Capítulo 25

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Ninguna dijo nada ante la revelación de Lucy. ¿Se conocían? Bueno eso era obvio, no la hubiera llamado por su nombre si no fuese así, pero algo en la cara de nuestra amiga me hacía desconfiar de aquello. Miré a la chica que aún seguía riéndose como si aquella situación fuese el mejor chiste que hubiese oído.

-¿De qué os conocéis?- Me aventuré a preguntar. 

Lucy miraba fijamente a la más morena con una sonrisa de medio lado, muy lejos de ser real. Dinah continuaba mirando hacía atrás a cada instante, sacando a su amiga de aquel trance en el que se hallaba sumida. Pareció recordar algo y susurró unas palabras ininteligibles hacia la nueva integrante, lo que solo hizo que su sonrisa aumentase. No tengo ni idea de que fue lo que pasó entre esas dos, pero una mala sensación me recorría la espalda. Dinah me sacó de mis pensamientos al hablar apresuradamente.

-Antes de bajar de ese tejado vimos como otra horda se dirigía en nuestra dirección. Parecían más que la que nos adelantó hace un rato, y se dirigen a paso apresurado hacia aquí. Quizás escucharon vuestro gritos mientras nos buscabais o simplemente buscan algo para llevarse a la boca, pero no creo que sea buena idea permanecer aquí mucho más tiempo.

-¿Y hacia donde vamos?- Preguntó Lauren con absoluta calma.- Por que ese grupo viene por detrás, pero seguimos teniendo otro delante a solo unas horas de distancia. Ir hacia los laterales no es una opción, solo hay edificios, e intentando escapar por ahí solo acabaríamos encerradas en un callejón sin salida.

Parecía que nuestras opciones eran mínimas, casi nulas. Pero éramos un grupo fuerte, no habíamos llegado hasta allí para rendirnos ante el primer problema. Una idea apareció en mis pensamientos y la solté en alto.

-Podemos escondernos en estos edificios, algunos son altos, podemos ir a la azotea y esperar allí a que pasen todos.

-¿Y atravesar varias plantas que podrían estar repletas de esos seres? Ni de broma. Me parece más peligrosa esa idea que quedarnos aquí a esperarlos.- Habló Lauren, rechazando mi idea automáticamente.

-Pues yo estoy de acuerdo con Mila.- Dijo Dinah apoyándome.- Ahora mismo no tenemos muchas más opciones. Somos cinco, podemos trazar un plan para cubrir bien todas las plantas y asegurar la zona. Si nos ceñimos a eso dudo que tengamos problemas.

-No lo creo, mil cosas podrían salir mal.- Ahí estaba la Lauren que solo pensaba en lo malo. Si, esa parte nos había mantenido con vida hasta ese momento, pero nunca estaba de acuerdo con lo que yo proponía. Para ella mis ideas eran igual de importantes que las de una niña pequeña.-Podría haber decenas de ellos esperando en cada planta, podríamos quedar atrapadas en cualquier parte en ruinas del edificio, la puerta de la azotea podría estar atorada, las llaves podrían estar en el bolsillo de un conserje muerto paseando por ahí esperando comernos, en caso de huida podría...

-¡Lauren basta!- No la dejé terminar con el recuento de las innumerables cosas que podrían salir mal.- ¡Sí, mil cosas podrían salir mal, pero también podría ir todo como lo planeamos por una vez! El edificio podría estar vacío, o quizás con solo un par de muertos dentro, podría estar todo despejado hasta la azotea y las llaves de la puerta puestas, esperándonos. Por una vez podría salirnos bien, así que vamos a intentarlo.

Todas quedaron calladas ante mi repentino discurso... ¿motivador? Nunca fui una persona que soliese gritar, pero por lo visto hacerlo daba sus resultados. Lauren me miraba fijamente, no lograba identificar lo que sus ojos decían. Abrió la boca un par de veces, como dispuesta a decir algo, pero inmediatamente la cerró. A lo lejos, se podía observar a los más veloces del grupo acercándose. Mi mirada preocupada hizo a las demás observar al lugar al que mi vista se dirigía. Tomé toda la fuerza que pude y tras sacar el cuchillo de la cartuchera en mi pierna me dirigí a paso firme hacia el edificio más cercano.

Cuando me encontraba delante de la puerta me giré para ver si mis compañeras me seguían, y así era, todas estaban a un paso de mi esperando a que hiciese algo, todas menos Lauren, que se encontraba a una distancia considerable con la cabeza gacha, envuelta en sus propios pensamientos. Volví mi vista a la puerta, como esperando una señal de que hacer, si abrir o no, pero como ese mensaje no llegaba simplemente puse mi mano sobre la oxidada manija rezando internamente por que se abriese al empujar. Y así fue, con un leve movimiento la puerta se movió chirriante hacia el interior de aquel oscuro lugar. Como reflejo levanté el cuchillo a la altura de mis hombros y comencé a caminar muy lenta y sigilosamente observando a todos lados, esperando a que mi vista se acostumbrase a la escasa luz que había. 

La puerta se cerró a nuestras espaldas una vez estuvimos todas dentro. Normani y Dinah se encargaron de asegurar la puerta con algunos escombros de lo que debió ser la garita del portero, mientras las demás vigilábamos el lugar en espera de que alguno de "Ellos" viniese a nuestro encuentro. Pero nada, no se oía nada más que el sonido de nuestros pasos y las respiraciones agitadas por la tensión. Avanzamos por las escaleras en dirección a la azotea. Primer piso, segundo, tercero, cuarto. Llevábamos unos nueve pisos cuando llegamos a la puerta metálica de nuestro destino. Dinah puso una mano sobre mi hombro, como indicándome que ahora le tocaba a ella ser la valiente. Era una chica alta, grande, que imponía a todos con su carácter y parecía estar completamente segura de si misma en todo momento, pero yo sabía que no era así. Eso era solo una fachada para ocultar su verdadero ser, para aparentar ser más dura. En realidad era una chica amable, graciosa, tierna, que se tapaba con una manta siempre que veía una película de miedo y aparecía el malo. Así que dejé que ella afrontase sus propios fantasmas y abriese aquella puerta.

Aún me arrepiento de haberla dejado hacerlo. De no haber seguido yo al frente de aquella expedición. De haber sido yo quien abriese aquella puerta y no haber visto al ser que nos esperaba hambriento al otro lado, y no ella. Que hubiese sido a mi a la que mordiesen en el brazo, y no a ella.

Paranormal (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora