antes tenemos que curar esas heridas, no vaya a ser que se te infecten.

-Jooo. Pero yo quiero...-No me dejó terminar de hablar y me reprendió.

-Ni jo ni nada. Siéntate en la silla y calladita.

-Si daddy...

-¿Cómo?

-¡Nada Lolo!
Lauren estuvo un rato curando las heridas de mi cuerpo. El dolor de mis costillas resultó ser un gran hematoma que cubría toda la zona de mi costado, el cual me recubrió con una venda perfectamente puesta. Cuando llegó a la herida de mi cabeza su semblante se endureció, no pude vérmela, pero por su cara no debía de ser bonita.

-Camila...-Su cara estaba blanca y sus ojos ya no reflejaban ese esmeralda que adoraba, ahora estaban de un gris oscuro.

-¿Qué pasa Lauren?

-Tu herida. Es bastante profunda. Es necesario... Es necesario... -bufó exasperada- Voy a tener que coser.

¿Q-qué?

-Sangra demasiado, Camz. No creo que cierre solo y no podemos arriesgarnos, si está de esa forma es mucho más sencillo que lleguen a contagiarte...

-Hazlo. Si no hay otra opción hazlo.

-Voy a por las cosas.

Lauren pasó un buen rato buscando en su mochila y en el local las cosas necesarias para coser mi herida. Era evidente que esto iba a doler y no poco precisamente, no teníamos ningún material para rebajar el dolor y eso me asustaba, no soy la mejor amiga de las agujas exactamente.

-¿Estás lista Camz?

-Vamos a ello.

-Toma, muerde esto. Será mejor que no nos oigan.

-Hazlo rápido. -Noté como desinfectaba la zona con alcohol, ya solo esto dolía. -Lo siento Camz.

Y cuando clavó la primera aguja empecé a gritar.


Paranormal (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora